Xavier Trias, el alcalde convergente que entregó las llaves de Barcelona a Ada Colau, apunta como la apuesta de Junts para intentar recuperar la alcaldía. Trias admitió antes del verano que su regreso a la política municipal no era un rumor, si no una hipótesis plausible y a medida que se acerca el día de conocer su decisión, van filtrándose sus exigencias. La más decisiva: pactar con quien sea necesario, incluido el PSC, para arrebatar la alcaldía a Colau, exactamente lo que no supo hacer en 2015. El exalcalde cree que, entonces, Colau se benefició para vencerle de la campaña de difamación orquestada por el comisario Villarejo sobre unas cuentas en Suiza que nunca existieron. De confirmarse esta candidatura, el camino de retorno a la vieja CDC quedaría oficialmente abierto. 

Elsa Artadi, la concejal que dirigía el grupo municipal de Junts, dejó la política hace unos meses por causas no bien explicitadas. Este movimiento abrió las puertas al retorno de Trias quien no hacía tanto había bromeado ante los primeros rumores afirmando que “no tienen que pensar en un abuelito” para desbancar a Colau. Las cosas cambian y ahora mismo no parece que sus 76 años vayan a ser un obstáculo para intentar reverdecer laureles en el ayuntamiento barcelonés. Eso, sí, el eventual aspirante a repetir aventura ya ha hecho saber que, de no poder acceder a la alcaldía, dimitirá de inmediato como concejal. Su experiencia como jefe de la oposición municipal en tres mandatos pesa como una losa, especialmente la vivida entre 2015 y 2019, que tras pasar de 15 a 10 concejales tuvo que contemplar desde la primera fila la eclosión del fenómeno Colau.

Además de estas dos exigencias, pactar con quien quiera o pueda y dejarlo de inmediato de no triunfar, parece ser que hay otras dos. Libertad de movimientos para hacer y deshacer la candidatura y la política municipal del partido y el restablecimiento del orden en Junts, entendido el orden como el mantenimiento del pacto con ERC en la Generalitat y la rebaja de las excentricidades verbales de algunos compañeros y compañeras de Junts. O sea, de Laura Borràs. La presidenta del partido ha debido darse por enterada de la exigencia, pues acaba de afirmar que no hay ningún “ultimátum” de Junts a ERC para que los republicanos retornen a la senda de la independencia por la vía rápida o afronten la salida de Junts del gobierno de la Generalitat. Todo habría sido según la última versión, una subida de adrenalina por el fervor patriótico de la Diada. En todo caso, en el inminente debate de política de general ya se verá.

Trias es un hombre de orden que siempre se ha declarado socialdemócrata incluso dentro de CDC, donde los socialdemócratas podían contarse con los dedos de una mano. Tampoco ha sido un independentista “desde siempre”, aunque en su etapa como alcalde de Barcelona se sumó a la procesión, sin grandes alardes. En el ayuntamiento barcelonés, gobernó en minoría pactando con todos, especialmente con el PP, pero también con el PSC y ERC. La elección de este político pragmático con ánimo evidente de revancha por haber sido víctima de una campaña de desprestigio sin fundamento podría ser vista como el ensayo general para nuevos retornos de gentes de CDC y PDeCat que, asustados por la deriva antisistema de Junts, permanecieron en silencio, se fueron o vivieron marginados por el legitimismo.

Aunque Trias no consiga acceder a la alcaldía, la operación de su retorno puede tener una lectura positiva para el sector de Jordi Turull, el secretario general que aprendió política en la sala de máquinas de CDC. De aumentar significativamente el actual número de concejales, que Artadi dejó en 5 en 2019, la dirección de Junts vería avalada por los votos la idea de resucitar el espíritu de CDC. Y de ahí a pensar que el mejor candidato a la presidencia de la Generalitat es Artur Mas no habrá más de dos reuniones. El expresidente ha cumplido su inhabilitación por el proceso de participación popular de 2014, el primer intento de consulta independentista, y debe estar ansioso por salir de la papelera de la historia a la que le tiró la CUP con la aquiescencia de su propio partido y de ERC para investir presidente de la Generalitat a Carles Puigdemont. Tampoco andan en Junts ********sobrados de candidatos alternativos, una vez eliminada de la ecuación Laura Borràs.