El discurso inicial de Alfonso Fernández Mañueco en su tercer debate de política general ha arrancado con siete de cincuenta folios dedicados a los pactos de Sánchez, la amnistía, la financiación “privilegiada” para Cataluña como pago a los “delirios separatistas” y lo que considera “un Gobierno Central empeñado en atacar a Castilla y León”.

En todo ello le pide el presidente del Gobierno autonómico al líder socialista, Luis Tudanca, que “deje de ser cómplice del robo de Sánchez”, a lo que el secretario general del PSOE contraataca tendiendo de nuevo la mano al PP para que gobierne en solitario y reclamándole que cese a quien le llama “traidor”: su vicepresidente, Juan García-Gallardo, y “deje morir al monstruo”, es decir, que “saque a la extrema derecha” del Gobierno de la comunidad.

El diálogo

Ambos dirigentes políticos se han arrogado la disposición al diálogo, si bien también se han lanzado mutuamente duras acusaciones sobre sus liderazgos, así como de rechazo al diálogo y al consenso por parte del otro; un diálogo que ha dado el fruto del consenso para la renovación del Consejo General del Poder Judicial en Madrid, pero que no parece posible en Castilla y León.

Ese consenso PSOE-PP y la reacción de Vox acusando de traición al partido que es su socio en la comunidad le ha dado argumentos a Tudanca para reeditar su propuesta de apoyar el gobierno en solitario del Partido Popular: “Hoy, en este debate sobre el estado de la Comunidad sólo hay dos posibilidades. Si el señor García-Gallardo considera que está compartiendo gobierno con un partido de traidores, debería dimitir. Si no, usted debería cesarles porque no puede gobernar con quienes le lanzan tan graves acusaciones. Es decir, si Vox tiene algo de dignidad debería irse. Si la tiene usted, señor Mañueco, debería echarles”.

La corrupción

Mañueco no responde al órdago, pero responsabiliza del pacto con la extrema derecha de hace dos años al rechazo del PSOE a abstenerse en la investidura, mientras Tudanca le achaca haber rechazado el cordón sanitario a la extrema derecha y haberse cerrado a un acuerdo en cuanto los socialistas propusieron hablar de corrupción.

En el curso de acusaciones cruzadas sobre corrupción, precisamente, en cada réplica y dúplica del debate, el líder socialista ha enumerado los casos más conocidos en los que ha estado implicado el Partido Popular de Castilla y León, entre ellos el conocido “Perla Negra”, cuya sentencia no tardará en conocerse, mientras el presidente de la Junta se ha referido, de nuevo, al Gobierno de Pedro Sánchez afirmando que “está acosado por la corrupción hasta la náusea”.

El liderazgo

“Su proyecto huele a putrefacto”, le ha espetado Mañueco a Tudanca, a quien ha llamado “títere parlante” y “cómplice del robo de Sánchez” al menos una docena de veces. “Puente le ha comido la tostada porque es quien toma las decisiones”, ha concluido.

Usted representa la derecha más a la derecha del PP”, ha replicado Tudanca, por su parte, ironizando sobre la paradoja de que Mañueco gobierne con Vox mientras su partido envía un portavoz a Europa para que defienda un pacto que aísle a la extrema derecha con liberales y socialdemócratas.

“Si usted fuera de la derecha francesa, estaría expulsado de su partido”, le ha dicho. “Si fuera un conservador alemán, sería un paria político. Pero es del PP español y, no sólo es presidente gracias a los neofranquistas que pisotean sin pudor la memoria de los luchadores por la libertad de nuestro país, sino que los mete en el gobierno y viene a este Parlamento a presumir orgulloso”.