En un acto cargado de memoria, dignidad y justicia histórica, el Gobierno de España a través del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha restituido a la familia del primer alcalde republicano de Madrid, Pedro Rico, siete cuadros que les fueron arrebatados durante la Guerra Civil y que jamás fueron devueltos durante la dictadura franquista.

Esta restitución no es solo un gesto simbólico. Se trata de un acto necesario de reparación hacia quienes lo perdieron todo por defender la democracia. Las obras fueron requisadas en 1938 por la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico del Gobierno republicano, que intentó proteger el legado cultural frente al avance golpista. Pero tras el triunfo de Franco, aquellos bienes pasaron a manos del régimen, fueron diseminados por museos estatales y se diluyó su origen.

Pedro Rico, exiliado y perseguido por su filiación republicana, murió sin poder regresar ni reclamar lo que le arrebataron. Condenado por el Tribunal de Represión de la Masonería y el Comunismo y por el Tribunal de Responsabilidades Políticas, su legado quedó disperso, como el de tantos otros que defendieron la libertad frente a la barbarie.

Gracias a una rigurosa investigación del Ministerio de Cultura, se ha podido documentar que los cuadros nunca fueron adquiridos legalmente por el Estado ni formaron parte de las colecciones estables de los museos. Esta recuperación es un triunfo de la Ley de Memoria Democrática y de la lucha incansable de las familias por rescatar la verdad.

En el acto, el ministro Urtasun ha afirmado que “Este gesto es una victoria de la cultura frente al olvido, de la verdad frente a la manipulación histórica. Es un deber moral con la justicia y con quienes fueron perseguidos por defender una España democrática”. También recordó que “la cultura es savia imprescindible de la democracia”, una democracia que aún arrastra cicatrices del expolio franquista.

Junto a estos siete cuadros devueltos este jueves, otros dos —‘Vendedor de periódicos’ y ‘El merendero’, conservados en el Museo de Bellas Artes de Asturias— serán restituidos próximamente. Pero la labor no termina aquí, pues más de 6.000 bienes incautados durante la Guerra Civil y la dictadura permanecen aún bajo custodia estatal. El inventario elaborado por el Ministerio es solo el principio de una tarea de verdad, justicia y reparación que nuestro país aún debe completar.

Este acto no es solo la devolución de unos cuadros sino que va mucho más lejos como es la restitución de una memoria robada y denuncia de un expolio sistemático.

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