Cada ciudad y cada comunidad autónoma cuenta su propio Cuerpo de Bomberos y las pruebas de acceso son tantas como oposiciones, dado que no existe una normativa que unifique los mínimos y máximos exigidos en las convocatorias. Esta disparidad propicia una gran diferenciación territorial de las plantillas y llevan a algunas como la Comunidad de Madrid a contar con el cuestionable mérito de apenas emplear a mujeres. “Menos del 1% de la plantilla de bomberos de la Comunidad de Madrid son mujeres”, revelan a ElPlural.com varias opositoras que prefieren no revelar su nombre para no ser más perjudicadas.
Es más, las mismas voces lamentan que, en los últimos seis años, tan solo “tres mujeres” han conseguido superar la oposición autonómica y han accedido al Cuerpo, mientras que el número de hombres supera los 600. La razón principal de esta situación anómala que se vive en la Comunidad de Madrid, dado que en otras autonomías como Cataluña han accedido 95 mujeres tan solo en la última convocatoria y cuentan con un 40% de plazas reservadas a mujeres, responde a unas pruebas físicas diseñadas “por y para hombres”.
Discriminación en la oposición a Bombero de Madrid
La discriminación que denuncian las opositoras radica en el diseño de las pruebas autonómicas, divididas en dos grandes bloques: teoría y práctica. El primero de ellos es un examen tipo test igual para todos los aspirantes y cuya superación es obligatoria para continuar en el proceso. El segundo, que ha subido de valor en el cómputo final hasta el 60%, se divide a su vez en seis pruebas físicas eliminatorias en las que hay superar todas las marcas mínimas: tres de atletismo (una de medio fondo y dos de velocidad), dos de fuerza (press de banca y ascender una cuerda) y natación.
Estas disciplinas son elegidas por el tribunal competente. “El tribunal es soberano en cada sitio, pero como en los comités, en el Cuerpo y en las propias estructuras que crean las pruebas no hay apenas, si es que hay, mujeres, pues son pruebas creadas por y para hombres”, lamentan las opositoras. En consecuencia, “esas seis pruebas física son discriminatorias” de partida y, además, también lo son en cuanto evaluación de resultados, dado que ni si quieran están baremadas para que las marcas mínimas sean diferentes para ambos géneros. Todo ello, exponen las opositoras, contrariando el consenso científico, que desgranan en el informe presentado a múltiples instancias, y la propia normativa.
La mera presencia de menos de un 1% de mujeres en el Cuerpo de la Comunidad de Madrid es “contrario a los principios constitucionales de derecho a la igualdad y no discriminación por razón de sexo y derecho al trabajo sin que pueda producirse discriminación, así como al derecho al acceso al empleo público y la obligación de los órganos de selección de velar por el cumplimiento del principio de igualdad de oportunidades entre sexos que consagra el Real Decreto Legislativo 5/2015, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley del Estatuto Básico del Empleado Público”, denuncian.
Mínimas excluyentes para mujeres y asequibles para hombres
La subida de puntaje de las pruebas físicas no es lo que molesta a las opositoras, sino el hecho de que estas no estén baremados los aptos, a la par que alcanzar los máximos es más sencillo para los hombres. Por ejemplo, en el caso de la prueba de 2.000 metros el tiempo mínimo a realizar para ambos géneros es el mismo (7:40), marca que debería bajar a los 6:31 en el caso los hombres para ser equivalente en términos científicos (15% de diferencia de rendimiento en carreras de medio fondo). De respetarse estos baremos, tan solo diez de los 166 que se presentaron a la última convocatoria habrían superado el corte.
“Es evidente la necesidad de establecimiento de unos mínimos para levantar las herramientas y poder hacer bien el trabajo, pero eso no significa que las pruebas de acceso tengan que ser las mismas”, señalan las opositoras a este periódico, lamentando que no pueden competir. Por el contrario, el máximo de puntaje en tres de las pruebas sí se ha modificado después de las protestas presentadas ante la evidente discriminación. “Las marcas mínimas también tienen que estar basadas en la evidencia científica. En genética pura y en el consenso científico en cuanto a rendimiento deportivo”, reclaman.
“Nosotras luchamos por los aptos, ellos por las notas altas, lo que les permite priorizar el estudio y otras cosas, mientras que nosotras doblamos entreno, forzamos la nutrición y nos arriesgamos a lesiones”, desgranan. Muestra de ello, presentan, es que la nota media de los hombres que han accedido en los últimos años supera el nueve. “Alcanzamos los mínimos para tener la sensación de que podemos hacer algo, pero conseguir luego la plaza con un seis, siete u ocho en la parte física nos es imposible”, trasladan las opositoras.
Peticiones claras
Presentadas las desigualdades y adjuntando un informe con datos científicos, las opositoras requieren “una revisión exhaustiva de las puntuaciones, baremos y marcas mínimas en el Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid de aquellas pruebas que dificultan el acceso de mujeres que, de otro modo, cuentan con la capacitación, competencia y preparación adecuada para trabajar en el rescate, salvamento y extinción de incendios”.
Así, exigen que las pruebas y marcas se adecúen a “la actualidad científica y al consenso nacional e internacional, con el fin de cumplir el requisito básico de igualdad en el acceso al empleo público por parte de todas las ciudadanas y ciudadanos”. De no darse cumplimiento a esta demanda, anuncian que elevaran su queja a los órganos competentes para denunciar “la presente situación a la que se ve sometido el colectivo de mujeres opositoras”.
Las opositoras señalan como responsables de cambiar las bases son los propios bomberos, desde los tribunales y la Jefatura, y el máximo responsable político de esta materia a nivel Comunidad de Madrid es Carlos Novillo, consejero de Interior, Agricultura y Medioambiente, antiguo bombero de Alcorcón y parte importante del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso. “Hay mucha testosterona y macho alfa que quiere fortachones y no intelectuales pero, si comparamos las marcas físicas, para los hombres son un regalo, muy por debajo de otros Cuerpos de España, y para las mujeres súper exigentes”, concluyen con humor.