La oposición de Madrid no ha tardado en reaccionar al último escándalo de la Comunidad, liderada por Isabel Díaz Ayuso, en materia de residencias. La veda que se abrió con el número de víctima mortales en pandemia -7.291- como consecuencia de los conocidos como protocolos de la vergüenza no ha ido sino en aumento desde entonces, y es que situaciones como la falta de personal, infraestructuras o la comida en mal estado han seguido sido habituales en los centros de mayores que dependen del Ejecutivo regional.

Manteniendo esa senda, la gota que colma el vaso por el momento tiene que ver con brotes de chinches y sarna que, no solo se producen, sino que además el equipo de la presidenta no hace nada para solventarlos. Más bien todo lo contrario, ya que ha eliminado las ratios de limpieza.

En este escenario, el PSOE de Madrid (PSOE-M) y Más Madrid han querido dejar patente su descontento allá donde se les ha dado voz. Así las cosas, representantes de ambos partidos han puesto pie en pared después de conocer estos hechos, también en declaraciones a ElPlural.com.

Lorena Morales, portavoz de Políticas Sociales del partido que en la Asamblea capitanea Mar Espinar y una de las personas que más ha peleado porque se haga justicia en estos lugares, muestra su descontento en conversación con este medio, no tanto así su sorpresa. “Ayuso ataca de nuevo a las residencias. Comenzó con la comida podrida y ahora va a por la limpieza”, emite desde el otro lado de teléfono.

La diputada socialista asegura que la lideresa ‘popular’ “no se arrepiente de sus protocolos ni de las 7.291 personas que murieron sufriendo en Madrid” y que por eso “ofrece chinches, sarna y, en definitiva, miseria a los mayores”: “No tiene un ápice de humanidad”, concluye.

En una línea similar, la responsable de Más Madrid en el parlamento madrileño, Manuela Bergerot, se refiere al “enésimo ataque de Ayuso contra las condiciones de vida y de trabajo en la residencia de mayores”. La portavoz destaca a este periódico que la administración Sol “debería ser garante de bienestar de las personas mayores”, pero que en vez de esto “actúa como garante de los beneficios de las empresas que hacen dinero con las residencias, en este caso de la higiene y la limpieza de los centros”.

“La tragedia de las residencias durante la pandemia debería haber servido para cambiar la forma de atender a las personas y garantizar que algo así no volvía a repetirse, pero en lugar de eso el PP se ha dedicado a profundizar en el modelo que nos llevó al desastre”, apuntala, llamando a dar “un giro de 180 grados”: “Es fundamental construir un nuevo modelo de residencias pegadas a los barrios, de menor escala y con ratios de trabajadoras que garanticen el bienestar de los usuarios y la dignidad de las condiciones laborales”.

Plagas y eliminación de ratios

En pleno aumento de brotes de parásitos en los lugares de la tercera edad, la autonomía ha decidido eliminar las ratios mínimas de personal de limpieza, que se situaban en un 0,15 o, lo que es lo mismo, en cinco profesionales al día en cada centro de más de un centenar de residentes.

El número, claro está, implicaba una miseria, pero es que en la actualidad se sitúa directamente en 0, algo totalmente inexplicable sobre todo si se tiene en cuenta el escenario que sufren las residencias de un tiempo a esta parte. La exigua exigencia ha desaparecido del nuevo Acuerdo Marco 2026, lo cual tiene otra lectura: ahora las empresas tienen vía libre para monetizar un servicio imprescindible en tanto en cuento pueden contratar el personal que consideren oportuno.

Fueron los sindicatos los que iniciaron la denuncia pública de este hecho. Comisiones Obreras (CCOO) anunció que la falta de servicios “compromete gravemente la salud y el bienestar de las personas mayores y dependientes que viven en las residencias concertadas de la región”.

“En una residencia llevan más de ocho meses con sarna y no la consiguen erradicar”, exponía Juani Peñafiel, trabajadora de una residencia y responsable de las mismas de CCOO Madrid en declaraciones a ElPlural.com, advirtiendo de que se venía una situación “muy preocupante”.

En la práctica, la no existencia de ratios de limpieza implica muchos problemas más allá del inmediato. Como se ha dejado entrever, las empresas que se hacen con los concursos residenciales a partir de ahora ni siquiera podrán ser multadas por dar un servicio a todas luces insuficientes. Y a todo ello se suma, como siempre, el mayor de los oscurantismos: también es nula la información, por ejemplo, de las personas que tiene que haber en cada servicio.

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