La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, siempre ha presumido de que nunca nadie le ha pagado un gasto personal, tampoco las vacaciones. Cuando estallaba el escándalo entorno a su novio, Alberto González Amador, la lideresa regional definió el suyo como el Ejecutivo más austero de España y lo comparaba con el Gobierno Central, en el que Pedro Sánchez “tiene varios Falcon” y a cuyos ministros “le pagamos la vivienda, los palacios de vacaciones, la limpieza, los gastos y las obras de mejora”.
Tal y como se ha conocido esta semana, la lideresa autonómica ha vuelto a mentir: sí le pagamos (o, mejor dicho, los ciudadanos de la Comunidad de Madrid) sus vacaciones -a menos en parte-; las que disfrutó junto a su pareja en el verano de 2021.
En concreto, la política reservó con dinero público la sala de autoridades del aeropuerto de Barajas para un viaje de ocio que su compañero sentimental quiso hacer pasar como desplazamiento de trabajo. Así lo refleja el Portal de Transparencia de la comunidad, según el cual Ayuso utilizó el espacio denominado para vuelos entre Madrid y Zagreb y Atenas y Madrid respectivamente, enmarcados en un viaje de 11 días que la pareja hizo por Europa.
González Amador intentó desgravar gastos del viaje
Como parte de este viaje, el empresario intentó desgravarse elementos del mismo haciéndolos pasar por laborales (dejarlos fuera del ámbito del ocio) para intentar aminorar el beneficio a declarar a Hacienda y pagar menos al fisco.
La lista contempla el alquiler de dos coches en el extranjero por valor de 1.036,61 euros; uno en Zagreb -entre el 16 y el 21 de agosto- y otro en Creta entre el 24 y el 27. El importe de dichas facturas es el que la pareja de la responsable de Sol trató de desgravarse, un operación que llevó a cabo a través de Maxwell Cremona, su empresa principal y de la que es administrador único.
Viajes de Ayuso al extranjero: un gasto inútil a ojos de los madrileños
La política conservadora ha viajado una veintena de veces al exterior, aunque en la mayoría de las ocasiones no ha sido todo lo fructífero que a ella le hubiera gustado, tampoco en lo mediático, dado que normalmente han sido muy pocos los medios -y casi siempre afines a su formación- los que le han dado cobertura.
Uno de los viajes más destacados en este sentido se podría situar en el que realizó en junio de este mismo año. Fue Alemania y en plena polémica por los negocios de González Amador. Allí, coincidiendo con el momento en el que se iba a celebrar la declaración de su pareja por presuntos delitos por fraude fiscal, la presidenta acudía a Siemens, donde volvió a anunciar -hacía un año que lo había hecho- que la empresa iba a abrir una sede en la capital española.
Que ese mismo día se fuera a producir la declaración del novio de Ayuso fue mera coincidencia, según la Comunidad de Madrid, añadiendo que dicha declaración se había vuelto a posponer en ese momento. “Nada tiene que ver la agenda de la presidenta con las agendas que puedan tener los juzgados en nuestro región”, defendía el portavoz del equipo de la presidenta, Miguel Ángel García, quien respondía -a raíz de unas palabras de Pilar Alegría- que el Estado “volvía a utilizar sus medios para atacar a una presidenta autonómica”.
Con la entrada del nuevo curso político, la región sigue intensificando su agenda exterior y ampliándolo a Asia. De este modo, entre los destinos de la Comunidad figuran Londres, París, Portugal, Chile, México o Miami; incorporándose, además, al continente asiático como mercado prioritario.
Pero los viajes de la presidenta de la región madrileña en esta línea han sido muchos y muy variados. Siempre a lo largo y ancho de la geografía, desde la toma de posesión de la lideresa regional y antes del verano, Ayuso había realizado un total de 19 viajes fuera de España.
Mostrando especial debilidad por destinos como Estados Unidos, Bélgica o Portugal, el hecho que más polémica despierta de estos desplazamientos no es tanto el destino como la época en la que se dan: normalmente en Navidad, Semana Santa y verano.
Pero lo tangible son los (no) resultados, y es que los informes de seguimiento y las cifras oficiales de inversiones extranjeras directas no reflejan un incremento atribuible a estas visitas. Asimismo, muchas de las promesas de inversión y cooperación internacional anunciadas durante estos viajes no se materializaron en proyectos concretos o beneficios directos para los madrileños.
Lo que sí llevan aparejados estos viajes es un coste, y es que los gastos incluyen los vuelos y el alojamiento tanto de la presidenta como su comitiva, así como una serie de eventos y encuentros que, muchas veces, no han generado el retorno de inversión que se deseaba. La crítica ha sido constante debido a la falta de transparencia en este ámbito. En definitiva, hay ciudadanos que perciben estos viajes como un uso superfluo e inapropiado de fondos públicos.
Otras desgravaciones de González Amador
Mientras tanto, González Amador no solo intentó desgravarse dinero en lo relativo a los vehículos del viaje vacacional mencionado, sino que el modus operandi era igual de habitual con cuestiones y objetos tan variopintos como un Rolex, la reparación de un Porsche Panamera, un desodorante, un saxofón, hilo dental o dentífrico.