Madrid Río se convirtió en una pequeña Valencia el pasado 18 de febrero a cuenta de una Mascletà madrileña. Este evento -o "sinfonía de ruido" como lo definió el Ayuntamiento a través de una nota de prensa- fue muy criticado por vecinos y asociaciones ecologistas, pero sobre todo ha estado en el centro de la diana por su procedimiento. Las dudas sobre la adecuidad de la celebración de esta suerte de fiesta en un espacio natural y habitado por animales y ciudadanos se ha sumado a los términos de la contratación.
Y es que ahora se ha sabido que fue el Ayuntamiento de Valencia que dirige la popular María José Catalá el que eligió el contrato a dedo para la Mascletà de José Luis Martínez-Almeida, una lluvia de pólvora sobre el Puente del Rey que costó cerca de 46.000 euros y se produjo a través de una adjudicación sin publicidad. Cabe recordar que este acontecimiento fue fruto de un compromiso electoral por parte de los dos alcaldables antes de los comicios municipales del 28 de mayo de 2023.
Una Mascletà con contrato a dedo
Más de 300 kilos de pólvora, 6.000 elementos de pirotecnia, 10.000 personas de público. Estos son los números para la celebración de la Mascletà madrileña que preveía la empresa Pirotecnia Valenciana, una compañía que no es casualidad para organizar este evento. Y es que, tal y como publica este viernes elDiario.es, fue el Ayuntamiento de Valencia el que indicó al Consistorio de Madrid a quién tenía que contratar. Todo ello sin publicidad, es decir, a dedo.
En concreto, según la documentación del contrato para aquel evento del 18 de febrero en la capital de nuestro país, fue la administración de la popular valenciana María José Catalá, a través de su Comisión de Fallas, la que señaló a su homólogo José Luis Martínez-Almeida que tenía que adjudicar estos trabajos a Pirotecnia Valenciana por un valor de 45.980 euros que asumieron las arcas públicas de todos los madrileños.
Esta contratación se llevó a cabo a través de Madrid Destino, la empresa municipal encargada de organizar los eventos culturales y fiestas en la capital, por el procedimiento de negociado sin publicidad, es decir, sin concurso público. Además, la orden de preparar esta contratación se realizó desde la Dirección General de Actividades y Programas del Área de Gobierno de Cultura, Turismo y Deporte tan solo diez días antes de la celebración de esta lluvia de pólvora.
La administración madrileña enmarca este contrato en el Protocolo General de Actuación entre el Ayuntamiento de Valencia y el Ayuntamiento de Madrid que firmaron Calatá y Almeida el pasado 24 de enero como una suerte de alianza para que ambos consistorios promocionen eventos culturales, turísticos y de ocio que se celebren en cada una de las ciudades. El objetivo es potenciar el turismo entre las dos localidades.
"Ambas ciudades, dada su proximidad y la facilidad de comunicación entre ellas, aspiran a incrementar sus intercambios en materia turística y fomentar el conocimiento mutuo entre sus ciudadanos", aseguraba el pasado febrero el Gobierno de Almeida, que destaca que Valencia es el cuarto emisor nacional de turistas hacia la capital con más de 400.000 viajeros el pasado año 2023.
Casi 46.000 euros públicos madrileños
En un inicio la propuesta de la compañía de pirotecnia era usar 340 kilos de pólvora y 6.303 elementos pirotécnicos, según los datos de la propuesta enviada al Ayuntamiento de la capital. Todo ello para que al menos "durante unos minutos, Madrid se convierta en Valencia", según se explica en el texto de la adjudicación, que planteaba una duración de 10 minutos. Finalmente se redujeron las cifras: la pólvora se quedó en 307 kilos y la duración fue de ocho minutos.
Lo que no se redujo fue su coste. Los 45.980 euros que salieron de las cuentas madrileñas supuso un gasto cinco veces superior que lo que esta misma empresa cobró al Ayuntamiento de Valencia por la Mascletà con la que cerró las Fallas del pasado 2023. El Ayuntamiento de Madrid aseguró entonces que el precio en la capital fue más elevado porque el espectáculo incluía más elementos aéreos y porque Madrid paga más por espectáculos pirotécnicos del mismo estilo.
Cabe señalar que, además, ya en el contrato Madrid Destino no se hacía cargo de las posibles afecciones que pudiera causar este evento, en el que se detallan diferentes informes municipales previos a su aprobación. "El contratista será responsable de los daños y perjuicios directos e indirectos que por su culpa o negligencia o la de las personas que actúen contratadas o por cuenta de ella, se causen a terceros o a Madrid Destino", señala la adjudicación a dedo.
El Ayuntamiento no hizo caso de las críticas de las asociaciones ecologistas, sin embargo, en el texto también se advertía de que si el evento afectaba al medio ambiente debía "adoptar las medidas preventivas y correctoras adecuadas para evitar efectos ambientales negativos en materia de ruidos y vibraciones, emisión de gases y partículas contaminantes, olores, vertidos, gestión de residuos y limpieza, contaminación lumínica, zonas verdes, biodiversidad y ocupación de suelo y consumo de recursos naturales, cumpliendo con las directrices que determine el Ayuntamiento".
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