El nacionalismo gallego personalizado en el BNG vive un momento dulce, a pesar de no gobernar en la Xunta. En febrero obtuvo un resultado histórico en las elecciones autonómicas que supusieron la primera mayoría absoluta de Alfonso Rueda al frente del PP, y esto después de que en las generales de julio del año pasado no hubiese cumplido las expectativas en cuanto a representación en el Congreso de los Diputados.
En ambas citas, lideró (y sigue liderando) el Bloque Nacionalista Galego, Ana Pontón, que ahora aspira a seguir al frente de la formación tras la XVIII Asemblea Nacional que tendrá lugar el próximo 1 de diciembre en Santiago de Compostela.
A priori parece que todo apunta a que será así, aunque no es menos cierto que ese congreso que se desarrollará bajo el lema Coa túa forza Galiza Gana (Con tu fuerza galicia gana) no va a ser tan tranquilo para ella como se esperaba en un primer momento. El motivo es que, sin que vaya a llegar la sangre al río, no va a ser un camino de rosas para Pontón, que va a tener enfrente a dos aspirantes a hacerse con el liderazgo del nacionalismo gallego.
La primera y más llamativa de sus contrincantes es alguien que, a día de hoy, está muy cerca de ella en el Parlamento regional, no en vano es la diputada Noa Presas. Lo más llamativo de Presas es que, frente al nacionalismo moderado en el que se ha instalado Ana Pontón en los últimos años, es defensora de un posicionamiento más independentista. El otro es Gustavo Barcia, actual portavoz municipal del Bloque en el Concello de Mos.
El "mejor momento social y electoral"
Con estos tres candidatos cerró en las últimas horas el Bloque Nacionalista Galego el proceso preasembleario que tendrá su colofón el primer día el mes que viene en la capital compostelana, una cita que, según indican desde la propia formación, se celebra "coincidiendo con su mejor momento social y electoral", en referencia a los 25 diputados que tiene en el Parlamento gallego.
El Bloque llega a la asamblea "tras un debate participativo a lo largo de todas las comarcas" de la región "y en la diáspora sobre el rumbo político, estratégico y organizativo a desenvolver en los próximos años", explican en un comunicado.
De este modo, en dicho cónclave, los nacionalistas debatirá y dará el visto bueno a las grandes líneas que marcarán su proyecto de futuro con el objetivo "de seguir ampliando" su base social para liderar en 2027 la transformación de los concellos y en 2028 el Gobierno gallego.
Ante esta situación, desde el Bloque Nacionalista Galego se afirma que existe el "convencimiento" de que, manteniendo el camino político seguido en los últimos años, "basada en facilitar respuestas y alternativas a los problemas de la gente en su día a día y en la defensa de los intereses y del futuro". Sobre esto, señalan que el BNG "no tiene ningún límite y puede llegar a electorados de muy diferente naturaleza".
A partir de ahora, y con las cartas boca arriba, habrá que ver cómo se desarrolla la 'campaña' previa a ese congreso nacionalista del 1 de diciembre en Santiago. Para empezar, sus responsables ya hablan de que "con la nueva etapa que comenzará después de la asamblea", el Bloque "reafirmará su compromiso de seguir estando a la altura de todas las esperanzas y de todas las ilusiones que fue capaz de generar en la sociedad gallega".