En julio del año pasado la figura de Ana Pontón ya emergió con fuerza. Logró, con un mensaje moderado y, lo que es más importante, una imagen más mesurada que la de su contrincante en el ala izquierda del abanico político gallego, sobrepasar a un PSdeG superado por los acontecimientos a nivel estatal.

De aquellos resultados de las elecciones de 2020, los lodos en forma de cambio de secretario general de los socialistas. Ana Pontón, sin embargo, no solo sigue, sino que lo hace como marcan los cánones de los liderazgos indiscutibles, es decir, a la búlgara: 99 por ciento de apoyos. Tras la XVII Asemblea Nacional del Bloque Nacionalista Galego, Pontón continúa al frente de una formación que, además, con este respaldo abrumador, también escenifica un seguimiento a las políticas o quizás sea más correcto decir la estrategia de la líder nacionalista.

Y esto no son palabras menores, porque en la génesis del BNG se encuentran corrientes de diferentes ámbitos ideológicos de izquierdas, que giran alrededor del nacionalismo, pero con más o menos proximidad al independentismo.

Precisamente, esa aspiración parece quedar, por ahora, en un segundo plano. Lo primero es gobernar Galicia, desbancando al PP del sempiterno Feijóo. En el discurso de Ana Pontón de ayer domingo ese mensaje estuvo muy presente. Entre otras cosas se mostró segura de que “voy a dejarme la piel para sumar cada día a más gallegos y gallegas” o refiriéndose a la necesidad de “convertir” el Bloque en “una fuerza determinante ensanchando la base social del nacionalismo”, con esa meta clara de presidir Galicia en 2024.

Sin duda alguna, estas y otras expresiones y el respaldo casi unánime a su proyecto suponen la apertura de la vía moderada en el seno del BNG.

Da la impresión de que el paso de los años han mostrado el camino a los nacionalistas. Para cambiar las cosas -parecen pensar ahora- primero hay que llegar al objetivo, es decir, a la Xunta. En un momento como el actual, además de cuidar detalles en materia de comunicación y marketing político (algo que también se ha estado haciendo), apostar por el mensaje sosegado es lo que 'vende', por lo que se abandona la estridencia y se deja a un lado el histrionismo tan presente en el discurso de los nacionalistas gallegos durante años.

Ana Pontón, como se puso de manifiesto en los comicios de 2020, inició un camino que puede alcanzar su meta dentro de tres años. Aquel 12 de julio consiguió arañar votos a los socialistas, a los que soparssó, y a Podemos a quienes anuló de forma literal.

Si el BNG no hubiese logrado contener las ansias independentistas de algunas de las formaciones que componen la coalición, volvería a caer en una dinámica muy similar a la de años pasados y que se ha venido traduciendo, incluso, por la caída a los infiernos políticos. Además, salvando las distancias, la vorágine independentista catalana ha servido para, por una parte, observar cómo no se hacen las cosas y, por otra, el rechazo que genera en la sociedad la confrontación constante por una aspiración imposible por la vía unilateral e ilegal.

El Bloque volverá a lucir con fuerza esa aspiración para una Galicia, aunque pasarán años antes de que eso suceda.

El PSdeG, también por la moderación

El PSdeG, con la elección de Valentín González Formoso, parece seguir la misma línea de la moderación, al fin y al cabo, Alberto Núñez Feijóo es el 'Rey Moderado', en una guerra interna en su partido entre la opción de la mesura, y la beligerancia de Díaz Ayuso en y desde Madrid.

Pontón habrá puesto la vista en 2024. Para poder convertirse en la primera mujer presidenta de la Xunta de Galicia ha de mostrar paciencia. El primer paso lo ha dado. Ahora le quedan muchos más, pero los comentarios en el Fogar de Breogán es que lo puede conseguir.

Tiene, además, un ejemplo muy claro y de su propio partido: el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores. En una ciudad ‘pepera’, con ex presidentes del Gobierno, ex ministros, ex altos cargos y con todavía dirigentes del PP a nivel nacional como vecinos o naturales de la capital del Lérez, el regidor nacionalista lleva gobernando desde 1999.

Después del respaldo obtenido en la asamblea nacional de su partido, Pontón ha dado hoy otro paso, esta vez muy ligado al marketing: la primera reunión de su nueva cúpula se celebra en el hotel de Santiago de Compostela en el que Núñez Feijóo siempre hace sus anuncios más importantes. Desde allí, la líder del BNG ha dicho que el presidente gallego está nervioso.