No se cierra en Galicia la polémica generada por la sentencia de una jueza de Marbella en un caso de custodia de un bebé de 13 meses. El uso, entre otras cosas, de la construcción “Galicia profunda” por parte de la magistrada y unir la misma a una serie de carencias forma parte de los tópicos típicos que responden, como casi siempre si se habla de estereotipos, más a cuestiones de ignorancia que de conocimiento.

Sin embargo, han alimentado tal revuelo las expresiones contenidas en el auto, que han provocado que el fondo de la cuestión se haya quedado en un segundo plano.

Hoy mismo, el asunto ha llegado al Parlamento autonómico. En él, los grupos con representación, se han puesto de acuerdo para censurar las afirmaciones de la jueza de la ciudad andaluza. Los partidos han mostrado su total rechazo al uso de la citada expresión "Galicia profunda" para cualquier aldea, parroquia, pueblo o ciudad de la región.

En una declaración institucional leída esta mañana en el pleno por el presidente de la Cámara gallega, Miguel Santalices, se dice que "este cualificativo implica una valoración peyorativa e injustificadamente negativa del país, que resulta inadmisible en cualquier contexto más aún en una resolución judicial".

Cabe recordar que la sentencia objeto de controversia, además de utilizar “Galicia profunda” como uno de los argumentos justificativos del fallo, también atribuye al concello al que se refiere limitaciones a la felicidad y al propio desarrollo integral de una persona solo por el mero hecho de vivir en ella. Sobre esto justificó la jueza el otorgamiento de la guardia y custodia del menor a su padre.

En concreto, achaca a la madre del bebé una actitud “deplorable” por llevarse al menor al pueblo de “la Galicia profunda” de manera unilateral. Se refiere la magistrada, a la que ahora reprocha el uso de estas expresiones el Parlamento autonómico, a la aldea coruñesa de Torea, en Muros, “de tan solo 319 habitantes”. Llega a decir que en este municipio ni siquiera la progenitora tiene opciones laborales.

El Parlamento ha dado el visto bueno este martes a considerar la expresión como “inadmisible”, tal y como queda patente en la declaración institucional impulsada por el Bloque Nacionalista Galego. En la misma también se considera “sorprendente” y “rechazable” que en un escrito de carácter judicial se recojan expresiones y descripciones de este calibre.

A modo de conclusión, los diputados gallegos han añadido que estas aseveraciones incluidas en el fallo demuestra “profundo desconocimiento de la realidad de Galicia y del pueblo gallego" ya que "cualquier aldea, villa o ciudad gallega es apta para el desarrollo de un niño".

Por todo ello, frente a las afirmaciones de la sentencia, los parlamentarios de los tres grupos (PPdeG, PSdeG y BNG) expresan su "orgullo como gallegas y gallegas" en la aprobación de la declaración, algo que también consideran como un "acto de dignidad colectiva".