A pesar de los intentos del presidente de la Xunta por agradar a uno de los sectores más castigados por la pandemia, parece que sus alusiones continuas a la comprensión por sus quejas no convencen a los hosteleros.

Es lo que se desprende del comunicado que ha hecho público la Plataforma en Defensa de la Hostelería Gallega en el que, entre otras cosas, pone en entredicho los últimos anuncios del propio Alberto Núñez Feijóo destinados al sector y que entran en vigor hoy.

El Gobierno autonómico “vuelve a adoptar decisiones arbitrarias y discriminatorias, con escaso rigor técnico y científico, basadas en la improvisación”, dicen los hosteleros.

Entre las nuevas medidas que se han hecho efectivas a las 00.00 horas de este viernes, además del aumento de la hora de toque de queda, se encuentra la ampliación de apertura de los restaurantes hasta las 23.00 horas. Esta decisión, sin embargo, beneficia solo a los locales con esta licencia, no así a los bares que deben seguir cerrando a las 21.00 horas.

Ante esto, además de criticar la falta de diálogo, la Plataforma pone en tela de juicio este anuncio del presidente gallego porque supone un “agravio” para los establecimientos que prestan servicio de comidas, tal y como les permite su licencia “impidiendo la ampliación horaria hasta las 23.00 horas” como podrán hacer desde hoy los restaurantes.

A juicio de los hosteleros, la medida encierra una “doble discriminación” para el ámbito de la hostelería nocturna, a la que se le “impide desarrollar actividades permitidas en horario diurno y que recogen sus propias licencias”.

A lo anterior, la Xunta ha añadido, como requerimientos previos para beneficiarse del incremento de horario, que el establecimiento funcione con cita previa o reserva para la cena en cuestión. Además, también ha de disponer de un registro de clientes por si se produce un brote de coronavirus y se exige la instalación de medidores de CO2 en el local para controlar la correcta ventilación.

Para la Plataforma en Defensa de la Hostelería Gallega es más que cuestionable la exigencia de equipar los restaurantes con medidores de CO2 para poder servir en el local desde las 21:00 hasta las 23:00 horas. Según su opinión, se trata de una “medida difícilmente explicable en términos de control de la pandemia, y que se parece más a una burla al sector”, al tiempo que también ponen en tela de juicio la toma de datos personales de los clientes.

La conclusión es contundente y pasa por pedir al Ejecutivo autonómico que deje de “improvisar” y empiece a actuar con la “máxima responsabilidad y rigor técnico”.

En este punto, en el mencionado comunicado recuerdan que el sector lleva más de un año prácticamente parado y sin recibir “una compensación económica que pueda ser considerada válida para el mantenimiento de las empresas”.