Uno de los momentos más polémicos del día ‘D’ de la DANA -el pasado 29 de octubre- es el de la comida del president de la Generalitat, Carlos Mazón, con la periodista Maribel Vilaplana, para ofrecerle la dirección de À Punt. Sin embargo, no es el único ágape clandestino que marcan la trayectoria política del responsable valenciano, ya que a éste le acompañan otros encuentros de carácter similar para cerrar acuerdos con partidos políticos o empresarios.

Las citas en reservados con personas de renombre son un habitual en el camino que ha emprendido Mazón desde que fuera nombrado director general del Instituto Valenciano de la Juventud en 1999, nada más terminara los estudios de Derecho en la Universidad de Alicante, hasta la actualidad, con la reciente DANA que ha dejado a su paso 223 fallecidos e innumerables daños irreparables tanto a nivel personal como material.

En el marco del ‘caso Brugal’

El primero de los encuentros de este tipo que más polémica acarreó lo protagonizó en abril de 2008, en su caso en la cafetería The Duke, situada en la plaza de los Luceros, prácticamente al lado de la Diputación de Alicante, donde entonces ocupaba la cuarta vicepresidencia y operaba como diputado de Infraestructuras.

Aquel encuentro tuvo lugar nada menos que con los empresarios Rafael Gregory e Ignacio Mangada y se produjo en el marco de las pesquisas del ‘caso Brugal’, una macrocausa de corrupción. Los investigadores seguían la pista al primero de los empresarios, quien se refería en conversaciones con otros empresarios que pinchó la policía a un “presunto entramado de supuestas irregularidades llevadas a cabo por altos cargos de la Diputación Provincial de Alicante en lo referente a la contratación de obra pública”.

Es más, el informe policial que se pronunciaba así aludía directamente a Mazón, tal y como consta en el sumario. El ahora president de la Generalitat fue llamado a declarar tres años después en calidad de imputado por presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias ante la titular del Juzgado de Instrucción número 4 de Alicante. Ya por aquel entonces ejercía como director gerente de la Cámara de Comercio de Alicante, un puesto para nada baladí en el entramado empresarial que mantuvo en vilo la ciudad en ese momento.

Todos los implicados en el ‘caso Brugal’ negaron los hechos y éste fue finalmente archivado, aunque una sentencia reciente del Tribunal Supremo -que consta el pasado 22 de julio- validó las escuchas telefónicas que los investigadores estuvieron persiguiendo.

Tonteo con Ciudadanos

Hay que trasladarse hasta 2019 para encontrar otra cita cuanto menos controvertida en la que participó Mazón, en este caso en clave puramente política. Con un Ciudadanos en pleno auge, el que fuera después líder de los ‘populares’ en la Generalitat acudió a un encuentro con el secretario de Organización de la formación naranja, Fran Hervías, quien le propuso encabezar la candidatura municipal para intentar hacerse con la Diputación de Alicante.

Mazón terminó por desoír la propuesta, aunque hubo un tiempo en el que se la planteó seriamente. Así las cosas, fue después de una maniobra del entonces secretario general del PP, Tedoro García Egea, cuando el responsable político protagonista de estas líneas terminó encabezando la lista en Alicante en sustitución de César Sánchez, alcalde en ese momento de Calpe y presidente de la Diputación. Si bien Ciudadanos tuvo un peso importante en el gobierno con Julia Parra como vicepresidenta.

Un de los instantes clave en los que Mazón cambio de opinión fue un encuentro al que también acudió García Egea. No eran exactamente comidas ni cenas, sino eso, encuentros gastronómicos que tenían lugar aproximadamente una vez al mes en el restaurante Ripmar de Mutxmel (Alicante) y a los que acudían personalidades del mundo de la política, las empresas o el periodismo.

Contratos a dedo

En esos encuentros el president de la Generalitat solía coincidir con el empresario Miguel Quintanilla, propietario del grupo Idex. Este nombre es importante porque su empresa recibió un contrato de 1,1 millones de euros por el servicio de inserción de publicidad allá por 2019, cuando Mazón aterriza en la provincia de Alicante.

Esos encuentros, denominados ‘Delicatessen’ se prolongaron al menos hasta 2023, coincidiendo con la investidura del president ya en el máximo puesto dentro de la Comunitat Valenciana. En una fotografía de aquellas jornadas, que Compromís recordaría recientemente en Les Corts tras la cena entre Mazón y Vilaplana aparecen, además de Quintanilla, Toni Cabot; actual director del diario Información (Alicante), o el alto cargo Santiago Lumbreras.

La compañía de Quintanilla se ha beneficiado de más contratos. Por ejemplo, tras el paso del temporal, cuando el Ejecutivo del barón ‘popular’ optó por contratar una campaña de publicidad para vender sus medidas el plan de recuperación, el PP cerró a dedo un acuerdo menor para la creatividad de la imagen de la campaña con la compañía del empresario.

Las mil versiones de la comida con Maribel Vilaplana

Acorralado por la última de éstas comidas polémicas, Mazón ha cambiado la versión sobre el propósito de su encuentro y acerca de qué fue realmente ese ágape. Primero dijo que fue un almuerzo privado, después lo tildó como uno de trabajo para más tarde situarlo en una especie de punto intermedio. Incluso llegó a decir que se trataba de un “picoteo en los alrededores del Palau”.

De momento, el president de la Generalitat puede esconder la factura al decir que se trataba de una comida como presidente del PP en la Comunidad Valenciana. Sin embargo, podría tener que mostrarlo al Tribunal de Cuentas o las distintas comisiones de investigación sobre la DANA.