Las constantes convulsiones internas vividas por el gobierno presidido por Maragall prácticamente desde su mismo inicio y hasta su definitiva disolución, tres años después, desgraciadamente vinieron a confirmar aquella definición convergente. Una definición que se perpetuó cuando, en 2006, PSC, ERC e ICV-EUiA repitieron su alianza con el socialista José Montilla como president.

“Un acuerdo de gran alcance” entre CiU y PP
Ahora en Cataluña existe un nuevo y hasta ahora insólito tripartito, el integrado por CiU y PP. Se trata de la pepevergencia. CDC y UDC, los dos partidos que desde hace ya más de treinta años integran la federación nacionalista de CiU, han optado ya por un socio preferente para dar estabilidad al actual gobierno nacionalista presidido por el convergente Artur Mas. La Vanguardia destaca hoy: “CiU y PP cierran un acuerdo de gran alcance”. El nuevo pacto al que han llegado CiU y PP no se reduce a garantizar la abstención de los diputados del PP que hará finalmente posible la aprobación de los Presupuestos de la Generalitat para este año, a pesar de la oposición de las restantes formaciones con representación parlamentaria, sino que incluye asimismo importantes compromisos para el ejercicio presupuestario de 2012 e incluso abre la puerta a la aprobación, a través de una negociación bilateral entre CiU y PP, de la conocida como “ley Ómnibus”, que con la excusa formal de simplificar y agilizar la administración y activar la economía introducirá importantes recortes sociales y hará tabla rasa en muchas de las iniciativas legislativas que las izquierdas catalanistas aprobaron durante sus siete años de gobierno.

Un documento de ocho puntos
El acuerdo alcanzado entre CiU y PP se concreta en un documento de ocho puntos, que será firmado hoy mismo por el consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, y el portavoz económico de CiU, Jordi Turull, ambos en representación de la federación nacionalista, y en nombre del PP por parte de su portavoz, Enric Millo, y su secretario general, Jordi Cornet. La negociación, no obstante, ha tenido en Alícia Sánchez-Camacho como protagonista destacada. La presidenta del PP catalán se ha apresurado a acceder a las solicitudes de CiU, para evitar que los nacionalistas alcanzasen finalmente algún tipo de acuerdo con el PSC y/o con ERC. Por parte del gobierno de Artur Mas ha habido desde su misma constitución una clara predisposición a apostar por acuerdos importantes con el PP, dejando definitivamente en el baúl de los recuerdos los lejanos compromisos de no pactar jamás con dicho partido y olvidando también que fue precisamente el PP el responsable de la declaración de inconstitucionalidad de partes sustanciales del Estatuto de Autonomía de Cataluña de 2006.

Negociación a máximo nivel
Alícia Sánchez-Camacho ha llevado personalmente esta negociación al máximo nivel, tanto con el propio president Artur Mas y con el portavoz de CiU en el Parlamento de Cataluña, Oriol Pujol, como con el ya mencionado consejero Mas-Colell y con otros destacados miembros del gobierno de la Generalitat, como la vicepresidenta Joana Ortega y los titulares de Sanidad, Boi Ruiz, y de Sanidad, Irene Rigau. Estas negociaciones se han venido desarrollando en secreto desde el pasado 22 de mayo, con repetidos contactos también entre la presidenta del PP catalán y dos destacados colaboradores del president Mas, el portavoz y el secretario de su gobierno, Francesc Homs y Germà Gordó. Sánchez-Camacho fue determinante en su oposición radical a cualquier posibilidad de un acuerdo paralelo entre CiU y el PSC, en especial tras la publicación de un extenso artículo del portavoz parlamentario socialista, el exconsejero Joaquim Nadal, en el que se ofrecía a consensuar grandes objetivos presupuestarios y políticos para esta legislatura.

Techo de gasto y tope de déficit
Uno de los puntos más destacados del acuerdo alcanzado entre CiU y PP fija el objetivo de estabilidad presupuestaria, con techo de gasto y tope de déficit, un objetivo al que CiU se había opuesto reiteradamente con gran firmeza cuando le fue reclamado desde el gobierno español. La reducción del gasto farmacéutico, así como otros importantes recortes en todo tipo de prestaciones sociales, se deriva de este techo de gasto y tope de déficit, según los planteamientos fijados en este acuerdo político. Un acuerdo que afecta también a la reducción o eliminación de muchas de las delegaciones que la Generalitat tiene establecidas en el extranjero desde hace muchos años, puesto que se inició ya con Jordi Pujol como president.

El tripartito de derechas
Una vez conseguido este acuerdo de gran alcance con el PP, está claro que en Cataluña tenemos un nuevo gobierno tripartito. Ahora se trata de un tripartito de derechas. Y un tripartito nacionalista, aunque con dos formaciones como CDC y UDC que se definen como nacionalistas catalanas, y una tercera formación, el PP catalán, que es y sigue siendo nacionalista española. Habrá que ver a partir de ahora cómo se mantiene este acuerdo, qué consecuencias inmediatas tendrá en la política catalana y qué repercusiones tendrá también en el conjunto de la política española, en especial después de las próximas elecciones legislativas.