El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se pliega definitivamente ante el discurso de Vox en materia migratoria y este miércoles se ha referido a la deportación “inmediata” de los inmigrantes irregulares que delincan. “La inmigración irregular que viene a incumplir las leyes o a vivir de políticas sociales, evidentemente no va a ser bienvenida en el país”, ha señalado.
En un evento organizado en el marco de los cursos de verano de la universidad CEU San Pablo, el responsable gallego ha incluido en sus cálculos a los hijos de personas migrantes, como hiciera la semana pasada la extrema derecha.
Así, a los seis millones de migrantes censados, ha añadido a los migrantes irregulares y los hijos de migrantes nacidos en España y que ya son españoles. Ha emitido que hay sectores en los que las personas que acuden a nuestro país son determinantes, pero ha hecho hincapié a la hora de hablar de una “migración regular” que “se integre en la cultura española, acepte la Constitución y el ordenamiento jurídico y cumpla”.
Con todo, ha insistido en que “lo irregular no puede producir derechos” y ha denunciado el “descontrol migratorio” que, a su parecer, ha provocado el Ejecutivo de España bajo la batuta de Pedro Sánchez.
Bulos sobre la inmigración
Para amparar sus declaraciones, Feijóo ha dado rienda suelta a datos falsos, tal y como ha informado elDiario.es. Más detalladamente, el expresidente de la Xunta ha llegado a decir que España es “donde más inmigración irregular ha entrado en 2023 y 2024”. “Y veremos en 2025”, ha acentuado.
Nada más lejos de la realidad, atendiendo a las cifras de la ONU, en 2023 Italia fue destino de muchas más personas en situación irregular que España. El país de Giorgia Meloni recibió 157.000 inmigrantes irregulares por los 57.000 que llegaron a nuestro país.
El año pasado se repitió el patrón: 67.000 migrantes en Italia por menos de 64.000 en España. Entretanto, en lo que va de año se han contabilizado 32.820 entradas en Italia y menos de 19.000 en España. Cabe destacar mientras que Meloni impuso una política migratoria dura que tanto la derecha del PP como la ultraderecha de Vox vieron con buenos ojos.