La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha retomado esta semana un posicionamiento ultra en materia migratoria al pedir el cierre de algunos centros de acogida (CIE) que se encuentran en la capital, como el de Alcalá de Henares o Pozuelo de Alarcón.
El pasado martes, en plena tormenta desatada por las declaraciones de Vox, que pidió la expulsión de ocho millones de personas migrantes -incluso las que estuvieran nacionalizadas- la lideresa regional volvió a complicar a un Partido Popular que momentos antes había intentado marcar distancias a su manera con los de Santiago Abascal a través de su secretario general, Miguel Tellado.
"Capitán del barco pirata"
La responsable primera de Sol aprovechó, además, para volver a arremeter contra Pedro Sánchez, al que, sin aportar una sola prueba, acusó de “provocar” un caos en el apartado de la migración. “Está perfectamente medido por el Gobierno para crear problemas de convivencia y saturar los servicios públicos y reventar el país”, dijo la baronesa respecto de la “inmigración regular masiva”, que también tachó al presidente del Ejecutivo de “desleal”.
“Me parece que es desleal con los inmigrantes que trabajan y que levantan España cada día y que no tienen por qué ser ni señalados ni tienen por qué ser culpados por esa negligente gestión del capitán del barco pirata”, indicó.
Y a la hora de referirse a los centros de acogida apuntó: “Está sucediendo algo inasumible (…) Esto se une a los centenares de miles de personas que todos los años están entrando por la puerta de atrás por Barajas unido al drama de los menores, política que se extiende a ellos y que vamos a llevar ante Europa, ante los países vecinos también afectados por las políticas de Pedro Sánchez en este sentido, y ante los tribunales donde haga falta”.
¿Discrepancias, otra vez, en el PP?
De esta manera, la lideresa regional elevaba el tono respecto de la migración coincidiendo con el despropósito de la extrema derecha, cuando la diputada Rocío de Meer, en una rueda de prensa que no estaba programada para hablar de migración, dijo que deportarían a ocho millones de personas.
“Si de 47 millones de habitantes, más o menos 7 o más de 7 millones, porque tenemos que tener en cuenta la segunda generación… 8 millones de personas han venido de diferentes orígenes en muy corto periodo de tiempo. Es extraordinariamente difícil que puedan adaptarse a nuestros usos y costumbres, pues las consecuencias son las que estamos viendo. Las calles y plazas no pertenecen a los españoles, a quienes siempre pertenecieron. Nosotros pensamos que hay una solución mala y menos mala. […] Tendrán que volver a sus países. Apostamos por este proceso de remigración porque hay algo importante que preservar”. Estas fueron las palabras exactas de la también portavoz de Emergencia Demográfica y Políticas Sociales de la formación ultra.
El entorno de Ayuso calificaba momentos antes la propuesta de Vox de “idiotez” en declaraciones a ElPlural.com, pero no se pronunciaban más allá. No aclaraban cuál era su posición sobre esto. Así las cosas, fuentes cercanas a la política madrileña señalaban que marcarían una posición más concluyente cuando los de Santiago Abascal “den detalles”.
Previamente, pero después de que el líder gallego llamara a “reducir la inmigración ilegal”, su mano derecha, Miguel Tellado, calificaba en una entrevista en Onda Cero que las medidas de Vox “son más extremas que las del PP”. Así, volvió a defender la “Inmigración ordenada”. “España lo necesita y tenemos que acoger a aquellas personas que lo necesiten. Estamos en contra de la inmigración ilegal, de esa que promueven los Gobiernos con efectos llamadas o que trafican con mafia”.
Por su parte, Abascal matizaba las declaraciones de De Meer cuando no habían pasado ni 24 horas desde que ésta las había pronunciado. El líder de Vox salió al rescate de su compañera de partido para decir que quienes pusieron número a su “proyecto de expulsión” estaban “mintiendo y manipulando otra vez” porque “están nerviosos”.
Lo cierto es que la presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido capaz de afear a la extrema derecha su radicalismo a la vez que lo mimetizaba. Ejemplos de estas dos posiciones se encuentran la dicotomía entre respuestas al partido ultraderechista como que “los de las bandas latinas son tan españoles como Abascal” mientras pedía la repatriación de 19 menores extranjeros a su cargo.