El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha puesto en valor la vuelta a las aulas en la región como un momento de esperanza colectiva, de compromiso compartido y de responsabilidad social. En un artículo de opinión con motivo del arranque del curso escolar, que se ha producido este lunes, 8 de septiembre, el dirigente autonómico ha subrayado que la educación es mucho más que retomar rutinas: es ensayar la vida misma en cada aula, en cada grupo de estudiantes, en cada gesto de atención.

Para García-Page, los comienzos tienen algo profundamente humano, una mezcla de ilusión, incertidumbre y responsabilidad que se refleja de manera clara en el inicio de las clases. Ha recordado que este curso supone el regreso a un espacio donde se aprende a convivir, a respetar y a compartir, configurando un “micromundo que se activa con cada septiembre”.

33.600 docentes y 385.000 alumnos en las aulas de la región

El presidente ha querido destacar el compromiso de los más de 33.600 docentes que trabajan en la educación pública de Castilla-La Mancha, quienes afrontan el curso con la misión de abrir caminos de aprendizaje en los 1.080 centros públicos de la comunidad. A ellos se suman colegios concertados, privados y escuelas infantiles municipales, alcanzando los 1.784 espacios educativos en los que late cada día la vida escolar.

Asimismo, ha recordado que casi 385.000 alumnos y alumnas participan este año en el sistema educativo regional, acompañados también por sus familias, que renuevan su compromiso silencioso en cada mochila preparada o en cada conversación de ánimo antes de entrar al aula. Según Page, sin las familias, la educación estaría incompleta, ya que son ellas quienes transmiten los valores que la escuela refuerza.

La educación como tarea compartida

García-Page ha querido remarcar que el curso no comienza únicamente para estudiantes y docentes, sino también para toda la comunidad educativa que hace posible el engranaje del sistema: personal de administración y servicios, equipos directivos, asociaciones, entidades locales, profesionales de orientación, transporte, comedor escolar, limpieza o apoyo educativo. En sus palabras, todos ellos aportan lo mejor de sí mismos para garantizar condiciones de equidad, dignidad y seguridad.

En su reflexión, el presidente ha citado a Séneca para insistir en la necesidad de tener claro hacia dónde se dirige la educación. “Nuestro puerto es formar personas capaces de pensar, de convivir, de crear y de cuidar”, ha defendido, poniendo en valor la importancia de educar en la libertad responsable y en el respeto mutuo.

Compromiso con la innovación y la inclusión

El presidente autonómico ha asegurado que la administración educativa renueva este curso su compromiso con la mejora continua, la innovación, la inclusión y el bienestar del alumnado, sin olvidar el reconocimiento al trabajo docente. En su artículo ha insistido en que el Gobierno regional apuesta por una educación que acompañe a cada estudiante según sus necesidades y que sepa valorar el talento en todas sus formas.

Para García-Page, la diversidad no es un problema, sino una riqueza, y el reto pasa por consolidar un sistema educativo que refuerce esa idea, que impulse la empatía y que convierta la convivencia en un eje esencial.

Una oportunidad para volver a aprender

En su cierre, García-Page ha definido el inicio del curso como una forma de esperanza, un recordatorio de que siempre se puede aprender algo nuevo y enseñar algo mejor. Desde el Gobierno regional, ha deseado a toda la comunidad educativa un año lleno de aprendizajes significativos, encuentros humanos y “pequeñas grandes conquistas”.

“El curso escolar que empieza es una oportunidad de volver a empezar… y de volver a aprender”, ha afirmado, reivindicando la educación como la herramienta más poderosa para transformar vidas y sociedades.

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