El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha comparecido este lunes para anunciar un nuevo paquete de nueve medidas destinadas a dar respuesta al “genocidio”, por primera vez llamado así oficialmente desde Moncloa, que Israel está acometiendo en Palestina. Más allá de las actuaciones, el cambio discursivo, calificando de “exterminio de un pueblo indefenso”, “quebranto de las leyes de derecho humanitario” y “crímenes de guerra” las actuaciones militares del Ejecutivo de Benjamín Netanyahu contra población civil, gran parte niños, y “las ocupaciones ilegales” de territorio palestino han levantado ampollas entre los líderes israelís, que han respondido al instante.
El encargado de reaccionar ha sido el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, que ha acusado al mandatario español de “antisemitismo”. “El Gobierno español lidera una línea hostil antiisraelí, con una retórica desenfrenada y llena de odio”, ha trasladado el israelí, que acusa al Ejecutivo de Sánchez de llevar a cabo un “activismo obsesivo” basado en “evidentes ataques antiisraelíes y antisemitas”. “No todas las críticas a la política israelí son antisemitismo. Sin embargo, cuando se caracteriza por la demonización, la deslegitimación y un doble rasero, es antisemitismo”, ha añadido.
El encargado de las relaciones exteriores de Israel ha acusado a Sánchez de querer “distraer la atención de los graves escándalos de corrupción” y de tener “vínculos con gobiernos tiránicos y siniestros, desde el régimen de Irán hasta el gobierno de Maduro en Venezuela”. Además, se ha referido a la expulsión de judíos de España en el siglo XV y ha anunciado que llevará el pronunciamiento español ante la Alianza Internacional para la Memoria del Holocausto (IHRA, por sus siglas en inglés).
Asimismo, el Estado genocida ha decidido sancionar a dos ministras españolas, Yolanda Díaz y Sira Rego, que considera que “han traspasado la línea roja”. “La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Trabajo española tendrá prohibida la entrada a Israel e Israel no mantendrá ninguna relación con ella”, ha trasladado Saar, quien ha acusado a Díaz de “aprovecharse de la debilidad política del presidente Sánchez y arrastrarlo, paso a paso, a implementar su visión antiisraelí y antisemita”. “Se impondrán las mismas sanciones contra la ministra de Juventud e Infancia del mismo partido extremista”, ha añadido.
Israel también ha adelantado que “informará a sus aliados sobre la conducta hostil del gobierno español y el carácter antisemita y violento de las declaraciones de sus ministros” y “tomará decisiones adicionales posteriormente”. La vicepresidenta española ha reaccionado a estas amenazas y sanciones reclamando la retirada de la embajadora española en Israel. “No se puede prohibir la entrada a dos ministras de un Gobierno democrático a un país y seguir como si nada”, ha expuesto, llamando a “seguir actuando” ante el genocidio israelí.
Sumar, orgulloso por las sanciones, pide ir a más
Además, lejos de ofenderse, desde Sumar han garantizado que es “un orgullo” que un "Estado que perpetra un genocidio” les prohíba la entrada. “Seguiremos luchando por los derechos del pueblo Palestino, le guste al señor Netanyahu o no" ha compartido Díaz en redes sociales. No obstante, desde la formación magenta no se conforman con las medidas anunciadas por el jefe del Ejecutivo y reclaman ir más allá.
“El Gobierno israelí está en manos de los ultras y la extrema derecha" y sus acciones contra Palestina pasarán a los "anales de la historia como una de las infamias más grandes del siglo XXI", ha expresado el portavoz de Sumar y ministro de Cultura, Ernest Urtasun, en TVE. “No les vamos a tolerar, además, al Gobierno israelí es que nos digan antisemitas, porque no tiene nada que ver criticar a un genocidio en curso como lo está haciendo con el antisemitismo. De hecho, hacen un flaco favor a aquellos que combaten el antisemitismo", ha añadido.
Desde uno de los partidos que conforman la coalición electoral, Izquierda Unida, han calificado de "positivo pero insuficiente" el paquete de medidas, dado que la formación exige la ruptura total de relaciones diplomáticas y comerciales con el Gobierno de Netanyahu. Además, su coordinador federal, Antonio Maíllo, ha demandado al Gobierno que presente ante la ONU la propuesta de creación de una fuerza de intervención (en alusión a los 'cascos azules') que pare el "genocidio" de Israel en los territorios palestinos.