El último barómetro publicado por el Centro de Investigaciones Sociológicas ha dado unos resultados muy comentados en los medios de comunicación, en especial lo concerniente al descontento de la población con nuestros políticos y lo referente al posible comportamiento electoral, donde se destaca un descenso de apoyo a los populares en relación con los comicios del pasado noviembre, que sin embargo no se traduce en un avance significativo de los socialistas

Pero la encuesta, si la leemos completa, tiene también otros datos muy importantes. Lo primero que llama la atención es que el 56,1% considera que la gestión del PP es Mala o Muy mala, pero también tiene la misma opinión el 57,6% con respecto al PSOE. Ello indica un grado importante de distanciamiento de los ciudadanos con respecto a los dos partidos mayoritarios. Y esto tiene su expresión en la confianza en sus líderes, ya que el 77,9% tiene poca o ninguna confianza en Mariano Rajoy y el 83,5% en Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero también lo vemos reflejado a la hora de mostrar la simpatía hacia los partidos, puesto que la opción mayoritaria, con un 39,2%, es la de Ninguno, mientras que el PSOE recibe un 21,3% y el PP un 18,3%.

Estos datos deberían hacer reflexionar a los partidos en general, sin entrar en otras valoraciones, puesto que el desgaste que sufre la acción política, la vida pública, es algo que afecta a todos en general, no es un problema para ningún partido concreto, y en todo caso representa un cierto beneficio, si atendemos a la intención de voto, hacia opciones vacías de contenido ideológico, como es el caso de UPyD.

El otro aspecto que han destacado los medios de comunicación es que algo más de la quinta parte de los encuestados, el 21,9%, estaba a favor del establecimiento de un Estado central donde desaparecieran las Comunidades Autónomas. Sin embargo, en este caso olvidan reseñar el dato de que el 69,1% están a favor de la existencia del Estado autonómico, si bien con diferentes matices, pero en cualquier caso el grupo mayoritario es el de quienes desean mantener el modelo tal y como está, y representan un porcentaje superior al de los partidarios de un modelo centralista, puesto que llegan al 30,8%, a lo cual podríamos añadir que un 12,3% desearía todavía mayor descentralización y que un 8,9% querría que las autonomías pudieran contar con un procedimiento para acceder a la independencia. Luego, la mayoría de lo encuestados, en contra de lo que podría deducirse de lo expresado en los titulares periodísticos, están a favor del modelo autonómico.

En cualquier caso, el dato más preocupante es el distanciamiento que los ciudadanos empiezan a mantener en relación con sus representantes y en general con todo cuanto tiene que ver con la política. Claro que a esa situación se ayuda si no damos a conocer de forma adecuada y ajustada los datos de una encuesta que posee suficiente valor sociológico como es la del CIS, entre otras cosa porque ya cuenta con una serie estadística que la convierten en uno de los instrumentos básicos para movernos por el mapa político español.

Los partidos políticos están en la obligación de ofrecer a los ciudadanos una actuación capaz de concitar el apoyo cuando menos de sus votantes y provocar entre los ciudadanos la idea de que es posible salir de los problemas mediante la intervención de la política. Y sobre todo deben evitar que cada encuesta o barómetro que se publique se convierta en un suma y sigue que extienda la confusión y la desconfianza.