Basta de cartas. El presidente de la Junta, Juanma Moreno, ya le ha enviado tres al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a ninguna ha habido respuesta de la Moncloa. No habrá una cuarta misiva.

Más bien todo lo contrario: Moreno iniciará una ronda telefónica con los demás presidentes autonómicos ­–todos salvo el catalán, el vasco y el navarro– para forzar al Gobierno a negociar cuanto antes un nuevo sistema de financiación autonómica.

'Excusatio no petita...'

Así lo ha desvelado hoy el portavoz de la Junta y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, que en una suerte de ‘excusatio non petita, acusatio manifiesta’ ha repetido que no se trata de formar “ningún frente común”, sino de “coordinar estrategias con otras comunidades, siempre desde la lealtad institucional” al Gobierno de España.

Aunque Bendodo ha descartado verbalmente el frentismo, una buena parte de su intervención en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno la ha destinado a atacar a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a la que ha reprochado haberse hecho “una autoenmienda que pasará la historia de la política”, consistente en haber aprobado una cosa cuando era consejera andaluza de Hacienda y estar practicando la contraria desde el cargo de ministra.

Buenas cartas

El Gobierno andaluz de PP y Ciudadanos tiene buenas cartas para jugar la futura partida de la financiación autonómica: no solo porque Andalucía, al igual que otras CCAA, está infrafinanciada, sino porque esa infrafinanciación fue certificada por el propio Parlamento de Andalucía a iniciativa de la ahora ministra Montero.

Todos los partidos de la Cámara, salvo Ciudadanos obedeciendo a la estrategia marcada por la dirección nacional del partido, votaron en marzo de 2018 a favor del Dictamen del Grupo de Trabajo sobre Financiación Autonómica, promovido por Montero, según el cual había que buscar “un mecanismo de reestructuración de la deuda autonómica en manos del Estado, tomando como criterio la insuficiencia financiera sufrida por aquellas comunidades cuyos recursos del sistema actual se situasen por debajo de la media". Tal insuficiencia, en el caso de Andalucía, fue cifrada en 4.000 millones de euros al año.

El problema de fondo

La iniciativa del presidente andaluz se sitúa en la estela de la lanzada por el presidente valenciano, Ximo Puig, que unas horas antes de la comparecencia de Bendodo hacía un llamamiento a otras autonomías igualmente infrafinanciadas para presionar al Gobierno.

Sin embargo, desde el PSOE, en palabras de su portavoz de Hacienda Antonio Ramírez de Arellano, se interpreta que la intención de Moreno es eludir comprometerse con la propuesta de Puig, cuya comunidad comparte la infrafinanciación andaluza, con el fin de crear “una especie de pasapalabra, un grupo de wasap” para apuntalar los intereses de comunidades como Madrid o Galicia.

El problema político de fondo, y las autonomías lo saben –como lo sabe Pedro Sánchez y lo sabía su antecesor Mariano Rajoy cuando remoloneaba ante el clamor autonómico– es que, para atender las necesidades financieras de las CCAA, el Ejecutivo tendría que recortar su porción de la tarta presupuestaria nacional, dado que ni siquiera una subida fiscal significativa podría cubrir tales necesidades territoriales.