Nunca tanta alegría provocó tanta desazón. Como en el juego de las matrioshkas rusas, la noche electoral del 19 de junio trajo una serie de noticias a cada cual más pequeña, pero más peligrosa, que ha acabado en una explosión interna en el PP de Sevilla. Juanma Moreno consiguió una histórica mayoría absoluta para el PP andaluz, a la vista de todos. Los más cafeteros no dejaron pasar el dato de la victoria, también inédita, en la provincia de Sevilla. Pero había que estar muy atento para captar el terremoto que, al día siguiente, provocaría el anuncio de una moción de censura en Lora del Río contra su alcalde, el popular, Antonio Enamorado. Un terremoto que acabó, el pasado lunes, en una hecatombe en la Junta Directiva extraordinaria del PP de Sevilla para analizar los resultados y donde varios alcaldes y la consejera Patricia del Pozo, fieles a Javier Arenas, montaron un “teatrillo”  a voces contra la presidenta, Virginia Pérez, quien acabó cerrando el cónclave ante los “insultos y falta de respeto” de sus compañeros de partido.

La tarde del lunes 27 de junio, el Hotel Meliá Lebreros de Sevilla acogía la Junta Directiva extraordinaria de un PP de Sevilla que, por primera vez en la historia, había conseguido ganar las elecciones en la provincia. La formación había pasado de tres a nueve diputados, la mitad de los que otorga la circunscripción del PSOE por excelencia, la cuna de Felipe González, Alfonso Guerra, José Rodríguez de la Borbolla, Manuel Chaves o Susana Díaz. La victoria era la guinda a la mayoría absoluta, también histórica, de Juanma Moreno Bonilla y todo hacía prever una reunión de alegrías y palmaditas en la espalda. Pero entre bambalinas se había gestado una revuelta interna para reabrir las heridas internas de un partido, el PP de Sevilla, que lleva tiempo partido por la mitad y al que la épica de la victoria no ha servido para cicatrizar. Más bien al contrario.

El avispero del PP de Sevilla

Al frente del PP de Sevilla está Virginia Pérez, una superviviente política de las guerras internas que ha vivido el partido en todos sus niveles en los últimos años. Pérez se enfrentó en su día a la dupla de María Dolores de Cospedal y Juan Ignacio Zoido, y se posicionó con Javier Arenas y Soraya Sáenz de Santamaría cuando impulsaron la primera candidatura de Juan Manuel Moreno Bonilla. Después, abandonó ese frente y se puso del lado de la Génova de Pablo Casado, cuando él y Teodoro García Egea intentaron hacerse con todos los aparatos provinciales de Andalucía.

De aquella ofensiva de Génova salió su victoria en el traumático Congreso del PP de Sevilla, que partió a la formación por la mitad en marzo de 2021. Virginia ganó con un 60% de apoyo frente al 40% que cosechó Juan Ávila. Un margen que parece escaso en comparación con victorias búlgaras como la de Isabel Díaz Ayuso (99,12% de apoyo) o la del propio Feijóo como líder nacional (98,35% de los votos). Pero que en el PP de Sevilla supone todo un aldabonazo, sobre todo al tener enfrente a un candidato impulsado desde San Telmo y con el plácet de Javier Arenas. Sin embargo, aquellos tiempos quedaron atrás y Virginia Pérez había llegado a una tregua con Juanma Moreno Bonilla para apartarse y pacificar la formación. Una pax que los fieles a Javier Arenas hicieron saltar en la Junta Directiva con “un teatro malo”, según fuentes del PP de Sevilla presentes en la reunión y como se puede comprobar con la grabación del cónclave, al que ha tenido acceso ElPlural.com.

Patricia del Pozo, consejera de Cultura de la Junta.
Patricia del Pozo, consejera de Cultura de la Junta.

La aparición de Patricia del Pozo

Todo arrancó cuando apareció en la reunión Patricia del Pozo, mano derecha de Arenas y consejera de Cultura de la Junta de Andalucía, cartera en la que se han refugiado buena parte de los arenistas. Como parte de la salida tranquila y pactada de Virginia Pérez, la lista sevillana del PP fue encabezada por Del Pozo y la presidenta del PP fue colocada en un seguro tercer puesto. Y Del Pozo se plantó en una Junta Directiva ya arrancada entre los aplausos de “la clá” de alcaldes cercanos a Arenas.

En las Juntas Directivas extraordinarias no se permiten intervenciones ni ruegos ni preguntas, pero Del Pozo tomó la palabra para pronunciar un discurso preparado “que grabó corriendo su equipo de prensa”. Y la alegría de la incontestable victoria electoral empezó a torcerse: “Me ha invadido estos días una gran tristeza durante la campaña”, soltó Del Pozo, para introducir el polémico tema de la moción de censura en Lora del Río. “Ha tenido que ser muy duro para uno de nuestros alcaldes, Antonio Enamorado, encontrarse con una moción de censura en plena campaña electoral y tengo que confesaros que para mí fue muy duro el cierre de campaña. Subirme a ese mitin, sabiendo que se acababa de firmar la moción de censura en Lora del Río”.

La mociòn de censura en Lora del Río

Lora del Río es un municipio sevillano de 20.000 habitantes donde el PP gobernaba con mayoría absoluta hasta hace unos días. La localidad ha sido escenario de primera mano de las peleas internas y familiares, nunca mejor dicho, del PP de Sevilla. Su alcalde, Antonio Enamorado, apostó por Juan Ávila frente a Pérez en el Congreso de marzo de 2021 y, en esa refriega, despojó de responsabilidades a los concejales Eloy Tarno -marido de Pérez- y Álvaro Aranda, encargado de recoger avales para la actual presidenta del PP de Sevilla. 

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Aquella situación se fue degradando hasta desembocar en una moción de confianza perdida hace unas semanas por Enamorado y, en consecuencia, una moción de censura registrada en la madrugada de la noche electoral, en plena celebración del PP andaluz. Cuando se celebró la Junta Directiva ya se sabía que Enamorado iba a perder este 1 de julio la moción de censura gracias a un exconcejal del PP que se ha pasado a la oposición y ha dado la Alcaldía al PSOE. Los ánimos de la Junta Directiva eran la antesala de la moción de censura del viernes, en la que tuvo que intervenir la Guardia Civil.

"Han festejado la moción de censura"

Del Pozo había sembrado la semilla y el todavía alcalde Enamorado tomó la palabra para acusar a “compañeros de esta casa que han festejado el momento en que se ha firmado la moción de censura”. “Lo cuento porque muchos están haciendo las listas y que tengáis en cuenta la lealtad”, exigió el regidor de Lora del Río. 

Ante esas acusaciones, la presidenta tomó la palabra para subir el tono: “Las listas las hacéis vosotros, las personas con las que contáis las elegís vosotros, tuviste la oportunidad como la tuvieron otros”. “Hay una cosa que has comentado, no creo que nadie en esta sala se pueda alegrar de perder una alcaldía porque trabajamos todos por lo mismo y es muy duro pensar que alguien se pueda alegrar”, le espetó Pérez. 

La presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, en el Parlamento de Andalucía
La presidenta del PP de Sevilla, Virginia Pérez, en el Parlamento de Andalucía

"Es una falta de respeto"

Lo peor estaba por venir, porque pese a no existir ruegos y preguntas, el alcalde de Herrera, Jorge Muriel, soltó una acusación velada en forma de pregunta: “¿Desde la Presidencia se ha hecho todo lo posible para evitar lo que ha ocurrido en Lora?” . “Jorge, me duele mucho esa pregunta y es hasta una falta de respeto”, le espetó la presidenta del PP, que reveló sus conversaciones privadas con Enamorado para “decirle que no incluyese en su lista a nadie en quien no confiase”. “No hice la lista electoral de Lora del Río, no les di las carteras a los concejales, no les retiré las carteras. Me parece un insulto que me atribuyas a mí que se vaya a provocar una moción de censura”, se arrancó Pérez.

“Habéis llegado al límite de entrar en mi vida privada, personal”, continuó Pérez, para revelar que su marido, concejal de Lora del Río, entregó su acta a petición de ella, “el 6 de enero porque era mi regalo de Reyes” y nada tuvo que ver en el fracaso de los presupuestos locales en febrero. “Pero llega un momento en que mezcláis lo personal, asfixiáis a la gente, contáis cosas a los periodistas que son mentira y no me merezco lo que estáis haciendo”, llegó a decirles Pérez, antes de dirigirse al alcalde de Herrera: “Jorge, que me cuestiones, dice muy poco de ti, no de mí”.

“Estás buscando un culpable que no existe, por lo menos no soy yo. Yo no soy la responsable de que se haga la moción de censura y es injusto e inmoral que se plantee en una Junta Directiva”, prosiguió Pérez. “Mi marido se volvió a su trabajo de funcionario e hizo un ejercicio de respeto, no a la presidenta del PP, sino a su mujer. Ya quisiera más de uno de los que está aquí sentado tener una persona a su lado de la grandeza moral de mi marido”, fue la traca final de la presidenta del PP, antes de impedir a los alcaldes rebeldes tomar de nuevo la palabra, sin que hubiese ruegos y preguntas. “Esto no es una Junta Directiva, esto es otra cosa.  Tú quieres trasladar los problemas de tu Ayuntamiento a mi persona, se levanta la sesión”.

Javier Arenas, en una imagen de archivo. Fuente: Europa Press.
Javier Arenas, en una imagen de archivo. Fuente: Europa Press.

Javier Arenas: la clave entre bambalinas

Antes de que todo saltase por los aires, la intervención de Patricia del Pozo incluyó lo que para muchos es la clave de esta guerra civil en el PP de Sevilla: un discurso presidencialista para el público interno y ante un Javier Arenas silente en primera fila, pero a quien le acusan de los "tejemanejes" entre bambalinas. “Esta campaña ha sido muy dura, pero el cariño y afecto que he sentido por todos los rincones me ha hecho superar cualquier tipo de obstáculo o sinsabor. El que me llame o quiera contar conmigo para dividir no me va a encontrar, o para alimentar algún tipo de rencor no me va a encontrar”, declamó Del Pozo ante los presentes.

Tras un año y medio convulso en el PP de Sevilla, Pérez había pactado su salida pacífica con Moreno Bonilla a cambio del tercer puesto en las listas electorales. Tras las elecciones, fuentes del PP aseguran que el presidente andaluz quiere tomarse con calma el relevo en el PP de Sevilla, sobre todo con los ojos puestos en la posibilidad de ganar la Alcaldía de Sevilla en las próximas municipales con un perfil que cicatrice las heridas y una al partido. 

Pero el sector liderado por Arenas, a raíz de lo visto y según las fuentes del PP sevillano consultadas, tiene prisa y “no quiere darle tiempo a pensar a Moreno Bonilla”. Lo que pasó en la Junta Directiva, apuntan estas fuentes, fue “un teatro del malo” para provocar una explosión. "Ellos pensaron que Virginia se rompería y echaría a correr",  añaden fuentes del PP de Sevilla, provoncado así que el presidente andaluz montase una gestora de urgencia “y que Arenas pueda poner a alguien a quien ningunear”. Alguien que, a juzgar por su discurso triunfalista, podría ser Patricia del Pozo, “que siempre ha estado por medio y es más disolvente que pegamento”.