Jarro de agua helada para la familia de Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de 8 años. La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo ha confirmado la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) que, al igual que la del Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Huelva, absolvió a Francisco Javier Medina, acusado del asesinato de un padre y de su hija, que fueron acuchillados en su vivienda de Almonte (Huelva) en 2013.

El fallo del alto tribunal, al que ha tenido acceso Europa Press, considera que estas dos sentencias realizaron "una valoración racional de la prueba practicada en el juicio oral".

El tribunal ha recordado que es competencia del juzgado realizar la valoración de la prueba y explica que esta Sala, al no haber estado en el juicio oral, no puede realizar "la revalorización" de la misma que plantea la impugnación, "puesto que solo el tribunal que ha presenciado las pruebas puede valorarlas" en los términos que señala la Ley de Enjuiciamiento Criminal --artículo 741-- y la Ley Orgánica del Tribunal de Jurado.

Así, el Supremo ha desestimado el recurso de casación interpuesto por la familia de las víctimas, que ejerce la acusación particular, contra la sentencia del TSJA que confirmó la absolución acordada por el Tribunal del Jurado al no haberse probado la participación del acusado en el doble asesinato.

Un crimen atroz

Fue uno de los crímenes más terribles de cuantos se han cometido en Andalucía en los últimos años. Ocurrió el 27 de abril de 2013 en la localidad rociera de Almonte: Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de 8 años, eran literalmente cosidos a puñaladas por… no se sabe por quién.

La justicia no está completamente segura y más allá de toda duda razonable de que el autor de los hechos fuera el único sospechoso y procesado, Francisco Javier Medina, que cuando ocurrieron los hechos y en el momento de su detención un año después, en junio de 2014, era pareja sentimental de Marianela Olmedo, madre de la pequeña y expareja del hombre fallecido,

No culpable

En febrero pasado la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirmaba la sentencia de la Audiencia de Huelva, de octubre de 2017, que absolvió a Medina de los delitos de asesinato después de que un jurado popular lo declarara –por mayoría, no por unanimidad– no culpable. La defensa de Medina la dirigió Francisco Baena Bocanegra, considerado uno de los mejores penalistas del país.

La acusación particular y la Fiscalía, que habían solicitado la nulidad de las actuaciones y la celebración de un nuevo juicio por falta de motivación del veredicto, recuerrieron el dictamen ante el Supremo, que ahora ha rechazado sus pretensiones.

Tras la absolución de octubre, el condenado fue puesto de inmediato en libertad después de haberse pasado más de tres años en prisión preventiva: tan contundentes habían sido para la Guardia Civil y el juez instructor los indicios reunidos contra él.

Los investigadores, la Fiscalía y la madre de la niña y exesposa del hombre no tienen ninguna duda de que Medina fue el asesino, pero los tribunales sí que las tienen. Las tuvo la Audiencia de Huelva primero y el TSJA después, que también encontró suficientemente motivada la decisión del jurado y subrayó en su sentencia que “no existió ninguna prueba directa de cargo sobre la participación del acusado en los hechos”, si bien, añadía a renglón seguido, ello “no significa que no hubiese base probatoria razonable para su condena”.