Nueva vuelta de tuerca al caso del doble y horrendo crimen de Almonte cuyo único sospechoso fue absuelto por un jurado popular, dictamen que confirmó después el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

Tras realizar un detenido examen de la causa a instancias de la acusación particular, la Fiscalía del Tribunal Supremo ha decido solicitar a la Sala Segunda que declare su nulidad y ordene la repetición del juicio por la muerte a puñaladas de una niña de ocho años y su padre el 27 de abril de 2013.

Un comunicado de la Fiscalía del Supremo informaba ayer de su decisión, que materializará en los próximos días, al entender que el jurado "no efectuó una valoración racional de las pruebas practicadas", y ello a pesar de que el TSJA no hizo reproche alguno a la sentencia absolutoria de la Audiencia de Huelva, recurrida en su momento ante el tribunal andaluz. Tampoco la Fiscalía del TSJA vio motivos para recurrir ante el Supremo ni solicitar la repetición del juicio.

Las razones de la familia

La familia de las víctimas reclama la anulación de la sentencia, dictada inicialmente por la Audiencia Provincial de Huelva tras el veredicto absolutorio del jurado popular, y pide la celebración de un juicio nuevo con otro jurado y otro juez como presidente del tribunal.

Entendía el letrado de la familia, confiado ahora en que el Supremo ordenará la repetición del proceso, que había sido vulnerado su derecho a una tutela judicial efectiva, y alegaba motivos no muy distintos de los esgrimidos por la Fiscalía del Supremo: ausencia de motivación en el veredicto –“ya que solo existe una sucinta explicación de las razones por las que han declarado rechazar determinados hechos como probados”– y debilidad de las explicaciones cuando estas han existido –ya que era “sucintas, arbitrarias o irracionales”–.

Una noche de abril

Todo ocurrió la noche del 27 de abril de 2013 en la localidad rociera de Almonte: Miguel Ángel Domínguez y su hija María, de 8 años, fueron cosidos a puñaladas por… no se sabe por quién. El único procesado fue Francisco Javier Medina, detenido 14 meses después del crimen y que cuando ocurrieron los hechos era pareja sentimental de Marianela Olmedo, madre de la pequeña y expareja del padre de esta.

¿Pudo cometer el horrendo crimen otra persona? Si fue así, jamás hubo el más mínimo rastro de ella. Desde luego, los investigadores de la Guardia Civil y el juez instructor del caso nunca dudaron de la culpabilidad de Medina, que se pasó tres años en prisión preventiva hasta que el dictamen judicial favorable lo puso en libertad en octubre de 2016.

'In dubio pro reo'

No obstante, el juicio no despejó, en opinión del jurado, todas las dudas sobre la autoría del crimen, por lo cual declaró –por mayoría, no por unanimidad– no culpable a Medina, defendido por el prestigioso penalista Francisco Baena Bocanegra.

En su sentencia confirmando la dictada por la Audiencia de Huelva, el TSJA se mostraba cauteloso, pues aunque admitía que “no existió ninguna prueba directa de cargo sobre la participación del acusado en los hechos”, puntualizaba que ello no significaba “que no hubiese base probatoria razonable para su condena”.

Aun así, el TSJA no entró en el fondo del asunto sino que se limitó certificar que la valoración de las pruebas por el jurado no fue “irrazonable” y que su dictamen fue “acorde con un uso correcto del principio in dubio pro reo”.

Aunque se hallaron vestigios biológicos del acusado en el lugar de los hechos, las cerraduras de acceso a la vivienda no fueron forzadas y el móvil de violencia de género era creíble –los celos de Francisco Javier hacia Miguel Ángel y hacia la niña porque se interponían en su relación con Marianela–, la defensa de Medina esgrimió contraindicios que permitieron descartar o al menos dudar razonablemente de la autoría por parte del procesado.

Cuestión de minutos

Los agentes de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil que llevaron el caso calcularon que todo ocurrió en apenas diez minutos, entre las 21:52 y las 22:02 horas de ese 27 de abril de 2013.

Una media hora antes de las diez de la noche en que terminaba su turno laboral en Mercadona, el acusado habría salido sin ser visto del establecimiento por la puerta de mercancías, de la que tenía llaves, habría llegado a la casa de las víctimas pasadas las 21:30, habría sorprendido a Miguel Ángel saliendo de la ducha, lo habría acuchillado mortalmente y luego habría hecho lo mismo con la niña porque estaba presente y lo vio todo.

Segú los investigdores, tras lavarse y secarse habría regresado sobre las 22:08 a la puerta del Mercadona, donde se encontró con Marianela fingiendo que acababa de salir de trabajar.

"¿Qué haces aquí?"

Este relato de los hechos por la Guardia Civil se vería apuntalado por el testimonio de una vecina, que le escribió a un amigo un mensaje telefónico diciéndole que a esa hora había una pelea al lado de su casa y que una niña estaba gritando. Un hermano de esta mujer también dijo haber escuchado a un hombre con acento almonteño gritando a otro: "¡Hijo de puta! ¿Qué haces aquí?".

Para el jurado, decía la sentencia del TSJA, fue “poco probable” que Medina “hubiese tenido tiempo para realizar los hechos que se le atribuían”. ¿Opinará lo mismo otro tribunal si finalmente el Supremo decide, como le pide su Fiscalía, repetir el juicio?