Una controversia que marca el desarrollo tecnológico en el siglo XXI es acerca de los organismos genéticamente modificados (OGM). De un lado, ecologistas y conservacionistas que advierten del peligro que puede suponer modificar el ADN de plantas y animales y cómo pueden afectar al ser humano. De otro, aquellos que arguyen que modificar organismos para que sean más productivos puede ser la clave para alimentar a una población mundial que crece a un ritmo vertiginoso.

Dudas sobre los OGM

Esta última visión está ahora en entredicho. Un análisis elaborado por The New York Times arroja serias dudas sobre que los organismos genéticamente modificados sean más productivos y resistentes que los cultivos tradicionales. Según el prestigioso diario estadounidense, nada parece indicar que las plantaciones de semillas modificadas den mejores cosechas. El estudio está basado en datos aportados por Naciones Unidas. Estas cifras corresponden a campos de Canadá y Estados Unidos. Estos dos países sí permiten el cultivo con OGM. Frente a ellos, se tomaron los registros de cultivos de Europa, donde esta práctica está prohibida. Para hacer más equilibrado el análisis, se eligieron países de Europa Occidental, donde las técnicas de cultivo son similares a las de Norteamérica.

Producción similar en EEUU y en Europa

El resultado es que ninguno de los países que permiten los organismos genéticamente modificados obtuvieron ventajas apreciables en la producción. Midiendo el alimento obtenido por unidad de superficie, tanto los países norteamericanos como los europeos presentan valores similares. El otro gran argumento a favor de los OGM, también queda desmontado en este análisis. Los defensores explican que estos organismos son más resistentes a las plagas. Por ello no han de ser tratados con insecticidas o herbicidas que pueden contaminar los alimentos. Sin embargo, el uso de estos productos para tratar los cultivos no ha descendido ni en Canadá ni en Estados Unidos. Es más, en Estados Unidos el uso de herbicidas incluso ha aumentado para los cultivos más importantes de OGM como son el algodón, el maíz y la soja. Este país emplea más tratamientos químicos contra las malas hierbas que Francia, en donde no existen cultivos genéticamente modificados.

Tampoco en plaguicidas

Sí se ha reducido en el país norteamericano el uso de plaguicidas, concretamente en un 21%. Pero es que en Francia, esta bajada ha llegado hasta el 65%. Pero lo que realmente da que pensar es que estas concusiones ya fueron expuestas en mayo por la Academia Nacional de las Ciencias de Estados Unidos. Sin embargo, en aquella ocasión, prácticamente todos los medios se hicieron eco de otro punto del informe. El que defendía que no existían pruebas científicas para relacionar los OGM con enfermedades como el cáncer. Y cabe preguntarse por qué.