De aquella forma, como lo dice una político que tiene sus tablas y lleva treinta años subida a un cargo, Esperanza Aguirre dice que si ella fuera Mariano Rajoy ya habría dimitido. O al menos que habría puesto su cargo a disposición del partido. En realidad que lo habría hecho hacía muchos años, en 2008. Nos lo cuenta a ELPLURAL.COM en su despacho del edificio de los Grupos del Ayuntamiento de Madrid este lunes, en medio del frío que hace porque el edificio no tiene electricidad. “Nos dicen que está sin electricidad desde el sábado, y siguen sin resolverlo. Es increíble”. Aunque, es verdad, no pone nombre a los culpables del despropósito.

Ella no se calla

Esperanza Aguirre acaba de presentar un libro de memorias con un título muy suyo, Yo no me callo, que en un primer momento, y hasta que la editorial felizmente le hizo cambiarlo, se iba a llamar al parecer La regeneración del centro en España. Razón por la que Aguirre acepta una entrevista incluso con un medio de comunicación tan poco afectuoso generalmente con ella y su política como este periódico. Un hecho que tiene tan claro que en la dedicatoria con la que nos regala su libro escribe “con todo afecto y el deseo de que descubra que no soy tan mala como parezco”.

El libro cuenta sus últimos años en política. En la entrevista no rehúye comentar sobre nadie. En filias y fobias. Aunque es verdad que sí da la sensación de que a menudo se contiene, al contrario de lo que diría el titular del libro.

El PP, un partido antipático y corrupto

Comienza Aguirre explicando que aceptó preparar el libro porque cuando la editorial se lo propuso, la encontró reflexionando “sobre qué nos ha pasado para que desde el año 2011 cuando teníamos todo el poder territorial en España, capitales de provincia y comunidades autónomas y 186 escaños, en tan poco tiempo, hayamos perdido uno de cada tres votantes”. ¿Sus conclusiones?

No sorprenderá que sean diferentes a las que tenía la dirección de Génova: “Me pregunté por las razones por las que los electores nos han abandonado y nos vean convertidos en un partido antipático y corrupto, y las razones canónicas, las que da la cúpula del partido y del gobierno son dos, los recortes que ha habido que hacer como consecuencia de la crisis por un lado y la corrupción por otro, y ambos son causas…”, acepta. Pero ella tiene otra teoría. Ésta:

Nos hemos olvidado que muchos votos eran prestados, que vinieron al partido popular para que arregláramos el desastre en el que había dejado España Zapatero y no nos dimos cuenta. Nos dio entonces el subidón de los 186 escaños y se decidió desaparecer de los medios de comunicación… Entonces, la no conciencia de los votos prestados de gente a la que no le éramos simpáticos, pero nos había votado por eficaces gestores y de los que no nos ocupamos, y la política de medios de comunicación que hizo que el partido y el gobierno desapareciera de los medios durante el primer año de la legislatura es lo que explica lo que pasó…”

Le preguntamos si lo que hizo el PP no fue simplemente acomodarse a su Presidente, Mariano Rajoy, e imitar sus formas. Y entramos así en hablar del primero de los personajes clave. En realidad, su gran rival, aunque nunca hayan llegado a enfrentarse cuerpo a cuerpo. Y así, poniéndose como ejemplo, es cuando Aguirre deja caer que Rajoy debería haber dejado hace tiempo de ser el candidato del PP. En concreto, nos dice, debiera haber dejado de serlo dos veces: una por sus derrotas electorales, otra por la corrupción que ha contaminado el partido y que, como deja caer Aguirre, a ella le llevó a dimitir. Un ejemplo que no ha sido seguido por su némesis, ‘su’ presidente.  

Montoro y los pecados de Hacienda

Frente a Rajoy, de quien repite que es un brillante parlamentario y por tanto no entiende que haya huido durante estos años de la prensa, sitúa Esperanza Aguirre a su admirado Aznar, con el que casi con orgullo dice compartir también ser una mártir de la Hacienda de Montoro.

¿Por qué se filtró a los medios su declaración de IRPF de 2014 justo cuando se iniciaba la última campaña de elecciones municipales? Este es un tema que, se nota de inmediato, altera a la expresidenta de Madrid y ahora solo jefa de la oposición en el Ayuntamiento. Le comentamos entonces que el presidente de la Asociación de Técnicos de Hacienda (GESTHA) había declarado a este periódico el fin de semana último su irónica sorpresa al comprobar cómo las filtraciones de la Agencia Tributaria apuntaban siempre al núcleo del PP que no es de la cuerda de la vicepresidenta y el ministro del ramo. Aguirre, que ve por dónde vamos, nos corta:

Que yo no soy de la cuerda de Montoro está clarísimo. Yo no soy de la cuerda de Montoro para nada. Es que estoy en contra de toda su política en general. Estoy a favor de que se reduzca el déficit, pero no se puede reducir sólo tocando los ingresos, y no los gastos …7.000 millones en esos años, que es una cifra ridícula”.

Y se duele de que se filtrara “el dinero que gané honradamente en el 2013”. Eso sí, no sabemos si con sorna, remata el asunto diciendo que la filtración y sus enfrentamientos con el ministro son asuntos “que yo no relaciono… no tendría el valor de relacionarlo”.

¿Qué trae el futuro?

Y para acabar, hemos hablado paradójicamente sobre el futuro. El suyo y el de su partido y el Gobierno, y la posibilidad de unas nuevas elecciones. Considera Esperanza Aguirre que deberían haberse puesto de acuerdo PSOE, Ciudadanos y PP para evitar esas elecciones, pero cree que los personalismos lo han impedido. Aunque eso sí, prefiere las elecciones a otra alternativa: “Son del mal el menos -dice-. A mí las elecciones me parecen un mal, pero me parece un mal muchísimo mayor que llegara Podemos al gobierno de la nación”.

¿Y cómo ve lo que calificamos de un ‘segundo marianato’? Inevitable, al parecer. “Antes de las elecciones -calcula- habría como mucho tiempo para hacer unas primarias aunque no fueran vinculantes que eso yo creo que podría reforzar a Mariano Rajoy, sobre todo si se presentaran otros candidatos… Pero no creo que lo vayan a hacer porque esa convocatoria la tiene que decidir la Junta Directiva Nacional, que no sé si estaría por la labor, porque son los diputados y senadores nacionales, que estarán pensando en repetir”, dice y no oculta el punto de sarcasmo.

Pero añade que un futuro diferente es inevitable, también en su partido: “Yo lo que creo es que se han terminado ya los Congresos en los que los compromisarios y los avales los controla la dirección nacional… La Constitución dice que los partidos sean democráticos, y lo democrático es que cada militante tenga su voto y yo estoy convencida de que en el próximo será así… ¿Ahora, cuándo será el próximo?”

Y ella ¿el futuro de la propia Aguirre? ¿Se va a quedar sin cumplir el deseo de ser presidenta del Gobierno? Entonces bromea: “¿Pero usted porque conjuga con el pasado? Siempre digo “nunca digas de esta agua no beberé”. Y de inmediato aclara que es broma, “no sea usted como Carmena, no se lo tome en serio”, y remata que su ambición política está más que colmada. Eso sí, para advertir después que “no pienso dejar la política mientras Dios me dé salud”, y recuerda que también se puede hacer política en las tertulias o escribiendo libros.