La Corporación de Radio y Televisión de Galicia (CRTVG) atraviesa una crisis histórica marcada por la confrontación entre su cúpula directiva y los trabajadores, quienes exigen unos medios públicos independientes y alejados de injerencias políticas. Tras más de una decena de jornadas de huelga, la plantilla continúa sus movilizaciones en un pulso inquebrantable por dignificar su labor y denunciar lo que consideran un desmantelamiento progresivo del servicio público.
A continuación, ElPlural.com pone en marcha una serie de reportajes que examinan las acusaciones de manipulación informativa, las críticas por supuesto partidismo, las constantes medidas de presión desde la plantilla y los llamamientos a la acción ciudadana que intentan marcar un punto de inflexión en el futuro de la CRTVG. Raquel Lema, presidenta del Comité de Huelga, ha contribuido con sus declaraciones a puntualizar cada detalle.
Denuncias de "manipulación informativa" y "partidismo"
La intención de "controlar" las distintas televisiones públicas siempre ha sido un arma arrojadiza contra el Partido Popular (PP), y el caso de Galicia no parece una excepción. Un sinfín de comunicados públicos de trabajadores llevan años inundando las redes sociales para dar a conocer lo que ellos consideran casos de "manipulación informativa" y "partidismo". Pero es necesario hacer un ejercicio de reflexión para encontrar un posible origen de las reivindicaciones.
"Quizá en 2013", responde Lema intentando hacer memoria. La periodista se refiere a aquella época en la que los Papeles de Bárcenas salieron a la luz: "Ese día en el que salió esa portada se intentó ocultar de alguna manera". Este momento también es considerado como uno de los precedentes de Defende a Galega, un movimiento que pretende preservar los medios públicos para los ciudadanos. Recuerda la creación del blog Eu Non Manipulo como herramienta didáctica para denunciar esa "manipulación informativa".
La llegada de Feijóo, "un endurecimiento del control político"
Cuatro años antes de que los trabajadores comenzasen a organizarse, los medios públicos de Galicia entraron de lleno en una nueva etapa. Alberto Núñez-Feijóo alcanzó la mayoría absoluta en las urnas tras cuatro años de gobierno entre el PSdeG-PSOE y el Bloque Nacionalista Gallego (BNG). Una de las decisiones del ahora líder popular fue llevar a Mar Sánchez Sierra a la Dirección General de Comunicación de la Xunta y, más tarde, a la Secretaría General de Medios.
"Desde la llegada de Feijóo a la Xunta de Galicia, estando Mar Sánchez Sierra en la Secretaría General de Medios, hubo un endurecimiento del control político de las informaciones", reflexiona Lema en ElPlural.com. Si bien es cierto, también recuerda que pudo haber otros episodios previos, una realidad que parece inherente a los medios públicos.
Lejos quedan ya esos años en los que "hubo mucha ilusión y mucha profesionalidad", coincidiendo con la creación de los medios públicos gallegos. Antes, la intención era "atraer, captar" a personas que engrandeciesen el sello que posteriormente fue CRTVG; sin embargo, ahora la situación parece haber cambiado radicalmente.
Un ecosistema mediático evita que los ciudadanos "reclamen lo que es suyo"
La huelga que nos ocupa no está recibiendo la cobertura esperable a juicio de los trabajadores, y parece existir un claro motivo. Recordando "el control de la época de Fraga que siempre estuvo ahí", Lema explica en este periódico cómo es posible que las acciones de los populares cuenten con una especie de impunidad en radios, televisiones o periódicos: "Nunca hubo tanto –control– como a partir de 2009".
"Quizá nosotros también lo podemos achacar un poco a la mano dura que ejerció en todo el ecosistema mediático, no solo el público, también en el privado, la Secretaría General de Medios", continúa explicando, aportando un importante matiz. Ahora, Mar Sánchez Sierra es diputada en Madrid, pero sigue jugando ese papel clave que ya encarnó en Galicia: 'supervisar' los medios de comunicación –Radio Televisión Española (RTVE) concretamente–.
Esta es una de las claves para responder la siguiente cuestión: ¿Por qué la huelga no está calando todo lo que debería en el panorama mediático? Los trabajadores en huelga de la CRTVG están convencidos de que tienen "un muro levantado, un muro de silencio que es grave", y más si tenemos en cuenta que vivimos en una democracia. "Nuestra aportación y nuestra posición es gritar más alto para que la ciudadanía, que al final es la propietaria de los medios públicos, tenga conciencia de esta situación", continúa explicando.
Con este precedente llegamos al presente
Partiendo de que son los ciudadanos quienes financian la CRTVG y deben "reclamar lo que es suyo", los trabajadores en huelga se manifiestan unos medios de comunicación donde prime "la libertad, la pluralidad y la independencia". Algunos lectores ajenos a la situación que se está viviendo deben conocer que la cancelación de A Revista, mítico programa de producción propia, fue cancelado para impulsar otro magacín –O Termómetro– en régimen de "coproducción".
El Comité Intercentros lleva semanas lamentando que CRTVG actúe como "el órgano de propaganda más eficaz del partido que gobierna" manifestando que los informativos presentan una narrativa alineada con los intereses del Ejecutivo autonómico, especialmente en Radio Galega. Se acusa a la dirección de omitir o manipular información relevante y de reforzar una línea editorial "que se asemeja más a la de una emisora de ultraderecha que a la de un servicio público".
Protestando abiertamente, los trabajadores llegaron a la conclusión de que una huelga era necesaria para, como se ha mencionado anteriormente, hacer despertar a los ciudadanos. Sin embargo, la Dirección de la CRTVG, con Alfonso Sánchez Izquierdo a la cabeza, rechazó la propuesta de diálogo ofrecida por la representación de los trabajadores.