Inimitable (23 de julio), así se llama el homenaje que Movistar Plus+ le ha dedicado al hombre que es capaz de doblar a más de 65 personajes en dos minutos. Carlos Latre celebra sus 25 años de carrera con un show especial en el que repasará algunos de sus momentos más emblemáticos en televisión, siempre rodeado de muy buenos amigos sobre el escenario: Xavier Sardá y Boris Izaguirre, el duo Camela o Florentino Fernández. ElPlural.com ha tenido la oportunidad de entrevistar al cómico, que está a punto de desembarcar en Telecinco para liderar un nuevo formato en el access prime time, franja en la que se enfrentará a David Broncano y Pablo Motos.
Pregunta: Lo primero, enhorabuena. Tuvimos la oportunidad de ver Inimitable en directo y lo disfrutamos mucho.
Respuesta: ¡Qué bien! Al final lo que queríamos era hacer un show y tenía que tener la mezcla de un show de televisión, pero también de un show en vivo. Creo que hicimos una cosa muy guay, que tuvo mucho ritmo.
(P): El programa es un homenaje a tus 25 años de carrera, ¿qué balance haces?
(R): Positivo, con mucha suerte de haber tenido la oportunidad de aprender tanto de tantos buenos profesionales, de gente generosa que me ha ayudado. La sensación que tengo es como si hubiera estado en en la escuela, el bachillerato, la universidad y que ahora empezara todo. O sea, es como si estos 25 años confluyeran en este especial de Movistar en el que se resume un poco mi carrera hasta ahora. A partir de ahora empieza otro nuevo camino y otra nueva andadura.
(P): Con una carrera tan larga a tus espaldas, ¿podrías decir cuál ha sido tu mejor momento y tu peor momento?
(R): El mejor momento, sin duda, es ahora. No he estado nunca tan bien, tranquilo, disfrutando, sabiendo quién soy y lo que represento. Sin prejuicios, sin egos, simplemente poniendo mi talento al servicio del público, del espectador, siendo amigo de mis amigos. En cuanto a los peores momentos, la verdad es que yo tengo, para bien y para mal, mala memoria aunque no te lo creas. Tengo muy buena memoria para para según qué cosas y muy mala para otra. Para los malos momentos tengo más la sensación de haber aprendido que no de haberlo pasado muy mal, a pesar de que han sido noches sin dormir, pero las volvería a pasar porque creo que me han enseñado muchísimo. Yo digo siempre la frase de Truman Capote: 'El fracaso es la sal y la pimienta'.
(P): ¿En algún momento te has planteado dejar tu carrera?
Eso nunca porque incluso en el peor momento, en el que económicamente lo pasas muy mal o en los momentos de soledad, que hay muchos. La soledad es muy muy fría, se está muy a la intemperie, pero en esos momentos decía: 'Bueno, te tienes a ti mismo'. Yo nunca he tenido ningún problema en coger mi guitarra y ponerme en el metro. Yo creo que tenía mi talento y siempre he luchado mucho por potenciarlo, por aprender mucho, porque eso es al final tu tesoro, es tu base.
A partir de ahora empieza otra nueva andadura
(P): Si nos remontamos a los inicios de tu carrera profesional, empezaste vinculado a la radio. ¿Cómo se produce ese momento en el que viras hacia el humor y las imitaciones?
(R): Las imitaciones siempre las había hecho desde que era pequeño, era el showman de mi grupo. Siempre hacía voces, imitaciones y me encantaba. Yo era un TDA no diagnosticado, era un niño malo que hacía 1000 historias y 1000 putadas. Entonces el humor me salvó el humor. Yo me refugié en el humor y empecé a potenciar, por intuición, todo el tema de las voces, las imitaciones, porque hacía reír a los demás y pasaba del mal rollo de ser muy liante a tener momentos chulos. Luego al final se convirtió en mi forma de ser y en mi modus vivendi.
Y luego, la radio fue mi gran cuna. Allí aprendí a hablar, el tempo, las pausas, el humor. Desde Los40 Reus pasé a Barcelona con un programa de humor que se llamaba Segundos Fuera, con Javier Jiménez y de ahí me fichó Crónicas al cabo de un año.
(P): ¿Y ha habido alguna imitación que realmente te haya metido en problemas serios?
(R): Problemas no, pero sí que hay imitaciones que hombre... Yo recuerdo una, cuando hice de Franco en ¿Dónde estás corazón? con Carmen Martínez-Bordiú. Al final uno se debe también a la gente con la que trabaja y a los directores con los que trabaja, que son los que te dicen lo que tienes y lo que no tienes que hacer, ¿no? Entonces yo les decía: 'Oye, yo no creo que le siente demasiado bien, pero si queréis que haga esto, yo lo hago, Yo no me hago responsable'. Yo sabía que se iba a enfadar y se enfadó muchísimo, pero yo decía: 'Aguanta el personaje como sea, porque si no aguantas te descubren a ti como Carlos'.
(P): ¿Hay algún personaje al que te negarías en rotundo a imitar?
No, qué va. Yo creo que al peor de los personajes lo puedes humanizar. El humor es el mejor filtro de todos. Yo he tenido personajes muy chungos, como la época mala de Julián Muñoz con la prensa, y era divertidísimo hacerlo, un Mourinho, Risto, etc. Los malos son muy divertidos de hacer porque te da la posibilidad de decir cosas, de volverte loco y de decir un montón de sandeces sin que pase nada porque es humor.
Al peor de los personajes lo puedes humanizar
(P): Al final tú convives con todas estas voces y personalidades, ¿esto llega a saturar mentalmente?
(R): No, no llega a saturar pero el gran problema de ser un TDA es que se mezclan todas en tu cabeza. De hecho me están estudiando el cerebro en la Universidad de Málaga porque tengo una capacidad de observación en torno a un 30% más grande que el resto de la gente y es por eso que me fijo tanto en los detalles. Con las canciones puede convertirse en un poco obsesivo. Ahora que estaba estudiando para Inimitable, que canto mucho, todas las canciones, de repente, sonaban sin parar en mi cabeza. Entonces había un momento en el que tienes que ponerte a meditar o buscar cosas que te evadan para dejar de pensar un poco.
(P): Volviendo a Inimitable, ¿para ti qué es lo más especial del show?
(R): A mí lo que más me toca es el cariño de la gente. Es increíble el el cariño que recibo de superprofesionales, de supergentes. Es un poco abrumador cuando ves que hay gente tan talentosa y tan potente que te da su cariño desinteresadamente y porque lo sienten de verdad, porque hay tanta verdad.
(P): En el show se vive un momento muy mágico cuando aparece tu hija Candela y protagonizáis un número juntos. ¿Cómo vives este momento?
(R): Hombre, imagínate. Es muy bonito y, sobre todo, a mí lo que me preocupa es que se lo pase bien. Ella es una niña que quiere dedicarse al teatro musical y que es talentosa, tiene luz, tiene personalidad. Yo siempre le digo que busque su propio camino, que aunque le digan que es la hija de Latre y le tiren piedras, que ella busque ser Candela y su propio camino.
Tengo la sensación de haber hecho muy buena televisión
(P): Centrándonos un poco más en tu terreno televisivo, ¿cuál es el programa que has disfrutado más en todo este tiempo?
(R): Uy, todos. Crónicas Marcianas fue el niño inconsciente que de repente llegaba a un parque de atracciones. Era como decir: '¿Pero esto qué es? ¿Esto es todo para mí?'. Luego siempre siempre he sido muy intuitivo y siempre he sabido ser muy fresco, muy chisposo, y eso me ha ayudado muchísimo, el ser muy descerebrado y decir 'lánzate a la piscina'. Maracaná, por ejemplo, trabajar con el equipo de Carrusel Deportivo era como un sueño; con Crackòvia y Polònia me he reído muchísimo en en Barcelona; Tu cara me suena me ha dado la vida y luego El Hormiguero me ha dado unos highlights con personajes muy chulos.
Tengo muy buenos momentos y tengo la sensación de haber hecho muy buena tele, o sea, de formar parte de programas que han entretenido mucho a la gente y que la gente recuerda,
(P): En el mes de diciembre llegaba a Telecinco el reencuentro de Crónicas Marcianas, que tú mismo producías. ¿Crees que sería posible a día de hoy la emisión de un Crónicas tal y como lo conocimos en su momento?
(P): No, no sería posible, pero fíjate que el comentario más repetido en todas las redes durante la emisión, que fue trending topic durante dos días, fue lo libre que era esa televisión, la libertad que había para hacer tele entonces. No había tanto prejuicio, no había tanto autocensura, hemos perdido un poquito la buena porque el mundo está lleno de ofendiditos ahora. Una persona como Carmen de Mairena o El Pozí sería impensable. Tenemos tal nivel de ofensa que los propios protagonistas, que no se sienten ofendidos, tienen que salir a decir: 'Oye, que a mí no me está matando nadie'. Toda la libertad que hemos ganado la hemos perdido por otro lado.
(P): Para terminar, estás a punto de desembarcar en Telecinco de cara a la nueva temporada televisiva. ¿Cómo afrontas la competencia que va a haber con David Broncano y con Pablo Motos?
(R): A mí me hace mucha gracia porque todo el mundo habla de guerra, de competitividad y yo no tengo ninguna sensación de eso, de verdad. Con Pablo tengo una relación inmejorable, fue cariñosísimo conmigo y me deseó lo mejor y me dijo: 'Joder, me da pena que no vamos a volver a estar juntos porque lo hemos pasado muy bien'. Y con David tengo una relación espectacular, yo no lo veo como competencia. Además luego está First Dates y está Wyoming, eh, hay mucha gente que hace muy buena audiencia en esa franja. Hay rato para todos, no lo vamos a pasar muy bien.
No tengo ninguna sensación de guerra con Broncano y Motos
(P): ¿Vamos a ver algo totalmente innovador?
(R): El punto de partida va a ser este Inimitable porque creo que va a confluir todo lo que he aprendido durante estos 25 años. ¿Y sabes lo que te digo? También me encanta que la gente no sepa qué voy a hacer. Ya veréis, va a ser chulo.
(P): Suponemos que esto implica tu fin en Tu cara me suena, ¿no?
(R): Sí, claro, por desgracia. Por eso digo que hasta el 20 de julio empiezo mi nueva etapa. Hasta el 20 soy Tu cara, soy Atresmedia al 200%.