Este año son muchos los famosos que se han dado o se darán el 'sí quiero', algunos como Matías Prats y Claudia Collado o Kiko Matamoros y Marta López Álamo ya son marido y mujer, mientras que otros como Tamara Falcó e Íñigo Onieva o Isa Pantoja y Asraf Beno planean hacerlo próximamente. Los últimos en casarse han sido Kiko Hernandez y Fran Antón, que celebraron su enlace este sábado 10 de junio.

La pareja se casó oficialmente en Melilla hace unas semanas, según desveló Sálvame, aunque la fiesta se produjo el sábado en una sala del bingo Las Vegas de Madrid y en la casa del tertuliano de televisión. Hasta allí se trasladaron numerosos medios de comunicación, que generaron incomodidad a algunos de los invitado, situación que terminó en un tenso altercado con la prensa.

Los detalles de la celebración

No está confirmado si realmente hubo boda oficial, pues desde el programa Fiesta se puso en duda que pudiese ser una estrategia de ambos para hacer promo de Casarse está sobrevalorado, la nueva obra de teatro en la que Kiko y Fran trabajan. Lo que sí hubo con total seguridad es una fiesta para celebrar su amor que tuvo lugar partir de la una del mediodía en el bingo Las Vegas en el centro de Madrid.

Al banquete y convite de la discreta celebración del colaborador de Telecinco y el actor asistieron aproximadamente 60 personas, que entraron en la Sala Las Vegas a través de las puertas laterales. "Va a ser una boda íntima. También me consta que va a haber una segunda boda en Marbella por 70.000 euros. La luna de miel será en Marrakech", adelantó Miguel Frigenti en Sálvame la pasada semana.

Respecto a los anillos el periodista desveló que "son unas alianzas de oro blanco con brillantes. El precio oscilaría en algo más de los 400 euros cada una, dependiendo de los diamantes que lleven incrustados". Tal y como contaba Luis Rollán en Fiesta, el menú habría estado compuesto por solomillo parmentier con salsa de nueces, lubina a la brasa, gazpacho de cerezas y carabineros y de postre, tarta árabe. 

Tenso altercado con los reporteros

El fin de fiesta en el bingo Las Vegas fue convulso, según informó al día siguiente en el programa de Telecinco. Alrededor de las cinco de la madrugada, a la salida de los invitados se produjeron desagradables incidentes entre los allegados de los protagonistas y la prensa que se encontraba en el exterior.

Muchos salieron con las ventanillas de los coches subidas para evitar dar cualquier tipo de declaración. Sin embargo, aquellos que estaban en vehículos con ventanas sin tintar eran grabados por las cámaras con la finalidad de captar alguna reacción. La mayoría decidió ignorar lo que ocurría afuera, excepto un par de chicas que fueron irrespetuosas y le hicieron una peineta al reportero de Europa Press.

Poco después, un furgón con ventanas tintadas, posiblemente con los novios en su interior, se marchó generando un momento muy tenso. El personal de seguridad empujaba bruscamente a los periodistas para impedir que se acercaran al vehículo. El tenso momento provocó que una de las motocicletas estacionadas en la entrada lateral cayera al suelo.

La fiesta continuó en la casa de Kiko Hernández

Esa misma madrugada entraron en el domicilio del colaborador de Sálvame, situado a las afueras de Madrid, varios coches con los cristales tintados en los que previsiblemente iban los novios. Esa misma noche continuó la fiesta en la terraza de la casa. Desde la calle, se podían observar varios automóviles estacionados dentro de la finca, y se escuchaba a un grupo de personas.

Tras esta reunión a puerta cerrada, se observó la llegada de camiones cargados con sillas y decoración, junto con todo lo necesario para organizar una fiesta privada. A la mañana siguiente, en la casa de Kiko continuaba la fiesta tal y como relataron los reporteros de Telecinco.

Según se expuso en Telecinco, sonaban canciones y había cámaras. "Ha sonado la de: 'tengo que impedir esa boda, tengo que impedir que se casen'. Había varias cámaras, que más que una celebración parece que se está grabando un reality", explicó un reportero del programa. Según Pipi Estrada, "la boda estuvo en todo momento rodeada de un hermetismo brutal", incluso "los miembros de seguridad les han mandado firmar un contrato de confidencialidad".