Telecinco llevaba un par de semanas calentando para su gran cambio. Los distintos programas de la cadena, y sus respectivos presentadores, han cebado el regreso de Ana Rosa Quintana a las mañanas, a la que fue su franja, el horario que nunca quiso abandonar. A sabiendas de que las miradas estaban puestas en ella, la de Unicorn Content aterrizaba puntual como un reloj, a las 09:00 horas de este lunes, 3 de febrero. La madrileña había prometido que sus duros editoriales políticos iban a volver y, nada más arrancar esta 20ª temporada de El Programa de Ana Rosa, se producía el primero de ellos, con Pedro Sánchez como objetivo.
"Buenos días. Contenta estoy yo, y agradecida de que nos dejes todas las noticias encima de la mesa. Vamos a por ello", decía Quintana en su breve conexión con Ana Terradillos, que le daba paso desde el plató de La mirada crítica. Y cabecera dentro, ahora sí, arrancaba El Programa de Ana Rosa. Con todo el arsenal sobre la mesa, la presentadora pronunciaba su primer editorial, aquel que llevaba sin capitanear desde hace algo más de año y medio, cuando tuvo que partir a la franja vespertina junto a TardeAR.
"Muy buenos días a todos. Esta es la temporada número 20 de El Programa de Ana Rosa y gracias a ustedes por seguir ahí. Para nosotros es una cuestión de confianza y, precisamente, Pedro Sánchez se tiene que someter a una cuestión de confianza antes de mes y medio. Es el plazo que le ha dado Puigdemont, que es el que manda, para ganarse su confianza ciega, para convertir el Parlamento en el 'Congreso de las tentaciones', si no lo hace, tendrá que ver ante sus ojos como sus socios de legislatura se alian entre ellos y le son infieles con otras formaciones", decía, haciendo un guiño a uno de los realities más célebres de la cadena.
"Pero no verán llorar a Sánchez ante las cámaras porque, una vez más, se convertirá en un tentetieso, ese juguete que siempre se tamblea, pero que nunca se llega a caer. Da igual de dónde le llegue el golpe, porque siempre se pone de pie. Aunque al levantarse no tiene por qué mirar al mismo sitio gracias al lastre que lleva debajo, siempre siempre se queda en pie", añadía. Entonces, la presentadora iba a subir el tono, siendo cada vez más incisiva.
"En los últimos tiempos, Sánchez ha recibido varios golpes y se ha levantado. Golpe número uno: el Fiscal General del Estado, imputado, negándose a declarar ante el juez ha sido como ver a un árbitro metiendo un gol para ganar una apuesta. La excusa que ponen para la filtración de datos reservados es que 60 personas accedían a los correos de la Fiscalía, incluso señalan a la señora de la limpieza como responsable de dejar como la patena el correo del Fiscal", proseguía.
"Los cambios de móvil cada seis meses por seguridad, pero la contraseña de la Fiscalía en el corchopan de la cafetería, cuestión de confieanza. Segundo golpe al presidente tentetieso: la imputación a tres personas de su máxima confianza. Su exmano derecha, José Luis Ábalos, envuelto en una trama de corrupción digna de Torrente, su mujer por tráfico de influencias y su hermano por, entre otras cosas, crearle un puesto de trabajo para no ir a trabajar. Vamos, el sueño de cualquier nini. Ya lo decía Fofito: 'no hay nada como la familia unida", recapitulaba como "segundo golpe".
En tercer lugar, Quintana se iba a referir al escudo social propuesto por el Gobierno y que finalmente ha terminado sacando adelante con el apoyo de Junts y PP: "Cuestión de confianza, golpe número tres al tentetieso de Sánchez. Presenta un decreto ómnibus, que finalmente se convierte en un decreto 'microbus' porque Puigdemont quiere dejar fuera los dineros, quiere negociar de tú a tú con el Gobierno. Cuestión de confianza. La España plural consiste en pactar una financiación singular".
"Sánchez, en quien más confía es en sí mismo y por eso se ha convertido en el Iñaki Perurena de la negociación. Va a levantar pesadas piedras para buscar votos, y si para que siga de pie el tentetieso tiene que conceder una amnistía, indultos, reformar el código penal o conceder una fiscalidad singular, lo va a hacer. No son votos debajo de las piedras, son votos que pesan como piedras", atizaba. "El truco es el peso, que no le permite caerse, pero no va a ningún lado. Nunca avanza, gira y gira, pero siempre se queda en el mismo sitio", continuaba, con dureza, Quintana.
Así, al filo de su conclusión, la presentadora afirmaba qué es lo que habría que hacer para acabar con un tentetieso, es decir, con Sánchez, según sus palabras: "Si queremos darle la vuelta a un tentetieso no debemos golpearle. La única manera de desactivarlo es quitarle el peso que tiene dentro". "Sánchez se ha convertido en ese dentista donde el cliente llamado Puigdemont le agarra y le dice: 'No nos haremos daño, ¿verdad?'. Cuestión de confianza porque como piensa Puigdemont: 'Donde hay confianza, rasco".