Jeff Bezos vuelve a dar la campanada. Si Amazon, cuando se puso en marcha, solo le generó millonarias pérdidas, ahora es una máquina de hacer dinero. El multimillonario, además de poner disponer de peculio casi por castigo, también se caracteriza por apostar por la innovación y los avances tecnológicos y, en muchas ocasiones, por lanzar al mercado soluciones tras años de desarrollo, prueba y numerosas correcciones.

Es la clave de su éxito y ahora, tras el salto de su plataforma de e-commerce a la distribución de alimentos, da un paso más allá.

Ese nuevo ‘invento’ tiene nombre: Amazon Go. En realidad, de él ya hablamos hace más de un año en El Telescopio.

Bezos es pionero en muchas cosas y en esto también lo será. Lo que mostró en diciembre de 2016 era lo que ahora acaba de abrir sus puertas. Entonces estaba en pruebas; hoy ya se puede comprar en el primer supermercado del planeta en el que, una vez cargada la cesta o el carro, no es necesario pasar por caja... básicamente porque no existen.

Cámaras y sensores

El local se ha lanzado en una céntrica avenida de Seattle, Estados Unidos, y basa su éxito en la inteligencia artificial. En concreto en el llamado deep learning, es decir, la tecnología o sistemas que aprenden por sí mismos a partir del ejemplo. Y esto complementado con un amplio repertorio de cámaras y sensores para que ese ‘aprendizaje’ de las máquinas sea el correcto.

Esos dispositivos junto con la utilización de deep learning (sistemas que aprenden por sí mismos a partir del ejemplo) añaden todas las compras al carro de la compra de la aplicación o lo sustraen si el usuario cambia de opinión (tecnología propia de Amazon denominada Just Walk Out), y formalizan el pago una vez se abandona el establecimiento.

Tal y como explica la compañía, llegar a esta experiencia de compra ha sido posible “gracias a los mismos tipos de tecnologías que se usan en los coches sin conductor: visión artificial, fusión de sensores y aprendizaje profundo”.

Los trabajos, la investigación y el desarrollo de este sistema se completa y complementa con el machine learning (reconocimiento automático).

Como suele suceder con todo lo que Amazon pone en marcha, el funcionamiento de su supermercado es muy sencillo. Los usuarios tienen que descargarse una aplicación en su teléfono móvil (Android o iOS) y, claro está, una cuenta en la plataforma de comercio electrónico. Nada más.

¿Algún humano en la zona?

Ante tanta modernidad la pregunta es evidente ¿algún humano en la zona? Antes de que algunos se lancen a su yugular, desde la propia compañía se aclara que, si bien no hay personas que se encarguen de las inexistentes cajas, sí que hay empleados que son los que trabajan en las cocinas, los reponedores y aquellos que se dedican a resolver las dudas de los clientes.

Sin duda, a Jeff Bezos no se le puede negar su espíritu innovador. Con total seguridad, muchos de sus avances y proyectos conllevarán daños colaterales para el ser humano como mano de obra, aunque no es menos cierto que sus modelos también generan puestos de trabajo.

Ahora, la duda que queda es saber cuándo comenzarán a expandirse los supermercados Amazon Go a otros países. Si eres de los que el ansia no le permite esperar, de aquellos que hacen colas de horas para ser de los primeros en tener el último iPhone -como si su número fuera limitado- o que se esconde en un armario para saber qué le traen los Reyes Magos, puedes ir a Seattle a ver el nuevo invento de Amazon en horario de lunes a viernes de 7 de la mañana a 9 de la noche.