La fama de Baldomera se inicia cuando Ismael, por el aniversario de la edición de la obra clave de Juan Ramón Jiménez, le abre cuentas propias en redes sociales al animal bajo el nombre de "Baldomera y yo" asociado al Platero y yo del gran escritor de Moguer. Tras más de 200 entrevistas desde países incluso recónditos que le han realizado, confiesa por primera vez que su objetivo es ser el profesor de Literatura que lleva dentro. Y a lo que se piensa dedicar en breve, es a través de estas redes, del propio vídeo y de "la mano" de Baldomera, a educar y formar. Piensa que hay que utilizar el lenguaje, también desde las escuelas, que hoy en día mejor entiende los alumnos y ese es sin duda es el de las redes y el de lo audiovisual.

Tras comprobar el grado de interactividad entre animal/persona, pregunto si cree que existe la comunicación entre ambos y me dice que, a riesgo de que le tilden de friki, él sabe que hay una comunicación real y clara entre ambos. Plantea que lo que se ve en el vídeo viral del encuentro son los sentimientos entre dos animales de dos especies distintas, sí,  pero es una comunicación y lenguaje "universal y compatible". "Lo que sucede en ese vídeo es que Baldomera empatizó con lo mismo que yo sentía, una tremenda alegria por volver a verla. Un especialista en el comportamiento de los burros como es Pascual Rovira. de ADEBO, le comentó que existen tres tipos de rebuznos y el del vídeo lo definió como de extrema alegría ya que Baldomera estaba prevenida de que Ismael iba llegando desde 15 kilometros antes porque los burros tienen el sentido del oído extraordinariamente desarrollado. Es decir, "Baldomera ya estaba preparada para recibirme bastante rato antes", me asegura.

Ismael cree que se trata de una combinación de varios factores. "Estamos necesitados de noticias positivas y de sentimientos puros, y no solo por la pandemia sino en general. En las grandes ciudades nos estamos deshumanizando pero a eso también hay que añadirle el momento del vídeo. El 18 de mayo fue el día en el que finalizó el confinamiento en Málaga. Yo subo ese vídeo a mis contactos de Málaga y de ahí salta a nivel nacional y luego a internacional. Yo creo que es la primera vez que un vídeo se aupa de esa manera porque era una situación, la de la pandemia, que afectaba a todo el mundo. Si unimos que ese sentimiento de amor entre los dos es un lenguaje que no entiende de idiomas en el contexto de una situación internacional que estábamos sufriendo, está clara la explicación". Me comenta que a muchos medios que le han entrevistado les choca que una persona formada y que sea periodista y que le guste vivir en el campo, tener animales, leer, etc... les extraña. Hasta tal punto que un medio le calificó como "granjero" sin entender que me guste ir a un concierto, leer mucho, las nuevas tecnologías o una exposición al mismo tiempo que cuido los animales o haga tareas agrícolas. "Y ya no te digo el hecho de ser gay y rural...", subraya entre risas.

"Baldomera no se vende, no se toca"

Por último abordo un tema que él tiene especial interés en aclarar. Se trata de que se ha podido dar una imagen falsa de que, en el fondo, estaría comercializando con Baldomera o intentado ganar una fama internacional por el vídeo. "Cuando se ha dado un titular es muy difícil desmentirlo. Un medio le interesó dar ese titular y otros lo replicaron sin contactar con la fuente que soy yo. Ese medio publicó que yo había firmado un contrato millonario con una agencia de publicidad. No es un contrato, es un acuerdo ni es una agencia de publicidad sino de distribución de contenidos y tampoco es millonario (por ahora no he recibido ni un euro). Lo desmentí pero no sirvió. En todo caso, si un día una agencia se interesase no entraría Baldomera. Jamás lo permitiría, por un lado está el aninal y por otro yo. Baldomera siempre va estar ahí y va a tener este lugar que ha tenido hasta ahora. Es más, todos los días me preguntan si se puede venir a ver a la burra y siempre contesto igual: "Mi casa -y la de Baldmera- jamás se convertirá en un zoológico". Y ahora es el único momento donde el risueño Ismael se pone serio y frunce y arruga el ceño: "Baldomera no se vende, no se toca y en cualquier caso sobre ofertas que vengan -que ya me están llegando- será siempre sobre el material, es decir sobre el vídeo o sobre productos derivados. Baldomera jamás cambiará la vida que tiene ahora, forma parte de mi familia y nadie vende a un familiar.
 

Y así, extraordinariamente sorprendidos por la agudeza e inteligencia de Baldomera y la rica y muy agradable conversación de Ismael, emprendemos el camino de vuelta. Cuatro horas y media que han pasado como 20 minutos en el "Arca de Ismael". Un navío y una arca de animales, fantasía, naturaleza y cariño cuya capitana tiene cuatro patas, es una equina de corte de pelo moderno, glotona y que le encanta que le reciten a Juan Ramón. "Platero y yo".