La víctima de La Manada ha decidido hablar, tras tres largos años desde aquellos San Fermines de 2016, sobre todo lo acontecido hasta el fallo del Supremo, que ha condenado a los cinco hombres a 15 años de cárcel por un delito continuado de violación.

La joven ha roto su silencio a través de una carta que ha enviado a El programa de Ana Rosa, en la que explica que “lo peor no fue la situación vivida sino todo lo que vino después”. Además, también afirma que para ella todo el proceso judicial ha sido “largo, intenso y sobre todo agotador”.

Pero la carta comienza, con tono aliviado, diciendo que “tras casi tres años, este proceso por fin se ha terminado” gracias a la sentencia del Tribunal Supremo, que rechazó la condena de abuso sexual por prevalimiento y elevó la condena de nueve a 15 años.

Después de todo, dice poder asegurar “que valió la pena y poco a poco voy recuperando el timón de mi vida”.

“Gracias por no haberme dejado sola”

En la carta también ha agradecido a todas las personas que la han apoyado durante estos tres años, “por no haberme dejado sola”. “Gracias a todas las personas que desde el primer momento se involucraron para ayudarme. No puedo haber sido más afortunada con la calidad de las personas que me han ayudado”, dice en la carta, e insiste en que “son momentos en los que nadie sabe cómo actuar, pero vosotros lo hicisteis fácil”.

“Os estaré eternamente agradecida, pero yo no soy ninguna heroína, la fuerza me la ha dado el calor y el apoyo que he sentido en este camino”, prosigue.

Al final del texto, la joven manda un mensaje de apoyo a todas aquellas mujeres que han pasado, están pasando, y desgraciadamente pasarán por una situación parecida a la suya, y las anima a seguir adelante: “No podemos olvidarnos que la lucha debe seguir y debemos ser el cambio que queremos en la sociedad, ya que esto le ha supuesto la vida a muchas compañeras”.

La víctima finaliza la carta diciendo: “Recordad, contadlo, no les dejéis ganar a ellos”.

Hermida: “Está tranquila porque por fin la han creído”

Teresa Hermida, la abogada que ha acompañado a la joven durante el proceso judicial, ha estado esta mañana en el matinal de Telecinco hablando sobre cómo está la víctima: "Lo único que dice es que está tranquila, pero no puede alegrarse”.

"Ella ha sufrido muchísimo. Ella no piensa que todo haya terminado, sino que por fin le han creído. No piensa que el fallo del Supremo sea bueno, malo o regular, sino que está tranquila porque la han creído, pero dice que no puede alegrarse", continúa diciendo. La letrada ha calificado a la joven como una chica muy alegre y fuerte, pero que también “tiene sus momentos, y está mal”. Además, ha reconocido que ella tenía, y sigue teniendo, miedo a que la reconozcan por la calle con la repercusión mediática que ha tenido su caso y que “tuvo que dejar amistades”.

También ha criticado la orden de alejamiento que se les impuso a los cinco miembros de La Manada durante el año que estuvieron en libertad provisional: “Ella era la que se quedó confinada en Madrid, ella era la que no podía salir de aquí. Ellos se podían mover y no se podían acercar a Madrid. Pero ella no podía salir de Madrid por temor a encontrárselos”.

La abogada le ha explicado a Ana Rosa, y a todos los colaboradores del programa, que el proceso no ha sido fácil y que la joven ha pasado momentos muy duros en los que se planteó tirar la toalla, ya que “desde el primer momento le dio miedo, no quería denunciar y denunció" y que "siguió adelante, pensó muchas veces dejarlo, pero es una chica muy fuerte”.

Desde el pasado viernes 21 de junio, los cinco miembros de La Manada permanecen en prisión tras ser detenidos. En un primer momento, ingresaron en la prisión Sevilla I y posteriormente se les trasladó a cuatro de ellos a un módulo ordinario. A otro de ellos, el guardia civil Antonio Manuel Guerrero, fue trasladado a un módulo específico para fuerzas de seguridad. Asimismo, Instituciones Penitenciarias decidieron aplicarles el protocolo antisuicidio, y también contarán durante sus primeros días de cárcel con un preso de apoyo para evitar cualquier conflicto.