Iñaki Urdangarin lleva un mes y medio en la prisión de Brieva y en este tiempo ha encontrado distintas vías de sobrellevar la soledad. Además de la religión y el deporte, el cuñado del Rey de España ha decidido tratar de vencer a la monotonía aficionándose al cultivo de verduras y hortalizas.

En el suelo de cemento de su patio de recreo, Urdangarin ha comenzado a cultivar pimientos y tomates en grandes maceteros. El módulo de hombre de la cárcel de Brieva ya contaba con material de jardinería proveniente del tiempo en el que Luis Roldán estuvo allí; aunque el gusto por la botánica del ex director General de la Guardia Civil era completamente distinto. Su afición eran los bonsáis, mientras que el pasatiempo de Urdangarin tiene un toque más terrenal: cuidar su dieta de manera saludable.

El marido de la infanta Cristina de Borbón no dispone de una zona especial para dicho entretenimiento. Utiliza parte del estrecho patio del que dispone en su celda (25 metros de largo por 7 de ancho) para colocar las macetas en las que cultiva sus hortalizas. Parece que Urdangarin ha escogido la mejor época del año para descubrir esta nueva afición ya que la época estival es la más apropiada para plantar verduras y hortalizas.

Según informa El Español, Iñaki Urdangarin prácticamente ni lee ni escribe; fundamentalmente ve la televisión y dedica buena parte de su tiempo haciendo ejercicio. Para ello, las Instituciones Penitenciarias han puesto a su disposición una cinta para correr, una bicicleta estática y unas espalderas. Además, para llevar a cabo otra de sus aficiones, el running, se le permite acudir cada tarde en solitario al polideportivo que tiene la cárcel de Brieva.

Para no coincidir con las casi 200 presas que cumplen condena en los diferentes módulos de mujeres, Urdangarin se desplaza hasta el polideportivo desde las 15:00 horas hasta las 16:30 únicamente en compañía de un funcionario.

Estos hobbies parece que tratan de aminorar la dura y solitaria estancia en la prisión de Brieva. Mario Pascual Vives, su abogado, ha comunicado que la preocupación es máxima. Dice de Iñaki Urdangarin que “está hecho polvo, no está bien y su estado anímico es muy malo”. Por eso su mayor apoyo está siendo su familia, que no deja de visitarle cada semana.

Además de las visitas familiares, Iñaki Urdangarin también se refugia en sus férreas creencias religiosas. Ha recibido la visita del párroco de la prisión y de las monjas que acuden a prestar atenciones religiosas y de formación en talleres al resto de las reclusas. El cuñado de Felipe VI recibe en su módulo la comunión y consejos espirituales, ya que no puede asistir a la capilla de la prisión.