Susana Gisbert es fiscal especializada en violencia de género pero, además, es delegada en Valencia de las Fiscalías de Memoria Democrática y de Delitos de Odio. Esta semana se ha conmemorado el Día Europeo de las víctimas de crímenes de Odio. ElPlural.com ha hablado con Gisbert sobre este tema, el de los crímenes de odio, que cada día preocupa más.
Pregunta: Hace unos días se conmemoraba el Día Europeo de las Víctimas de Crímenes de odio. ¿Qué balance hace de lo que llevamos de año en esta materia?
Respuesta: No podemos negar, porque las estadísticas cantan, que han aumentado las denuncias por este tipo de delitos. Esto tiene dos lecturas: o bien pensamos que ha aumentado la confianza en las instituciones y se denuncian cosas que antes no se denunciaban, o bien pensamos que han aumentado los casos. En mi opinión, es una combinación de ambas cosas: es cierto que cada vez hay menos reticencias a denunciar estos delitos, pero también lo es que la polarización en nuestra vida pública ha coadyuvado a un aumento de los discrusos de odio.
P: Usted ha conseguido la primera condena por delito de odio en un estadio de fútbol por los insultos racistas a Vinicius. Pero por desgracia seguimos viendo este tipo de comportamiento. ¿Qué podemos hacer para evitarlos?
R: Por supuesto, hay que continuar denunciando estas situaciones, no se puede mirar hacia otro lado o minimizar estar conductas como se ha hecho en otros casos, hay que seguir en la línea del rechazo total a estas conductas. Nada puede justificar un delito de odio ni ninguna otra conducta de discriminación y en el deporte, donde se deberían fomentar unos valores, mucho menos.
P: Siguiendo con el fútbol. Han sido lamentables ciertos comentarios referidos a jugadores de la selección española. ¿Cree que la Fiscalía debería actuar?
R: No solo lo creo, sino que afirmo que cuando hay comentarios que puedan se constitutivos de delito, actuamos en cuanto llega a nuestro conocimiento.
P: Con el reparto de menores los comentarios de ciertos sectores políticos y mediáticos también han dejado mucho que desear. ¿Cuál es su opinión al respecto?
R: No podemos consentir que se discrimine y se despersonalice a personas que son niños que huyen de su país en busca de una vida mejor o, simplemente, de una vida. Por ello, todo mensaje destinado a criminalizarlos, estigmatizarlos y provocar su rechazo tiene que ser mirado con lupa. Y de hecho, hay varias investigaciones en marcha por hechos de este tipo en la fiscalía y los juzgados de Valencia.
P: ¿Falta educación en esta materia que evite este tipo de comportamientos racistas?
R: Falta educación, y no solo en esta materia, sino en otras muchas. La educación en igualdad debería ser una prioridad en todos los currículos de todos los niveles educativos y debería hacerse de un modo transversal, no limitarse a cubrir el expediente con una charla en días señalados. La igualdad es el antídoto contra cualquier acto de discriminación presente o futuro.
P: ¿Debería ser obligatorio que se estudiara en los colegios qué son los delitos de odio y cómo evitarlos?
R: Por supuesto, debería ser obligatoria una educación donde se propugnara la igualdad en todos los aspectos. Y, correlativamente, se conocerían los efectos de las infracciones a esa igualdad entre todas las personas. Además, es necesario que se conciencie que este es un problema de la sociedad en general, y no solo de las víctimas que lo sufren.
P: Muchas veces vemos a los partidos políticos interponer denuncias por delito de odio, la mayoría, por no decir casi todas, se archivan. ¿Hacen los partidos políticos un mal uso por desconocimiento o cree que hay algo más detrás?
R: No siempre se archivan, de hecho, hay algunas que están en trámite y que siguen adelante. No obstante, no se puede sobreutilizar la jurisdicción penal, ni los delitos de odio en este caso. No todas las manifestaciones de odio son delictivas. Y la respuesta no siempre está en el Derecho Penal, al menos no exclusivamente. En Derecho Penal gestionamos el fracaso, actuamos cuando ya se ha cometido el delito, cuando lo deseable sería que el delito no se cometiera. Es decir, podemos poner vendas a la herida, pero no evitar que se produzca, más allá de lanzar el aviso que constituye para futuros infractores la condena de quien comete estos delitos.
P: La extrema derecha está atacando a los fiscales de su sección. ¿Están preocupados los fiscales o asumen que va con el cargo?
R: Desde luego, no va en el cargo. Otra cosa es que no quede otro remedio que aguantar porque no podemos estar denunciando cada día. Pero cuando la cosa sobrepasa determinados límites, hay que actuar y denunciar ante quien corresponda. En mi caso en particular, ya hay una persona condenada por delito de odio cometido contra mi persona, y no por el hecho de ser fiscal, sino por causa de discriminación por razón de género e ideología.
P: Según su criterio, ¿cuál es el delito que más se comete dentro de los delitos de odio?
R: Los delitos que más denuncian son los relacionados con la orientación e identidad sexual, de una parte, y con la xenofobia y el racismo, de otra. Pero no podemos perder de vista que hay determinados motivos de discriminación que no es que no den lugar a delitos, sino que no se denuncian, como ocurre con la aporofobia. Asimismo, el antigitanismo, aunque es la causa más frecuente de discriminación, es todavía muy escasamente denunciada.
P: Hay un problema con los menores. Me explico, cada vez hay más delitos de violencia de género entre menores, ¿ocurre lo mismo con los delitos de odio?
R: De momento, no es comparable. En violencia de género es realmente preocupante el aumento de los delitos entre menores y personas jóvenes, porque las relaciones de pareja cada día empiezan más pronto y los estereotipos de relaciones tóxicas están por todas partes. Pero en los delitos de odio, de momento, no se percibe un aumento de hechos cometidos por menores más allá del aumento de los delitos cometidos por menores en general, especialmente cuando media violencia.
P: ¿Es España un país racista?
R: Es una pregunta difícil, pero creo que España no es un país racista, aunque sí es un país en el que existen más comportamientos racistas de lo que mucha gente cree o quiere creer.
R: ¿Son las redes un coladero para cometer este tipo de delitos amparados en el anonimato?
R: Sin duda alguna, las redes son un caladero para el discurso de odio. Pero también hay una parte importante de los delitos de odio se cometen en las calles, con agresiones a personas de carácter homófobo, xenófobo e incluso aporófobo que, si bien pueden haberse visto alimentados por los discursos en redes, suceden en la vida analógica. Las redes son un coladero, pero no el único escenario de estos delitos.