Ana María Cameno, más conocida como la reina de la cocaína ha decidido acogerse a su derecho a no declarar en el juicio que ha comenzado este martes en la Audiencia Nacional. Cameno se enfrenta a una pena de cárcel de 25 años de cárcel como presunta cabecilla de una trama de narcotráfico que presuntamente dirigía junto a su entonces novio, para que quien la Fiscalía pide 21 años.

Durante la jornada han sido varios los imputados que han prestado declaración. Todos ellos han negado tener cualquier tipo de vinculación con esta trama. De hecho, uno de ellos ha llegado a justificar que tuviera una báscula de precisión y bolsitas de plástico diciendo: “era para pesar el cilantro que cultivaba”.

Otro de los procesados ha explicado que compraba y vendía coches, muchos de ellos con ‘caletas’ -compartimentos secretos-. “Yo le dije que he vendido muchos coches con caleta como joyeros o personas que hacen mucha facturación porque no meten el dinero en la guantera” ha asegurado.

La reina de la coca

Ana María Cameno se convirtió, según la policía, en una de las principales narcotraficantes de España. Ella consiguió llegar a lo más alto dentro de un mundo donde los mandamases suelen ser hombres. Hija de una familia acaudalada, Cameno comenzó en el mundo de la droga siendo una cría. Con 14 años ya vendía droga a pequeña escala. Desde que fue detenida por primera vez, la joven siguió con el negocio, vendiendo cocaína y blanqueando el dinero en Panamá, hasta que en 2014 la Policía Nacional la detuvo en su casa.

Un negocio absolutamente rentable ya que le permitía gastar ingentes cantidades de dinero en la conocida como milla de oro de Madrid, donde era una adicta de las compras, así como pagarse los tatuajes que le encanta lucir o las múltiples operaciones de estética a las que se ha sometido en los últimos años.

Durante la operación policial, los agentes encontraron en su casa de Majadahonda, 44 kilos de cocaína y un todoterreno con un compartimento secreto tras los asientos y el suelo del maletero. Dentro de la ‘caleta’ había 41 paquetes de cocaína valorados en seis millones de euros. Pero, además, la reina de la cocaína llevaba 87.000 euros ocultos en su ropa interior.