Con un actitud chulesca y desafiente, el supuesto testaferro de Zaplana, Francisco Grau, se ha enfrentado al fiscal Anticorrupción, Pablo Ponce, en el que hasta ahora ha sido el interrogatorio más duro que se ha vivido en el juicio del caso Erial. Como se preveía ha negado la mayor, descargando toda la responsabilidad sobre los hermanos Cotino, los empresarios que pagaron las mordidas, y sobre el otro testaferro Joaquín Barceló, alias Pachano. Ha llegado a decir que Barceló, que en la jornada anterior cantó la Traviata, presuntamente le 'confesó' al terminar su declaración: "Me han obligado a hacerlo". De hecho, la bronca entre el fiscal y él ha llegado a tal punto que el fiscal le ha dicho "yo solo le pregunto", y Grau ha reconocido que "estoy alterado"

"Nosotros estamos aquí, es una espada de Damocles con la petición de cárcel que nos ha hecho. Nosotros sabemos lo que es la cárcel. Sabemos lo que se sufre cuando estás solo, pasé dos meses con Barceló, pero los otros cuatro solo. Sabemos lo que es eso. El señor Barceló en diciembre nos dice que no va a volver a prisión, y que va a hacer lo que haga falta para no volver a prisión y para que a Felisa, su mujer, no le pase nada. Yo también lo valoro y me aconsejan que lo haga porque Zaplana ya a perdido su reputación. Hay cosas que si no he vivido no las puedo decir. Ayer no era un día bueno para nuestra relación y hoy no sé cómo acabará. Me dijo me han obligado a hacerlo", ha espetado sobre la confesión de Barceló que ha cambiado el rumbo del juicio, y ha menguado las posibilidades de una absolución.

Con respecto a las acusaciones, su actitud chulesca le ha jugado una mala pasada, pues las respuestas han sido incompletas e increíbles, llegando a decir que el testamento que redactó para Pachano no era tal. "Eso no es un testamento, se le llama testamento por llamarlo testamento. Era un argumento para explicar a un inversor", a lo que el fiscal le ha contestado con un socarrón "vaya, vaya".

También se ha hecho un verdadero lío, hecho que ha aprovechado el fiscal, cuando ha tratado de explicar el porqué su familia aparece en una de la sociedades de Barceló. "Mi mujer aparece porque dices qué porcentaje quieres…", en ese momento, el fiscal lo ha cortado para pedirle que le explique cuánto dinero puso él si el dinero era todo de Pachano porque no lo entiende. “En la constitución no pone ni uno”, dos minutos después le decimos que ya está constituido y simplemente con un reparto de acciones, a funcionar y tienes el tiempo que el registro tarda. Barceló me dice que va a tener el cuarenta y pico. Es para mí una sorpresa que Barceló me ofrezca el 15, y entra Medlevante comprando el cuarenta y pico", una respuesta en la que no ha sabido explicar el porqué realmente está su mujer dentro de la sociedad.

Con respecto a su incapacidad para poder salir airoso de las preguntas del fiscal, especialmente llamativo ha sido el momento en el que ha sacado la pala para echar el estiércol a los hermanos Cotino. "Para hacer las inversiones solo hay 30.000 euros, puedes pedir un préstamo y no te lo va a dar nadie porque los bancos hacen un análisis. Entonces el dinero, la parte mollar, lo pone Medlevante. El dinero llegó de Imison, y Imison era de los señores Cotino". Ante esta respuesta, el fiscal, sorprendido, le ha preguntado por los Cotino y cómo podía él manejar el dinero de los Cotino y que qué hacían en una empresa de Barceló, igual que el juez que tampoco se ha dado por satisfecho con la primera respuesta. Ante la pregunta del presidente de la Sala ha contestado: “Lo que he querido decir es que lo que me cuenta Barceló es que me habla de unos conocidos que es Sedesa, que el dinero de Imison es de Sedesa”.