El cambio climático lleva años avanzando pero en los últimos meses está dejando ver sus efectos con más fuerza que nunca. El planeta se encuentra al límite de superar los máximos fijados por las instituciones internacionales para el calentamiento global, que este mes de septiembre ha colocado a Europa en el foco de las preocupaciones por las temperaturas de récord registradas. Este año 2023 está a un paso de ser histórico ya que "va camino" de convertirse en el más caluroso de la historia con variaciones "alrededor de los 1,4ºC por encima de la temperatura de la era preindustrial". El Acuerdo de París del 2015 situó como tope un aumento de 1,5 grados para acabar este siglo, pero el mes que ha finalizado parece haber acelerado este proceso con cerca de un grado por encima de la media de las dos últimas décadas.

2023, un año de récord

En cuanto a España, en los últimos días se han registrado récords de calor diario con temperaturas cercanas a los 40ºC en zonas del Guadalquivir y el Guadiana. Allí, especialmente en Córdoba, se han superado los 30 grados entre los días 29 y 30 de septiembre y las primeras jornadas de octubre. Un veranillo de San Miguel totalmente novedoso. "Las temperaturas sin precedentes para esta época del año observadas en septiembre -que han seguido a un verano de récord- han batido varias plusmarcas por un gran margen. Este mes extremo empuja a 2023 a tener el dudoso honor de ocupar el primer puesto en cuanto a año más caluroso", han señalado los expertos de cambio climático del Servicio Copernicus, que han confirmado "anomalías sin precedentes" en el inicio del otoño.

Así, se han registrado un tiempo más propio de los meses de julio y agosto que del comienzo de la temporada de frío. Según explica Copernicus, "la temperatura global de este septiembre ha sido más anómala que en cualquier otro año", tal y como se ha podido comprobar especialmente en Europa, donde este mes se coloca como el más caluroso de la serie histórica. La diferencia es de 1,1 grados más que el anterior en batir el récord, septiembre de 2020. Nuestro país comenzó esta senda de cifras muy elevadas ya en abril, cuando comenzaron los avisos. Un fenómeno que el grupo de científicos de World Weather Attribution colocó estrictamente relacionado con el cambio climático ya que sin su influencia era "casi imposible" que se dieran esas temperaturas máximas, por encima más de un grado que la media entre 1981-2010. 

Junto al ambiente, el elevado calor del mar. Ese mismo mes comenzaron asimismo las alarmas por los grados fuera de lo normal de las aguas. "Los océanos entran en territorio desconocido", aseguró entonces el meteorólogo J.J. González Alemán sobre el récord de temperatura del agua del mar, cuando se han llegado a registrar hasta los 21ºC. Algo que fue a peor en agosto, que dejó de nuevo cifras muy elevadas en el Atlántico y el Mediterráneo. "La sensación de que es urgente adoptar medidas climáticas ambiciosas nunca ha sido más crítica", ha sostenido desde Copernicus. Todo a solo dos meses de la Cumbre del Clima que organiza este año la ONU en Dubái, tras la de Egipto de hace casi un año. Una cita que se espera importante dado que octubre no ha empezado diferente, con temperaturas normalizadas cercanas a los 30 grados.

Cambios de tiempo en otoño

Entre tanto, las previsiones apuntan a que se avecina un cambio en el tiempo que podría acabar con el calor que predomina gracias a una borrasca. Según la Aemet, esta traerá tanto lluvias abundantes como una bajada contundente de los termómetros y dará un cerrojazo al inusual bloqueo anticiclónico de las últimas semanas. Se espera que según avance el otoño en las próximas horas se produzca un cambio que también permita recuperar los niveles de agua especialmente necesarios. Así lo ha dicho el Centro Europeo, que ha informado de una borrasca que podría traer lluvias a España durante la próxima semana, coincidiendo con las festividades del Puente del Pilar y el 12 de octubre. Será a principios de la próxima semana -la del 9- cuando se forme una borrasca al oeste de Portugal.

Esta borrasca se desplazará hacia la Península Ibérica ya el miércoles y es entonces cuando deje lluvias significativas en varias regiones de la vertiente atlántica peninsular, según apuntan los análisis. Una situación que dará un giro también al importante déficit hídrico que persiste en los últimos meses, lo que ha afectado negativamente a la agricultura, la ganadería y el suministro de agua potable. Ya a medida que avanzaba esta semana, un primer frente ha llegado al área cantábrica ha traído consigo lluvias para una región especialmente afectada por la sequía y el calor extremo. En el resto del país, la previsión es que bajen las temperaturas aunque no de manera tan significativa y continuarán entorno a las 25 grados. Eso sí, no será en niveles extremos.