Las cenas de Navidad que llenan de ilusión hoy todos los hogares son un escenario idóneo para el contagio del coronavirus por las habituales muestras de cariño con los seres queridos. Aunque se adopten las medidas de seguridad, el riesgo por aerosoles es difícil de evitar.

Los aerosoles son las partículas más pequeñas que se emiten al hablar o respirar y permanecen el aire y se expanden por cualquier espacio cerrado. Un simulador desarrollado por un grupo de científicos de Estados Unidos, liderado por el profesor español de la Universidad de Colorado José Luis Jiménez, utilizado por el diario Nius, muestra cómo se produce el contagio eun un salón de 20 metros cuadrados durante cuatro horas con la presencia de 10 personas, una de ellas contagiada.

Escenario 1: ventanas cerradas y sin mascarillas

En un escenario en el que los asistentes no llevan la mascarilla y las ventanas están cerradas, cinco personas podrían terminar contagiadas. Cada individuo se expondría a una probabilidad del 54,3% de infectarse. 

Escenario 2: con ventilación, pero sin mascarillas

En este escenario, en el que tampoco se usa la mascarilla, el número probable de contagios es 3 (3,10) y el riesgo individual del 34,5%. Esperemos que muchas familias intentarán ventilar las estancias, aunque muchas casas carecen de salones con ventanas en más de una pared que permitan que la ventilación sea cruzada. A esto hay que sumar las bajas temperaturas, que impiden que se abran totalmente las ventanas. Los expertos recomiendan cuatro dedos.

Escenario 3: sin ventilación y con mascarillas

En esta situación, los asistentes a la cena de Navidad llevan su mascarilla, salvo en el momento de comer, pero no se ventila la habitación. El número probable de contagiados se reduce a 2 (2,16) y el riesgo individual al 24%. Según los expertos, ciertas mascarillas, si están bien ajustadas, reducen el riesgo de contagio por aerosoles, aunque no lo eliminan por completo.

El tipo de mascarillas que se espera utilice la mayoría de las personas son las quirúrgicas homologadas, pero hay que tener en cuenta que en interiores, las que más protegen del contagio de covid-19 por aerosoles son las FFP2.

Escenario 4: con ventilación y con mascarillas

En este escenario, los comensales llevan mascarilla y se realiza una ventilación (no cruzada) de la estancia. El resultado sería sólo una persona contagiada (1,24) y el riesgo individual bajaría al 13,8%.

Escenario 5: hablar bajo

Este caso muestra la importancia de hablar bajo. Sólo con eso, sin ventilar ni llevar mascarilla, se reduce el riesgo casi tanto como en el escenario anterior, en el que se incluían las dos medidas de protección juntas. Si los asistentes no alzan la voz, se contagiaría una persona (1,4) y el riesgo individual sería de 16%.

De ello se deduce la conveniencia de no cantar villancicos este año. Se ha comprobado que cantar o gritar emite 50 veces más aerosoles. Si una persona infectada se pone a cantar, la dosis infecciosa por hora (la cantidad de virus que emitirá al aire) se multiplica muchísimo.