Las personas con cualquier tipo de discapacidad se encuentran diariamente con múltiples barreras propiciadas por la falta de acción pública o por la dejadez de instituciones y empresas. Esta discriminación no se extiende únicamente a su vida laboral o a su día a día rutinario, sino que también les afecta a la hora de sus desplazamientos o en el momento merecido de desconexión que traen las vacaciones. Viajar por el mundo o entre territorios de nuestro propio país puede suponer un verdadero reto para aquellas personas discapacitadas que opten por el avión.

Más de medio millón de usuarios con discapacidad se han encontrado con serias dificultades a la hora de emprender un viaje por aire. Concretamente, AirHelp revela que el 11% de los 4,38 millones de personas con discapacidad residentes en España, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), han afirmado encontrarse con limitaciones a la hora de coger un avión. Desde la plataforma denuncian que estos pasajeros tienen los mismos derechos para acceder a los servicios aéreos y beneficiarse de ellos en condiciones comparables a las de los demás ciudadanos, incluyendo el derecho a la libre circulación y a la no discriminación.

Es más, estos derechos están reconocidos por ley en casi todo el mundo, ya que, aunque las leyes difieran entre países, todas ellas tienen por objetivo garantizar que el mayor número de ellos puedan viajar con facilidad y dignidad. Las normativas oscilan y, mientras algunas se centran en establecer reglas de accesibilidad a aeropuertos y aviones, otras tienen por objetivo regular la asistencia a pasajeros. Los pasajeros españoles están regulados por el Reglamento Europeo 1107/2006 sobre los derechos de personas con discapacidad y personas con movilidad reducida cuando viajan en avión.

Esto, destaca AirHelp, cubre a cualquier pasajero con discapacidades o que viaje con perros de servicio, y a personas con movilidad reducida, donde se incluyen personas mayores, embarazadas y aquellas que viajan con niños pequeños. Las compañías no pueden negarse a aceptar una reserva o embarcar a una persona con discapacidad por motivo de esta.

Caso español: ¿qué ayuda incluye?

En España, Aena es el organismo que se encarga de dar el servicio de asistencia. Un servicio que no solo es aplicable a personas con un grado de discapacidad permanente, también a personas con movilidad reducida de carácter temporal. Asimismo, la ley da derecho a la siguiente atención especial, si es necesario:

  • Ayuda con la facturación, así como a moverte por todo el aeropuerto.
  • Ayuda al manipular el equipaje.
  • Embarcar y desembarcar, incluida la provisión de rampas, sillas de ruedas u otras infraestructuras que permitan el acceso al avión o al edificio de la terminal.
  • Asistencia durante el vuelo y en aeropuertos antes y después del vuelo.
  • Tratamiento de prioridad al recibir servicios y atención.
  • Las personas con discapacidad pueden ir acompañadas por una persona o un perro de servicio, siempre que se prepare con antelación
  • Servicios de asistencia en tierra para perros de servicio

Además, las personas con ciertas limitaciones pueden ir acompañadas por otra persona o por un perro de asistencia, siempre y cuando se justifique y notifique a la aerolínea previamente. Por último, en caso de retraso o cancelación del vuelo, la aerolínea debe priorizar el transporte de los pasajeros con discapacidad o movilidad reducida. A ello se une que, al igual que al resto de pasajeros, se debe ofrecer un vuelo de sustitución alternativo. En estos casos, las aerolíneas deben dar prioridad a los pasajeros con discapacidad o movilidad reducida.