Casi dos millones de personas mayores viven solas en España. La esperanza de vida aumenta y con ella, la cifra de quienes afrontan el día a día en soledad.  

Así lo refleja la Encuesta Continua de Hogares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que revela también que el 71,9% son mujeres.

Para sensibilizar a la población sobre su situación, la ONG Accem, en colaboración con el Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales, ha lanzado la campaña ‘Solas NO’, una iniciativa que incide en la feminización de la vejez.

La propuesta incluye la difusión de un cortometraje que utiliza como guión el texto ganador de un concurso de microrrelatos que puso en marcha la organización sobre la soledad en las mujeres mayores.

El vídeo es, además de conmovedor, una invitación a la reflexión.

En el proceso de envejecimiento no solo hay diferencias biológicas y emocionales entre hombres y mujeres. Interfieren en él, apuntan desde Accem, “otras desigualdades derivadas del tipo de vida que se ha llevado, teniendo en cuenta condicionantes económicos, culturales y sociales”.

Las mujeres mayores se ven afectadas de forma más acentuada por factores como “la clase social, la etnia, una educación tradicional con un desigual reparto de tareas en función del sexo, la asignación de roles y estereotipos de género, la falta de acceso a trabajo remunerado, su mayor vulnerabilidad a la pobreza o las dificultades de acceso a la educación”, subrayan.

Esto provoca que sean uno de los colectivos más afectados por la desigualdad de género en la etapa más tardía de la vida, por lo que resulta fundamental “impulsar acciones de sensibilización y empoderamiento hacia estas mujeres con necesidades de atención integral socio sanitaria”, destacan desde Accem.

Hay múltiples factores demográficos y sociales que influyen en el aumento de la soledad. La ausencia de lazos familiares y relaciones interpersonales origina en quien los sufre, daños físicos y psíquicos muy difíciles de remediar en solitario.

Los investigadores admiten que “la soledad desencadena respuestas en el cuerpo que hacen enfermar a las personas”, apuntan desde esta ONG. “La soledad no buscada es un problema de salud pública, como el tabaquismo o la obesidad, frente al que hay que desarrollar campañas de sensibilización para hacer consciente a la población de su existencia, darle una mayor visibilidad y diseñar iniciativas para combatirla”, destacan.

No se trata de personas que viven solas, sino que se sienten solas. El problema se produce “cuando la soledad no es escogida y a la carencia de compañía se le suma el sentimiento subjetivo de no tener a nadie, de tristeza, de vacío”, precisan. Y cada vez será mayor, si se tiene en cuenta que la población española está compuesta por un 24,9% de personas mayores, porcentaje que llegará hasta el 38% en 2064.

“La soledad a cualquier edad, provoca mucho sufrimiento y exclusión social”, advierten desde Accem. “Con el tiempo se agudiza y puede llevar al aislamiento social. En la mayoría de estos casos las personas mayores acabarán presentando un deterioro funcional, físico y de la salud en general”.