La revolución en el mercado laboral está a la vuelta de la esquina. Hacer realidad la jornada laboral de cuatro días es un giro innovador que ya se ha aplicado en algunos países europeos, llegando también a nuestro país de la mano de empresas que, sin esperar a los planes que prepara el Gobierno central, han tomado la iniciativa, demostrando así que nada es imposible al intentar mejorar el bienestar de los trabajadores y, al mismo tiempo, conseguir que no decaiga la productividad, incluso aumentarla.

Son dos las empresas españolas que ya se toman como modelos a seguir, La Francachela y Ephimera, que han servido de apoyo en el proyecto que ha impulsado Más País y Compromís en el Congreso de los Diputados para que el Ejecutivo de Pedro Sánchez lo materialice. Desde ElPlural.com nos hemos puesto en contacto con María Álvarez una de las fundadoras de las entidades para conocer en profundidad cómo surgió la iniciativa, su puesta en marcha y, en particular, los grandes beneficios que esta aporta.

Rememorando aquellos tiempos de pandemia, la empresaria recuerda haber hecho balance de cómo las vidas de todos cambiaron de la noche a la mañana y la atención se centró aún más en la conciliación familiar, concretamente en el cuidado de los hijos. Un hecho que, de vuelta a la normalidad, no podía sostenerse tal y como estaba planteado: “Cuando volvimos a ver los restaurantes nos parecía que no podíamos trasladar esa atención a los trabajadores que habíamos tenido en ERTE y, fundamentalmente, a las trabajadoras con hijos. Implementar la jornada de cuatro días en las empresas es una excelente palanca para producir una transformación, aplicar cambios e innovaciones que intentamos hacer en el pasado. A pesar de que el primer impulso fue por la conciliación, la hemos mantenido por razones de innovación, eficiencia y productividad”, explica.

Álvarez argumenta que no se trata tanto de aplicar otra perspectiva de estructura empresarial, sino más de pensamiento. “Es un cambio de cultura, hay que empezar a pensar de otra manera. Ahora producimos lo mismo con muchas menos horas. Hemos dado beneficios tanto en 2020 como en 2021”.

Este cambio en la estructura ha afectado de lleno a los trabajadores, incluso, en el caso de estas dos empresas, ha incentivado la contratación de personas que tenían dificultades para acceder al mercado laboral: “Ahora tenemos muchas más mujeres de entre 40 y 50 años que antes no podían trabajar porque tienen hijos”, detalla Álvarez.

"He aprendido a valorar mucho más el tiempo"

Desde el punto de vista más humano, dejando los valores económicos a un lado, son las historias reales las que demuestran que, medidas de este calibre, suman más que restan. “La gente nos dice que le ha cambiado la vida porque pasan de trabajar seis semanas a trabajar cuatro, te conviertes en otra persona con otra mecánica”, asegura la fundadora de La Francachela y Ephimera.

Por ello, desde ElPlural.com hemos querido indagar en las experiencias personales, en cómo muchos granitos de arena pueden llegar a mover montañas. Al tener más tiempo libre, Patricia Fernández, de 24 años y trabajadora en gestión de eventos en Ephimera, ha aprovechado para “ir al médico, hacer deporte o ganar tiempo con la familia”, mientras que Elena Gómez, de 29 años y directora del restaurante, asegura que ha aprendido a “valorar mucho más el tiempo” con familia y amigos.

Asimismo, y dentro del espacio laboral, la tensión y las presiones se han rebajado en el ambiente: “Se nota mucho la actitud del equipo, están siempre al 200%. Con esta jornada se afronta todo de una manera mucho más positiva”, celebra Gómez. “Mi rendimiento y motivación han aumentado con la reducción de la jornada”, añade Jaime Merino, de 31 años y camarero en el restaurante.

Al ser preguntados por si la reducción de jornada puede ser el futuro del mercado laboral en España, todos coinciden en que este es el primer paso para un giro de 180 grados: “Animo a las empresas a probarlo, hay que cambiar y mejorar las vidas de todos en la medida de lo posible y estamos demostrando que así se puede hacer”, reivindica Elena Gómez.

El hotel que reivindica acabar con la "esclavitud" del sector

La Francachela no es la única empresa hostelera que ha tomado las riendas por su cuenta de esta iniciativa. Pilar y Jim, dueños del Hotel Torrecerredo en Las Arenas (Asturias), quisieron poner en marcha una jornada reducida de 36 horas en su plantilla, pero la pandemia de coronavirus frustró sus planes en marzo de 2020, aunque el proyecto sigue en el tintero.

Los seis trabajadores del hotel, junto con los propietarios, disponen de dos días libres a la semana, algo poco común dentro del sector. “La idea es unir las labores de todos y repartirlas entre las 36 horas, entre los tres y cuatro días, lo que se necesite en el momento”, explica Ade Guerrero, representante de los empleados, en declaraciones a este medio.

“Si se puede cambiar la perspectiva que hay de la hostelería, que es de los sectores más esclavos y en el que se encuentran las explotaciones laborales y peores retribuciones, sería beneficioso”, evidencia Guerrera sobre la situación real del gremio.

“Si alguien demuestra que se puede, podría contagiar a los demás para probar con otras iniciativas. Puede ser el futuro, pero hay que trabajarlo mucho. Es muy positivo para que la gente pueda disfrutar de una vida que no sea solo trabajar”, coincide.

El proyecto político

Desde el ámbito político, han sido Más País y Compromís quienes han puesto sobre la mesa el plan de reducción de la jornada laboral ante el Gobierno central. Héctor Tejero, responsable político de Más País en el Congreso de los Diputados y diputado en la Asamblea por Más Madrid, trabaja desde cerca con el Ministerio de Industria las bases para lanzar el proyecto, que posiblemente verá la luz a finales de este año. "España haría bien en hacer bandera de la reducción de la jornada laboral", reivindica en una entrevista con ElPlural.com en la que, además de presentar los puntos clave del plan, matiza que los principales beneficios de esta revolución se fundamentan en la conciliación familiar, la mejora de la salud mental y física de los trabajadores y el aumento de productividad de las propias empresas.