A la tragedia que ha supuesto el accidente de tráfico en el que han fallecido tres niñas, hay que sumarle una intrahistoria aún más dramática. Moralzarzal se apiada estos días de Pepotín, el padre de Leonor, una de las jóvenes que fallecieron en el siniestro, porque este hombre ya tuvo que enterrar a otro hijo por una enfermedad. Un dolor que se añade al de perder en el mismo accidente a Polina, hija de su expareja, hermana por parte de madre de Leonor y conductora del vehículo.

Este vecino del mencionado municipio perdió hace años a su hijo pequeño, fruto de otra relación, como consecuencia de una fuerte enfermedad. Ahora, en este suceso, ha perdido a Leonor y a Polina. Los hechos tuvieron lugar después de que Leonor, de 15 años, y sus dos amigas, de 16 y 15 años, perdieran el autobús para volver a Moralzarzal tras haber asistido a las fiestas de Collado Villalba, por lo que llamaron a Polina, de 26 años, para que acudiera a recogerlas. 

Los padres de Leonor estaban separados, pero la relación que mantenían todos era muy buena, especialmente con su hermana mayor y Pepotín con los hijos de su expareja.

Lo que se sabe hasta ahora del accidente

Según informó el 112 Comunidad de Madrid, el siniestro tuvo lugar a las 5:50 horas del domingo 11 de junio, en la M-608 a la altura del kilómetro 38, donde se produjo la colisión fronto-lateral entre los dos turismos. 

Las cuatro fallecidas quedaron atrapadas por la gravedad del impacto y tuvieron que ser excarceladas por los bomberos de la Comunidad de Madrid. El SUMMA 112 solo pudo confirmar la tragedia.

En el otro vehículo implicado, la conductora, una mujer de 30 años y Guardia Civil de profesión, también tuvo que ser liberada por los bomberos. Presentaba múltiples fracturas y tuvo que ser trasladada en estado grave al Hospital Puerta de Hierro. Hasta el lugar del accidente se desplazaron cuatro dotaciones de bomberos de la Comunidad y la unidad de psicólogos del SUMMA 112 para asistir a familiares de las víctimas.

La investigación del accidente de tráfico ha desgranado que Polina, de 26 años, es la regenta de un bar y que a la hora a la que se produjo el siniestro solía estar despierta. Las autoridades descartaron, casi desde el primer momento, el exceso de velocidad como una posible causa del choque, e indicaron que todo apuntaba a un despiste y a que la conductora se metió en el carril contrario. Medianamente recuperada del choque, la agente de la Guardia Civil que viajaba en el otro vehículo explicó que vio cómo el otro coche se aproximaba a gran velocidad, y no le dio tiempo a reaccionar y apartarse para evitar el impacto en el que murieron las cuatro jóvenes.