La Agencia Tributaria ha acreditado que el FC Barcelona se dedujo los 7,6 millones de euros que pagó a José María Enríquez Negreira durante una década. Al menos ese es el periodo que ha analizado Hacienda, según ha publicado El Mundo, que ha remitido un informe al juez instructor de la causa, Joaquín Aguirre, en el que contempla desde cuándo la entidad culé se desgravó los pagos millonarios al ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) con facturas falsas. Cabe recordar que el germen del caso surge de una investigación tributaria, que en su momento expuso que el club catalán pagó al excolegiado para influir en los resultados; hipótesis que también maneja la Fiscalía Anticorrupción.
Según los investigadores, el que fuera número dos del estamento arbitral hasta 2018 cobró del FC Barcelona durante prácticamente veinte años. Pese a ello, el juez que instruye el caso urgió a que se rastreara la tributación de estos pagos al menos desde el año 2003 y hasta el 2015. Según publica El Mundo, Hacienda expone que no todos los ejercicios fiscales del periodo solicitado del se inspeccionaron por Impuesto de Sociedades e IVA, pero constata que, al menos entre los años 2005 y 2015, la entidad se dedujo al céntimo cada uno de esos años los pagos a la red societaria del exárbitro.
Según consta en la investigación tributaria, el Barça declaró como gastos por presuntas asesorías arbitrales pagos en 2005 a la sociedad Soccercam y de 2006 en adelante al resto de empresas que conforman la maraña de entidades de la trama. Negriera facturaba del club a través de un entramado de firmas, entre las que también computan Dasnil y Nilsad. Estas últimas, de hecho, constituyen la columna vertebral de las operaciones del es número dos del colectivo arbitral español.
La lista de Hacienda
De las pesquisas del Fisco se desprende, siempre enmarcado en el periodo analizado, “el importe y el emisor de las facturas recibidas de Dasnil, Nilsad y Soccercam contabilizadas y registradas en los libros del FC Barcelona”, constatando que coinciden con los “importes consignados” por la entidad blaugrana para cada una de estas sociedades “en el modelo 347”, donde se declaran las operaciones con terceros. Además, precisan que no existen “elementos” que induzcan que las facturas contabilizadas y registradas en los libros “no coincidan con lo declarado por el FC Barcelona en el Impuesto de Sociedades y el IVA”.
En la lista elaborada por la Agencia Tributaria se contempla cómo el exárbitro aumentó considerablemente su facturación a medida que pasaba el tiempo, disparándose en la primera etapa de Joan Laporta, actual presidente culé, al frente del club. En 2006, según la documentación citada por El Mundo, el Barcelona se dedujo apenas 117.276 euros por pagos a Dasnil y 197.648 a Nilsad. Sin embargo, el importe abonado a la segunda en 2015 ascendió hasta los 891.150 euros. En cambio, la primera sociedad ingresó en 2010 un total de 777.607 euros al año.
En cualquier caso, Hacienda sospecha que la cifra que se desgravó el club por estos conceptos es muy superior a la que se ha podido acreditar. Según precisa el informe remitido al juez instructor, concluyeron que podría haber “coincidencia” en los años que no se han podido contrastar. Con todo, los inspectores también escudriñan la etapa posterior a la solicitada por el magistrado. Es decir, la que contempla el periodo 2015 a 2018, año en el que concluyó, al mismo tiempo, la etapa de Negreira en el CTA y la relación empresarial con el Barcelona. Precisamente, el fisco comprobó que en aquellos años los pagos carecían de documentación que los justifcara, por lo que reclamó su regularización al tiempo que inadmitía su “deducibilidad por tratarse de una liberalidad”.
Fue este, precisamente, el germen de todo lo que hoy se conoce como caso Negreira y por el cual tanto la Fiscalía como el magistrado consideran que el Barcelona pagó al excolegiado por intentar influir en el resultado de los partidos. De hecho, en la querella interpuesta por Anticorrupción contra los expresidentes culés Sandro Rosell y Josep María Bartomeu, se destacaron los intentos del club por deducirse irregularmente 877.299 euros. Este hecho motivó a la Agencia Tributaria para que reclamase a la entidad “copia de las facturas y de los medios de pago utilizados, descripción de la naturaleza de los servicios prestados y su relación con la actividad de la entidad”.
El Barça no acreditó servicio alguno y Hacienda precisó que se trataban de facturas falsas. Por ello, desde el Fisco se trasladó una propuesta de regularización a la entidad blaugrana de 404.249 euros, además de 52,324 euros en concepto de intereses por el Impuesto de Sociedades y otra de 473.050 euros más 84.991 por la demora del IVA. Un total de 900.000 euros que hacían sospechar que la trama trascendía la cuestión tributaria.