La sombra de la corrupción no abandona el fútbol español. Mientras la presidencia de Luis Rubiales se mantiene en el aire por el abuso de poder, amén del rosario de escándalos de su gestión, El Mundo se hace eco de las conclusiones de los investigadores sobre el Caso Negreira. La Guardia Civil ha revelado que los pagos que efectuó durante su primera etapa el actual presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, al que fuera número dos del Comité Técnico de Árbitros (CTA), José María Enríquez Negreira, se caracterizaron por “la confusión de conceptos, servicios prestados y personas que los ejecutaron”. En el informe, elaborado por la Unidad de Policía Judicial, insisten en que el ex vicepresidente del colectivo arbitral sacaba el dinero percibido por la entidad catalana en metálico y aún falta por conocer el destino del montante.

Las investigaciones de la Guardia Civil sobre el caso Negreira ponen contra las cuerdas al FC Barcelona. Tras varios meses de relativa calma, han trascendido ahora los informes de la Unidad de Policía Judicial. En los escritos, los agentes consideran “llamativo” que en el año 2006, durante la primera presidencia de Joan Laporta, no concuerdan los datos facturados tanto por el club como por la red de sociedades pantalla creadas por José María Enríquez Negreira y su hijo. No estiman que este asunto se deba a meros errores administrativos, sino que responde a una maniobra de ocultación del dinero por todas las partes implicadas en el caso.

En el informe, hacen especial hincapié en que el FC Barcelona “declaró ante la Administración tributaria pagos por 117.278 euros” durante el ejercicio de 2006 a la sociedad Soccercam, la empresa pantalla de la familia Negreira. No obstante, en el escrito elaborado por el Instituto Armado, la firma del ex vicepresidente del colectivo arbitral “no los declaró” a Hacienda, pero sí lo hizo la otra entidad, Dasnil 95, SL, “precisamente por el mismo importe. A ojos de los agentes que investigan la causa, “abunda en la confusión de conceptos, servicios prestados y personas que los ejecutaban”.

En cualquier caso, a pesar de que Soccercam sí se encontraba registrada a nombre del hijo de Negreira -Javier Enríquez Romero, conocido como Negreira Jr.-, se atribuye todos los cobros y movimientos a su padre, descansando sobre éste toda responsabilidad. No obstante, entienden que era la persona que mantenía la línea abierta con los diferentes presidentes del FC Barcelona. De hecho, subrayan que era el encargado de acordar con ellos las cantidades a percibir y los trabajos que debía realizar.

Nula imparcialidad

Las presuntas asesorías del que fuera mano derecha de Victoriano Sánchez Arminio hasta 2018 nunca existieron a ojos de la Guardia Civil. La facturación de su red de empresas pantalla ascendió a más de ocho millones de euros durante dos décadas, aunque estiman que los trabajos que se le atribuyen a Enríquez Negreira son completamente falsos. Así las cosas, tras escudriñar los abonos de la entidad catalana al ex número dos de los árbitros, concluyen en el Instituto Armado que el Comité Técnico de Árbitros incurrió en un comportamiento “irregular”, precisando que esta circunstancia provocó “decisiones arbitrarias que no habrían tenido siempre un respaldo deportivo imparcial”.

Las tesis de los agentes de la Unidad de la Policía Judicial cuestionan por primera vez la integridad del fútbol español mediante un proceso legal. “Huelga hablar de la importancia que tiene en España el seguimiento de millones de aficionados del fútbol, en general y de un club como el FC Barcelona en particular”, destacan en el informe. En este sentido, agregan que “la alarma social que una investigación de estas características está suponiendo en caso de que se acrediten los delitos investigados”. Por estos motivos, temen que estos hechos supongan una “pérdida de credibilidad en la limpieza y la honorabilidad del deporte rey en España que, más allá del reproche penal, podría provocar consecuencias deportivas y extradeportivas a nivel nacional o internacional” para el club azulgrana.

En lo relativo al destino del dinero sufragado a Enríquez Negreira, los investigadores recalcan que aún queda por esclarecer su dirección final. Constatan que el excolegiado sacó la mayor parte de los pagos en cantidades inferiores a 3.000 euros y en metálico para burlar los controles. No obstante, explican que nunca incrementó su patrimonio, recurriendo a la práctica del “pitufeo inverso, característico del blanqueo de capitales”. Asimismo, exigen al Juzgado de Instrucción número uno de Barcelona que solicite la colaboración de todas las entidades financieras para obtener más detalles de su paradero.