La magistrada que instruye el conocido como Caso Negreira ha desestimado la petición del Fútbol Club Barcelona de ser parte perjudicada en el procedimiento. La juez explica que, aunque se puede ostentar la categoría de perjudicado e investigado a la vez, en el caso del Barcelona no se puede admitir, entre otros motivos, porque de la declaración del presidente del club Joan Laporta “no se desprende la existencia de daño patrimonial alguno para el club”. Además, según ha podido saber ElPlural.com, la juez tampoco tomará este tipo de decisiones mientras la causa siga bajo secreto de sumario, ya que todavía no tiene los informes de la Guardia Civil que detallen la implicación de las diferentes directivas azzulgranas en este caso. Pero además, es que la instructora considera "contradictoria" la petición.

Los letrados del club azulgrana aseveraron en su petición que, “tanto en la querella interpuesta por el Sr. Xavier E., como en la denuncia interpuesta por la Fiscalía de Barcelona, la entidad ostenta la condición de ofendida y perjudicada por la presunta comisión de un delito de Administración Desleal, cuyo bien jurídico protegido por el delito es el patrimonio, ya que lo que se plantea en esta causa es que el patrimonio del Club presuntamente se habría venido administrando indebidamente, causando, en consecuencia, un perjuicio al mismo pues, con independencia de la existencia de una prestación real y efectiva de un servicio de asesoramiento técnico arbitral, este servicio habría venido facturándose doblemente, formalizándose, además, uno de dichos canales de facturación a través de mercantiles interpuestas que recibían una comisión por ello lo que sitúa al FCB como sujeto pasivo del delito y es necesario que ostente la doble condición de investigado y Acusación Particular”.

Respuesta judicial

La juez le recuerda a la entidad que “desde la entrada en vigor de la LO 5/2010, de 22 de junio, las personas jurídicas pueden ser investigadas en un procedimiento penal por las acciones u omisiones dolosas o imprudentes en que incurran las personas ligadas a ellas, planteándose la problemática sobre la que se resuelve en este auto cuando la persona jurídica, ya investigada, pretender personarse en el procedimiento como perjudicada ejerciendo la acusación particular”.

“Con carácter excepcional, cabe la posibilidad de que una misma persona asuma la doble condición de acusador y acusado, en un proceso en el que se enjuician acciones distintas, enmarcadas en un mismo suceso, cuando, por su relación entre sí, el enjuiciamiento separado, de cada una de las acciones que ostentan como acusados y perjudicados, produjese la división de la continencia de la causa, con riesgo de sentencias contradictorias, y siempre que así lo exija la salvaguarda del derecho de defensa y de la tutela judicial efectiva”, afirma la magistrada quien, al mismo tiempo considera contradictoria la petición del Barcelona. Una contradicción que, entre otros motivos viene avalada por las propias declaraciones públicas de Laporta en las que afirmaba que  “los servicios de asesoramiento fueron efectivamente prestados, se documentaron en facturas detalladas y fueron pagados mediante transferencias bancarias constando los pagos en la contabilidad del club”.

Además de esta resolución, la juezz también ha acordado prorrogar el secreto de sumario, ha aceptado la persobnación como perjudicados de LaLiga, de la RFEF, del Real Madrid y de un grupo de socios del club.

Más presión al Barça

El avance de la investigación arroja que la relación entre Enríquez Negreira y el Barça se inició durante la etapa de José Luis Núñez como presidente del club, aunque hasta la fecha no se ha conocido documentación de esos años. Lo que sí se sabe es que se prolongó hasta la era Bartomeu, que fue el que dio órdenes de finiquitar el vínculo con el número dos del estamento arbitral en 2018, cuando la RFEF le cesó de su cargo con motivo de la victoria electoral deLuis Rubiales y la salida de los rescoldos que quedaban de la era Villar en Las Rozas.

Desde que se pusiera fin a la relación de manera unilateral, Enríquez Negreira adoptó la amenaza como estrategia de presión contra el club. Remitió dos burofaxes al Camp Nou y, posteriormente, elevó el empuje con al menos seis facturas más. El excolegiado advirtió por escrito a Bartomeu de que airearía las “irregularidades” de las que había sido testigo y le recordó que estuvo años cobrando por “favores y confidencias”.