El cáncer de cuello uterino o de cérvix es el segundo cáncer más frecuente en mujeres, por detrás del de mama, en todo el mundo. Cada año se diagnostica este tipo de tumor a 500.000 mujeres y se producen 275.000 muertes anuales, la inmensa mayoría de ellas, el 90%, en países en vías de desarrollo. La incidencia de esta enfermedad en Camerún es 10 veces superior a la de España, que cuenta con una de las tasas de supervivencia más alta de Europa.

Mientras que en nuestro país se contabilizan 2,06 muertes x 100.000 habitantes, en Camerún son 19,27 x 100.000 habitantes, una desigualdad que ha encendido todas las alarmas en la Fundación Recover, la ONG que lucha por llevar una sanidad de calidad a África y que ha puesto en marcha el programa de prevención ‘Cáncer de cérvix: un fantasma detectable a tiempo’.

Un 90% de las muertes por cáncer de cérvix se produce en países en vías de desarrollo

El proyecto, que celebra ya su segunda edición, se coordina a través de seis centros de la Fundación Recover en Camerún, donde se llevan a cabo las citologías y biopsias necesarias para la detección de posibles células cancerosas e iniciar en los casos que sea necesario el tratamiento adecuado.

El programa implica, además, la formación de dos profesionales sanitarios por cada uno de los centros participantes, un médico y un técnico de laboratorio. “Estos sanitarios contaban con una gran experiencia en el tratamiento de enfermedades infecciosas y tropicales como el VIH, la tuberculosis o la malaria, pero no el cáncer. Por ello consideramos que era necesario que recibieran una formación para proporcionar un tratamiento de calidad a estas pacientes”, explica Miguel Molinero, técnico de proyectos de la ONG.

En paralelo a la formación, se ha puesto en marcha una campaña de sensibilización para la prevención de esta enfermedad. Los países que cuentan con programas de detección precoz han conseguido prevenir el 80% de los casos de cáncer de cérvix, con pruebas muy sencillas que permiten diagnosticar a tiempo la enfermedad y tratarla adecuadamente.

"En Camerún no hay seguridad social y las posibilidades económicas son extremadamente escasas, por lo que la persona acude al hospital solo cuando se siente mal, y a veces muy mal"

Sin embargo, esta realidad está todavía lejos en países como Camerún, donde sólo se va al médico cuando estás mal, un lastre enorme ante enfermedades silenciosas y de evolución lenta como ésta. “En el caso de África encontramos muchas mujeres que no tienen conciencia de que puedan sufrir cáncer de cérvix y esto, unido a factores culturales como las relaciones sexuales tempranas y la falta de métodos anticonceptivos, provoca que sea una enfermedad frecuente en el continente”, apunta Charo Noguero Meseguer, jefa del Servicio de Ginecología y Obstetricia en el Hospital Universitario Rey Juan Carlos y voluntaria de la Fundación Recover.

“En países como Camerún no hay costumbre de ir al médico para hacerse una revisión, motivado en gran parte porque no hay seguridad social y las posibilidades económicas son extremadamente escasas, por lo que la persona acude al hospital solo cuando se siente mal, y a veces muy mal. Esto es especialmente negativo para la detección de enfermedades como el cáncer de cérvix, ya que avanza de manera muy silenciosa y, cuando manifiesta síntomas, ya está en un estado muy avanzado”, continua Cristina Antolínmisionera de la Congregación de Santo Domingo, contraparte gestora del Hospital San Martín de Porres en Camerún.

​Pese a las dificultades, la Fundación Recover busca revertir la situación y evitar la muerte de miles de mujeres, infectadas por el virus del Papiloma Humano, una de las infecciones de transmisión sexual más comunes y que está detrás del cáncer de cérvix o de útero.

“No podemos olvidar que estamos ante una población en riesgo debido a factores como el limitado acceso a información sobre salud, el número insuficiente de profesionales médicos cualificados o la falta de hábito para acudir a revisiones, todo ello en el marco de una sanidad de pago. Esto provoca que el virus del papiloma humano esté muy extendido y un gran número de mujeres no sean examinadas. Esperamos que, poco a poco, desde Fundación Recover y con el apoyo de otras entidades, logremos revertir esta situación para obtener cifras más positivas”, concluye Chus de la Fuente, presidenta de la Fundación Recover.