Apenas veinticuatro horas después de recibir el Premio Planeta 2020, Eva García Sáenz de Urturi ultima sus minutos en una habitación de hotel de Barcelona antes de emprender camino al aeropuero le lleve de vuelta a casa. Sin apenas haber digerido el haber ganado el premio literario más importante de España con "Aquitania", su próxima novela, la autora superventas de la trilogía de "La ciudad blanca" charla con ElPlural.com.

PREGUNTA: Lo primero de todo, enhorabuena por haber ganado, ¿cómo lo llevas?

RESPUESTA: Pues de momento, como lleva siendo tal vorágine desde que empezó la gala y después fue todo seguido y llevo haciendo entrevistas desde las ocho de la mañana, pues todavía metida en una burbuja a falta de asimilarlo. Cuando llegue a mi casa esta noche, allí ya creo que el fin de semana me dará por dejarme llevar y disfrutarlo por todo lo que supone grabar un Premio Planeta.

 Había trabajado nueve años como óptico, y después había pasado al sector de la educación superior.

P: ¿Te imaginabas en 2012 cuando publicabas tu primera novela en Amazon que ibas a llegar a ganas un premio así?

R: Absolutamente no. Lo publiqué sin ningún tipo de intención de ser escritora porque acababa de aprobar una plaza fija en la Universidad de Alicante y ya había cambiado de sector. Había trabajado nueve años como óptico, y después había pasado al sector de la educación superior. Lo subí sin ningún tipo de pretensión. 

Da igual cuantas novelas lleves, cuantas más llevas más complicado es.

P: Tus novelas destacan mucho por el gran trabajo de documentación que realizas y contabas que con Aquitania has estado dos años y medio realizando ese proceso ¿Cómo ha sido?

R: El mediedo son mil años de historia. Es tan amplio, que aunque elegí una fecha concreta, el siglo XII, pues quería llegar a todas las facetas de la cotidaniedad, entonces me embarcaba en la documentación de la gastronomía aquitana durante el medievo, por ejemplo, y después, como es una novela que tiene mucho thriller me daba por investigar sobre venenos, setas venenosas, plantas alucinógenas, e incluso de venenos minerales. Casi me ha sepultado la inmensidad de toda esa información.

P: ¿Qué has aprendido de esta novela que no has aprendido de las anteriores?

R: Al ser la séptima novela tenía mucho oficio. Ya había escrito thriller y había escrito novela histórica, tenía esa seguridad de saber en cada capítulo qué tono debía darle. Siempre partes de cero, es como escalar el Everest o escalar un ochomil, en el siguiente libro vuelves abajo y tienes que volver a subir esos ocho mil metros.

Ha sido la única mujer en la historia reina de Francia y de Inglaterra.

Con la novela pasa igual. Da igual cuantas novelas lleves, cuantas más llevas más complicado es. Tienes que empezar con el capítulo uno y la página en blanco. En ese sentido creo que la novela es la más madura, la más completa y los personajes los más sólidos de todos los que he escrito.

P: ¿Por qué Leonor de Aquitania?

R: Porque me enamoré abosolutamente del personaje. Me pareció que ya era grande sin necesidad de estar en el medievo ni por ser mujer. Si cualquier persona a lo largo de la historia o en la Edad Contemporánea hubiera conseguido lo que consiguió Leonor de Aquitania ya sería merecedora de un montón de novelas, series o de películas. Esta mujer que tenía ochenta y dos años ha sido la única mujer en la historia reina de Francia y de Inglaterra. Con trece años heredó el Ducado de Aquitania y se convirtió en la mujer más rica de occidente, controlando sus inmensas tierras y los barones que siempre se encontraban a la revuelta.

Lo difícil es hilar tanta documentación que no pese en la novela y que no lastre la trama y la haga lenta.

Gestionar en el medievo era como ser CEO en una multinacional. Eran grandes empresarios que legislaban leyes comerciales y a Leonor se le daban muy bien. No solo gestionó el dinero de su padre y de su abuelo, sino que creó riqueza porque era muy hábil políticamente. Fue ella la que cambió varias veces el equilibrio de poder de lo que después se llamaría Europa con sus matrimonios y sus decisiones políticas.

P: En tus novelas mezclas muchos estilos como el thriller o la novela histórica, romántica e incluso la denuncia social, ¿Cómo haces para casar toto dentro de una novela?

R: Eso es lo difícil. Lo difícil es hilar tanta documentación que no pese en la novela y que no lastre la trama y la haga lenta. Cuando sabes tanto de una época o de un tema que luego quieres meterlo y todo te fascina, pero al lector puede no fascinarle y tienes que recortar. Es la lucha diaria porque dices meto esto o lo otro porque es necesario, pero quito esto que aunque me fascine o me guste no pega. He tenido que dejar mucho fuera porque no daba.

 A nosotras nos preguntan que cómo concilias o si echas de menos a tus hijos en las giras.

P: ¿En qué te sientes más cómoda escribiendo?

R: El tipo de novela es una etiqueta que me ha venido a posteriori. Desde que empecé con "La saga de los longevos" que no sabía nada del mundo editorial me puse a escribir de lo que me apetecía que era una revisión del mito de los inmortales, luego me encontré que el libro, al firmar con una editorial y ya ir por el circuito comercial de las librerías, no sabían en qué clasificarlo. No es novela histórica, no hay ciencia ficción, pero hay ciencia y hay ficción, hay una gran historia de amor... A Los Lonjevos todavía nadie sabe cómo catalogarla. Causa mucho prejuicio al lector porque no sabe qué género es.

 Todos nos hemos dedicado a un oficio alimenticio para pagar facturas hasta poder vivir de esto.

Primero pienso la historia que quiero contar y luego ya la envuelvo de thriller o en una histórica, o mixta, como es el caso. Como escritora me da igual el modo de escribir. Mi proceso creativo no funciona por géneros.

P: Decías en una entrevista que te preguntaban cómo compaginar criar a tus hijos con la escritura y respondías que esa pregunta no se la hacían a un escritor ¿Hay machismo en el mundo de la escritura?

R: Lo que hay es un prejuicio a la hora de que a las escritoras siempre nos están preguntando por el tema femenino. Siempre se dice literatura femenina, pero no literatura masculina. No entiendo si se refiere a que somos las mujeres las que escribimos o que son las lectoras las que nos leen. Eso de que siempre la lectura tenga que dividirse en géneros y siempre se señale como un adjetivo que es mujer o que es literatura femenina con los hombres no pasa. Todas las preguntas van dirigidas a su proceso creativo y a los grandes temas mientras que a nosotras nos preguntan que cómo concilias o si echas de menos a tus hijos en las giras. Pues entiendo que a los hijos de Javier Sierra o de Posteguillo les pasará igual salvo que nadie se preocupa por ellos. Pobrecitos, por los míos se preocupa todo el mundo. No horripila tanto que un hombre esté de gira como que una mujer con hijos sí. Es un lastre que el 100% de las preguntas no sean en torno a mi oficio.

Yo no he elegido el género que he nacido. Ojalá no hubiera géneros y acabar con todas estas cosas.

P: Cuando se conocía que Sandra Barneda era finalista del Premio Planeta 2020 muchos que criticaban que era la presentadora de un reality, ¿qué opinas al respecto?

R: El Premio Planeta siempre trae un tipo de noticia paralela en este sentido. Si son como el año pasado demasiado literarios se critican por ser literarios para ganar un premio, si vienen del mundo del periodismo porque vienen del mundo del periodismo, si son presentadoras porque son presentadoras. Vengas de donde vengas y haya sido tu carrera literaria y haya sido tu background el que sea en el mundo de la escritura en España todos venimos de fuera. Yo vengo del mundo de la óptica, otros del periodismo, otros del profesorado. Muchos nos hemos formado, pero no hay una formación reglada. Todos nos hemos dedicado a un oficio alimenticio para pagar facturas hasta poder vivir de esto. Criticar eso no tiene ningún sentido. No somos escritores licenciados.