Japón detectó una infección bacteriana muy peligrosa y de rápida propagación. Se habían notificado casos antes. De hecho, los japoneses conviven con ella desde hace 30 años, aunque esta cepa ha preocupado y sorprendido a las autoridades sanitarias, especialmente por el incremento vertiginoso de los contagios. Se trata del síndroime del shock tóxico estreptocócico (STSS), provocado pro el estreptococo del grupo A.

Del primer caso de esta enfermedad se tuvo constancia allá por 1992. Desde aquel año y hasta la fecha, se han registrado cada año una media de entre 100 y 200 casos. Sin embargo, a raíz de 2023, coincidiendo con la relajación de las medidas de prevención del coronavirus, empeoraron los datos. La cifra de contagios se ha disparado y ha firmado el récord de 894 casos en 2019, según el Instituto de Enfermedades Infecciosas (NIID).

El número de STSS firmó en 2023 la cifra récord de 941. No obstante, la perspectiva para este 2024 es aún peor si se sigue el ritmo de los dos primeros meses del año, donde ya se tiene constancia de 378 casos. Las infecciones se han detectado en 45 de las 47 prefecturas de Japón, de lo que deriva una tendencia preocupante y generalizada. Las autoridades sanitarias han activado todas las alarmas y han recomendado a la población que adopten medidas preventivas básicas tales como lavarse las manos y cuidar de las heridas.

A finales del pasado mes de enero, los principales diarios nipones ya avanzaban del crecimiento de casos de esta enfermedad. No obstante, a pesar de ello, se desconoce la causa exacta del incremento de contagios, aunque desde el Ministerio de Sanidad del país sugieren que una potencial explicación del repunte de las enfermedades respiratorias es la entrada de Japón en fase pospandémica en la primavera del año 2023. “Todavía hay muchas incógnitas sobre los mecanismos que subyacen a las formas fulminantes (graves y repentinas) de estreptococo, y no estamos en la fase de poder explicarlas”, admitían desde el NIID en un comunicado de hace escasas semanas.

Síntomas del STSS

En cualquier caso, los síndromes de shock tóxico son una afección provocada por toxinas bacterianas del tipo Streptococcus pyrogenes o Staphylococcus aureus, sin descartar la implicación de otras. El cuadro clínico puede incluir desde fiebre, erupciones cutáneas, presión arterial baja o descamación de la piel; aunque también puede provocar una infección subyacente específica, como mastitis, osteomielitis, fascitis necrotizante o neumonía. En el caso del STSS, la bacteria se expande a tejidos profundos, llegando incluso a la sangre. A pesar de que no es lo habitual, puede extenderse hasta el torrente sanguíneo, músculos y pulmones, momento en el que los síntomas se agravarían a gran velocidad, derivando incluso en hipotensión arterial, fallo multiorgánico e incluso el deceso del paciente. De hecho, se le conoce también como la “enfermedad carnívora” porque puede causar necrosis en tejidos conectivos que recubren los músculos, aunque eso sólo se limita a los casos más graves.

No obstante, la mayoría de personas con infección estreptocócica no desarrollan este tipo de síntomas. En tal caso, hay un grueso de pacientes que tan sólo padecen dolor de garganta e infecciones cutáneas, especialmente los niños. La bacteria puede derivar en enfermedades leves como faringitis, escarlatina o amigdalitis, sin descartar presencia de celulitis.

¿Cómo me puedo infectar?

La bacteria puede adentrarse en el organismo de cualquier persona, sin distinción de edad. No obstante, el STSS es más común entre los adultos de 30 años o más. El alcoholismo o la diabetes son dos factores que aumentan las probabilidades de padecer la enfermedad, aunque ciertas cepas del grupo A que producen exotoxinas pirogénicas estreptocócicas comportan un mayor riesgo de contraer una infección agravada.

En cualquier caso, en casi la mitad de los casos, los expertos no identifican el origen de la infección. Según explican desde el Centro Nacional de Inmunización y Enfermedades Respiratorias, División de Enfermedades Bacterianas de EE.UU., a veces entra a través de cortes en la piel, como una lesión o incluso una herida quirúrgica, aunque también puede hacerlo a través de membranas mucosas, como las de la garganta o la nariz. Por lo tanto, el estreptococo del grupo A puede transmitirse entre humanos, por contacto estrecho con una persona infectada, a través de tos, estornudos o por una herida.

Tratamiento

Los expertos admiten que aún hay muchas cosas que desconocen, como por qué la bacteria se vuelve fulminante, aunque aconsejan tomar las medidas de prevención normales contra enfermedades infecciosas. A pesar de ello, lo normal es que el paciente se trate la infección con antibióticos. Es en el supuesto de complicaciones graves cuando requiere, por ejemplo, de la extirpación del tejido infectado. Una persona con un cuadro leve dejará de ser contagiosa pasadas 24 horas de tratamiento.

¿Se está expandiendo?

A priori, el incremento generalizado de los casos se circunscribe a Japón. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) notificó un aumento histórico de las infecciones pediátricas por estreptococos invasivos del grupo A en Europa y Estados Unidos en diciembre de 2022.

Durante ese año, según los datos del organismo sanitario, países como Francia, Irlanda, Países Bajos, Suecia, Reno Unido e Irlanda del Norte notificaron un incremento de la enfermedad, así como de la escarlatina, que afecta especialmente a niños menores de 10 años. La crecida fue mayor en el segundo semestre del año, aunque no hay registros oficiales que evidencien si la tendencia se ha mantenido en 2023.

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