Japón enciende todas las alarmas ante la vertiginosa propagación de una infección bacteriana rara y extremadamente peligroso. Mientras buscan la causa, según recoge The Guardian, las autoridades sanitarias esperan que el número de casos en 2024 supere con creces las cifras récord del año pasado, mientras continúa en aumento la preocupación en el país ante la gravedad y la mortalidad de la enfermedad estreptocócica del grupo A, conocida también como síndrome de shock tóxico estreptocócico (STSS).

El Instituto de Enfermedades Infecciosas (NIID) avisó de que aún hay “muchos factores desconocidos con respecto a los mecanismos detrás de las formas fulminantes (graves y repentinas) de estreptococos”. Aseguran, además, que aún no están en la etapa de ofrecer explicaciones. Las cifras que maneja el organismo actualmente se disparan hasta los 941 casos de STSS en 2023, aunque en los dos primeros meses de 2024 se han registrado ya 378, identificando infecciones en las 47 prefecturas de Japón, salvo en dos.

A pesar de que las personas mayores corren un riesgo más elevado, la cepa en cuestión está provocando más decesos entre pacientes menores de 50 años, según los datos que maneja el NIID. De las 65 personas menores de 50 a los que se diagnosticó con esta enfermedad entre julio y diciembre de 2023, aproximadamente un tercio murieron, según informa el periódico Asahi Shimbun.

La mayoría de los casos están provocados por una bacteria llamada Streptococcus pyogenes, conocido comúnmente como estreptococo A. Entre las posibles consecuencias, se cree que puede causar dolor de garganta, especialmente en niños, aunque hay personas que lo contraen sin saberlo y enfermar siquiera. No obstante, estas bacterias altamente contagiosas pueden provocar enfermedades más graves, complicaciones de salud e incluso la muerte, en particular a adultos mayores de 30 años. En torno al 30% de los casos de STSS acaban en deceso.

Las personas mayores, principal población de riesgo, pueden experimentar síntomas similares a los del resfriado, aunque estos podrían empeorar hasta degenerar en una faringitis estreptocócica, amigdalitis, neumonía y meningitis. En su expresión más grave podría derivar en una insuficiencia orgánica y necrosis.

 Contagio y prevención

Algunos de los expertos creen que el rápido aumento de casos en 2023 derivó de la suspensión de las restricciones durante la pandemia. En mayo de ese mismo año, el gobierno nipón suavizó el nivel de Covid-19 de la clase dos (donde está incluido el SARS y la tuberculosis) al cinco, equiparándolo a una gripe estacional. A tenor de este cambio, las autoridades no podían obligar a los infectados con el coronavirus a ausentarse del trabajo, pero tampoco recomendar su hospitalización. Asimismo, el relajamiento de las medidas provocó que el país bajara la guardia, aun a pesar de ser una sociedad, la japonesa, habituada al uso de mascarillas, desinfección de manos y un contacto estrecho con otras personas en espacios cerrados y concurridos.

A juicio de Ken Kikuchi, profesor de enfermedades infecciosas en la Universidad Médica de Mujeres de Tokio, expone su “preocupación” ante el incremento disparado de los casos este año, considerando que la reclasificación del Covid-19 como enfermedad de clase 5 jugó un papel clave. Cree que un 50% de los japoneses se infectó por coronavirus, alterando considerablemente su estado inmunológico y su susceptibilidad a ciertos “microorganismos”.

Enfermedades estreptocócicas, como lo es la Covid-19, se transmiten mediante gotitas y el contacto físico, por lo que esta bacteria también puede transmitirse a través de heridas en las manos y en los pies. Estas afecciones se tratan con antibióticos, aunque los pacientes con la enfermedad estreptocócica del grupo A invasiva más grave necesitarían una combinación de antibióticos y otros medicamentos, así como una atención intensiva.

Desde el Ministerio de Salud de Japón se recomienda a la población que adopten los mismos métodos de prevención e higiene que fueron parte de la rutina durante la pandemia del Covid-19. “Queremos que la gente tome medidas preventivas, como mantener los dedos y las manos limpias y tener buenos modales al toser”, comentó ante los periodistas el ministro nipón del ramo, Keizo Takemi, a principios de 2024.

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