Acudir a una entrevista de trabajo siempre es un compromiso que genera estrés, nervios e incluso ansiedad, por lo que no es rara la ocasión en la que todos hemos cometido algún que otro error a la hora de enfrentarnos a este trámite de la vida laboral.

Los minutos en los que transcurre la entrevista pueden ser cruciales para el futuro laboral de quien se presente y, pese a que los entrevistadores son conscientes de que los candidatos pueden tener ciertos nervios a la hora de enfrentarse y contestar a las preguntas, hay ciertos detalles que no se pueden pasar por alto y que son más comunes de lo que parecen.

Según un reciente estudio realizado por Ringover, causas como la impuntualidad, no buscar previamente información sobre la empresa, no vestir adecuadamente o plantear cuestiones personales pueden ser motivos de no aprobar la prueba. La compañía ha realizado una encuesta tomando una muestra de 200 responsables de Recursos Humanos para realizar un retrato ajustado del comportamiento de los aspirantes durante las entrevistas de trabajo. El resultado puede fragmentarse en tres distintos escenarios: la vía presencial, la telefónica o la videollamada.

1. Entrevistas presenciales: de la impuntualidad al vestuario

La tónica de estas entrevistas suele ser acudir al lugar de trabajo para realizar el primer contacto con la empresa, por lo que ser puntual ya denota un aspecto a favor para el aspirante, siendo el caso contrario el primer punto negativo que se podría llevar a la hora de calificarlo como apto o no. 

El 35,8% de los encuestados señaló que el hecho de llegar tarde fue lo que más le molestó de un candidato, por encima de que no haya investigado adecuadamente la empresa o el puesto de trabajo antes de la entrevista (30,7%), que confunda el nombre de la empresa durante la entrevista (28,4%), no vestir adecuadamente (28,2%) o discutir sobre temas personales (25,4%).

A la par, también se valoró en negativo otros aspectos como un uso excesivo de palabras o expresiones dubitativas a la hora de contestar (25%), también hacer bromas para rebajar la tensión con los entrevistadores (24,5%) o no realizar preguntas de interés al finalizar (20,3%).

2. Videollamadas: imagen y sonido inadecuados

Las conexiones telemáticas estuvieron a la orden del día durante la pandemia de coronavirus y, posteriormente, fue un hábito que se mantuvo en el tiempo y que logró conjugarse con la presencialidad. En este sentido, los encuestados también destacaron otros aspectos de mala presentación en las entrevistas laborales por vía telemática. 

El motivo más evidente es no adecuar correctamente la cámara y el audio del ordenador o móvil durante la entrevista (30%). Hablar con otras personas durante la llamada, que pase alguien por detrás, tener algún objeto inapropiado a la vista o no cuidar la imagen personal por el hecho de estar en casa también pueden ser razones que hagan bajar la probabilidad de ser aceptado para el puesto al que se opta.

Uno de los consejos más prácticos para evitar estos escenarios es practicar antes la entrevistas: las expresiones, el espacio donde se realizará o comprobar que los dispositivos funcionan bien ayudarán a que la videollamada salga bien.

3. Por teléfono

A la vieja usanza. Si la distancia es un impedimento para acudir al lugar donde se realiza la cita, la opción más confiable suele ser una llamada telefónica. Sin embargo, este método de comunicación puede resultar desalentador, bien por desconocer al interlocutor al otro lado o dependiendo de dónde se encuentre la persona al realizar la llamada en cuestión. Al no existir contacto visual ni lenguaje corporal, para ambas partes resulta aún más difícil descifrar si la impresión es buena o mala.

Pese a que el 82% de los encuestados admite haber realizado este método para una entrevista de trabajo, es un proceso que, para los aspirantes, puede transmitir una impresión equivocada o poco certera con la realidad. Según el estudio, la mayor señal de alarma sucede cuando interrumpen antes de que el responsable de contratación termine de hacer una pregunta o mientras está hablando. El 33,8% de los directivos también señalaron que el hecho de activar el altavoz (33,1%) o realizar la llamada mientras el candidato conduce o realiza otra actividad ajena a la entrevista (32,1%) reduce las probabilidades de ser posteriormente contratado. Por último, que se escuche ruido de fondo (31,9%), comer o beber (30,8%), bostezar (30,3%) o no contestar a la primera llamada (29,9%) también pueden afectar negativamente.