Entre finales de mayo y principios de octubre, el melón se convierte en uno de los grandes protagonistas de la temporada. Refrescante, fácil de preparar y con alto contenido en agua, es un aliado natural frente al calor. Pero para disfrutar de su sabor en plenitud, conviene saber elegirlo bien. Un melón poco maduro puede resultar insípido; si está demasiado hecho, puede adquirir un sabor fermentado.

La elección correcta no siempre es sencilla. Por eso, fruteros y expertos en producto fresco comparten algunos consejos útiles para acertar a la primera. Uno de ellos es Clotilde Jacoulot, reconocida frutera francesa y galardonada como Mejor Obrera de Francia Primeur en 2011. En su cuenta de TikTok (@JacoulotPrimeurs), recomienda evitar una práctica común en los supermercados: tocar el melón. Además de ser poco higiénico, no aporta información clara. En cambio, sugiere una prueba sencilla y eficaz: comparar el peso entre dos melones del mismo tamaño. El más pesado suele ser más denso y, por tanto, más dulce y jugoso.

Otro indicio visual al que Jacoulot da importancia es el aspecto del tallo. Si la piel está ligeramente agrietada en esa zona, es señal de que el melón está cargado de azúcar, un buen indicador de maduración óptima.

Observa el aspecto exterior

Además de estos consejos, también se recomienda observar el aspecto exterior del melón. Es preferible elegir piezas con la piel mate y con estrías bien marcadas, evitando aquellas con brillos o tonos verdes. También es importante que no tenga golpes, hendiduras o grietas visibles, especialmente si ha recorrido largas distancias hasta llegar al punto de venta.

Como ayudar madurar un melón en casa

Por último, si al llegar a casa el melón todavía está verde, existe un recurso sencillo: colocarlo en una bolsa de papel junto a una manzana. El gas etileno que esta última emite acelera la maduración de forma natural. Este truco también puede aplicarse a otras frutas, siempre que se guarden en un lugar fresco y sin exposición directa al sol.

Con estas pautas, elegir un buen melón este verano puede ser cuestión de un par de gestos bien observados. Un pequeño esfuerzo en el momento de la compra puede marcar la diferencia en sabor y textura a la hora de consumirlo.

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